¿Qué es concretamente lo que buscamos cuando buscamos vida alienígena? Y ¿qué esperamos hallar?
Estas son dos de las preguntas que enviaron oyentes desde varias partes del mundo al programa de la Radio 4 de la BBC "Los casos curiosos de Rutherford y Fry", que se dedica a investigar misterios de la vida diaria.
Las inquietudes llevaron a los presentadores, los científicos Hannah Fry y Adam Rutherford, a indagar el tema a fondo.
Lo primero que investigaron fue el origen de nuestra fascinación: ¿cuándo nació nuestra historia de amor científico con ET?
"Podemos rastrear esta idea de que no estamos solos a la invención del telescopio, en el 1600", señaló Seth Shostak, un "buscador de alienígenas" que trabaja en el Instituto Seti, el organismo creado por Carl Sagan que se dedica a la búsqueda de inteligencia extraterrestre.
"Cuando Galileo apuntó este pequeño telescopio al cielo y vio pequeñas bolas, miró a Jupiter y vio que era una bola redonda y no una luz, como se había visto hasta ese momento", recordó Shostak.
Y a partir de ese momento se asumió que esas pequeñas bolas en el cielo eran similares a nuestra Tierra y se supuso que estarían repletas de vida.
Distintos científicos e intelectuales tejieron sus propias teorías de cómo serían estos seres extraterrestres.
Por ejemplo, el filósofo prusiano Immanuel Kant, que vivió en el siglo XVIII, creía que la inteligencia de los seres extraterrestres era inversamente proporcional a su distancia del Sol.
Así, los mercurianos eran idiotas y los saturnianos, ingeniosos. En tanto, Kant especulaba que los venusianos serían apasionados.
Otra teoría presentada en 1848 especulaba sobre cuán grande era la población alienígena en el espacio. Se estimaba que si la densidad de esa población coincidía con la de Inglaterra, el Sistema Solar debía contener 22.000 millones de habitantes.
Pero lo cierto es que nadie tuvo evidencias concretas…hasta que el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli giró su telescopio hacia Marte, en 1877, y notó unas huellas de color ocre y algo borrosas entrecruzando la superficie.
Las llamó "canali", que significa canales, y algunos científicos creyeron que eran evidencia de una red de canales dragados por un gran número de marcianos.
La emoción por la posibilidad de vida marciana floreció de tal manera que el astrónomo francés Camille Flammarion se atrevió a declarar: "Es casi seguro que los habitantes de Martetienen forma diferente a nosotros y vuelan en su atmósfera".
Al final, sin embargo, resultó que todo fue un error.
"Schiaparelli usaba un telescopio relativamente primitivo y lo que veía era una imagen mal enfocada de Marte", explicó la científica planetaria Monica Grady de la Universidad Abierta (Open Univeristy) en el Reino Unido.
Grady explicó por qué tanta de la búsqueda de vida extraterrestre se centra en Marte.
"Creo que estamos obsesionados porque ahora sabemos cómo se ve Marte y vemos que debe haber sido parecido a la Tierra en el pasado", señaló.
"Los rasgos que se ven allí tienen que haber sido ríos y lagos y hay algo de evidencia -aunque no todos lo aceptan- que pudo haber habido un océano en Marte", añadió.
"Ahora que sabemos todo esto, realmente pareciera ser el tipo de lugar donde podrías imaginar vida".
¿Pero qué es esa famosa "vida"? ¿Cómo la podríamos definir?, se preguntaron Rutherford y Fry.
La respuesta la aportó el biólogo británico Matthew Cobb, de la Universidad de Manchester.
"No hay una definición generalmente aceptada de lo que es vida. Al igual que con el arte: la reconocemos cuando la vemos", afirmó.
No obstante, Cobb aclaró que sí existe una serie de características o atributos básicos que se considera que deben estar presentes en cualquier organismo viviente.
El listado se conoce en el mundo científico y académico bajo el acrónimo en inglés MRS GREN.
Las letras representan las palabras: Movimiento, Respiración, Sensibilidad, Crecimiento, Reproducción, Excreción y Nutrición.
Sin embargo, la NASA no usa esta definición.
"Ellos tienen una visión darwiniana que mantiene que la vida es un grupo de entidades que está sujeto a la selección natural", señala Cobb.
"Porque toda vida debe poder reproducirse y al reproducirse ocurren errores y si esos errores causan pequeñas diferencias eventualmente llevarán a la evolución por selección natural", explica el biólogo.
A pesar de nuestra obsesión con Marte, Monica Grady cree que nuestras mejores chances de encontrar vida extraterrestre no son ni ahí ni en otro planeta, sino en lunas distantes que sabemos contienen agua.
Un ejemplo es Europa, una luna helada de Júpiter. Otro, Encélado, el sexto satélite más grande de Saturno.
Y ¿cómo podría verse una forma de vida hallada allí?
Por lo pronto, los expertos creen que sería una forma de vida acuática.
"Según la física, si hubiera organismos grandes viviendo en los océanos (de estas lunas), dentro de algún ecosistema bizarro, algunos de esos organismos tendrían que poder moverse velozmente ya sea para poder comer a otros organismos o evitar ser comidos, por lo tanto se verían como algo similar a un delfín o un calamar o un tiburón", predice Cobb.
"Si quieres moverte con rapidez en agua la física hace que te veas de cierta forma", explica el biólogo.
La idea de un calamar alienígena podría decepcionar a más de un fanático de ET que espera encontrar vida inteligente fuera de la Tierra.
Pero aunque hoy no hay evidencia de que exista, la esperanza se mantiene.
Según el Seti, cada año se crea en nuestra galaxia al menos un nuevo planeta apto para la vida, por lo que las probabilidades son altas de que en al menos uno de ellos se desarrolle una especie inteligente.
Claro que la siguiente incógnita será si tendrán los medios para comunicarse con nosotros o nosotros con ellos.
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