Las teorías de conspiración comenzaron a aparecer incluso antes que terminara el partido.
Argentina le ganaba a Perú 6-0, el resultado que le servía para clasificar a la final de su Mundial en 1978, que terminaría conquistando al vencer a Holanda con los históricos goles de Mario Alberto Kempes y Daniel Bertoni
La Albiceleste llegó a ese partido entre la espada y la pared, con la obligación de conseguir una ventaja de por lo menos cuatro goles para superar a Brasil en la clasificación y así no tener que despedirse del torneo.
Era una diferencia que nunca había podido conseguir frente a la Blanquirroja y que desde entonces tampoco ha podido repetir, según el historial publicado en la página oficial de la FIFA.
De ahí que el abultado marcador haya generado tantas sospechas y cuatro décadas después permanezca como uno de los mayores misterios de la historia de los mundiales.
Se habló de amaño, de presión del gobierno de facto militar de Jorge Rafael Videla y hasta de la intervención de Estados Unidos.
Incluso hubo una petición formal por parte de un senador peruano, Genaro Ledesma, para que se anulara todo el torneo por las irregularidades que ocurrieron y los abusos a los derechos humanos que ocurrían en el país.
Ledesma insinuó que hubo un acuerdo entre las máximas autoridades de Lima y Buenos Aires para arreglar el resultado del partido como lo dijo en un documental transmitido por el canal británico Channel 4 en 2012.
Una de las figuras de aquella selección, el defensor José Velásquez, ha repetido en varias ocasiones que hubo jugadores que se vendieron y que el director técnico, Marcos Calderón, fue cómplice.
Este año incluso mencionó el nombre de cuatro de los seis futbolistas que a su parecer regalaron el partido.
Velásquez suele cuestionar la razón por la que fue sustituido en el comienzo de la segunda parte, cambio que ocurrió justo después de que Perú encajara el tercer y cuarto gol en sólo dos minutos.
Teófilo Cubillas, el legendario futbolista peruano que maravilló en la década de los años 70, rechaza todas las teorías conspiratorias como la que propaga su excompañero.
El delantero le aseguró a la BBC que no entendía por qué se seguía sospechando de lo que pasó la noche del 12 de junio de 1978 en el estadio Gigante de Arroyito de Rosario.
"En fútbol tú puedes ganar, puedes perder y puedes empatar", dijo Cubillas.
"Ese día, Argentina hizo todo lo posible por ganar el partido. En el mismo Mundial, México también perdió 6-0 contra Alemania, por lo que no entiendo por qué la gente sigue diciendo que fue un amaño", afirmó.
"Cada partido que jugué lo hice al 100 por ciento. No hubo nada de lo que la gente sigue hablando".
Cubillas anotó 10 goles en los mundiales, tres de los cuales fueron contra Irán en 1978 en la última victoria que había logrado Perú en un mundial hasta la conseguida este año sobre Australia en Rusia.
En ese torneo marcó otros dos más contra Escocia, pero había sido ocho años antes, en México 1970, cuando se dio a conocer alrededor del mundo.
"Anoté en todos los partidos", recuerda.
"Jugamos contra Bulgaria y marque, contra Marruecos dos, contra Alemania uno y frente a Brasil uno. Tuve jugadores en el equipo que me ayudaron, mayores que yo, que me hicieron las cosas más fáciles", agradeció.
Esa actuación hizo que el mismo Pelé lo declarara su sucesor en el fútbol.
"Eso fue algo tremendo, no pude dormir esa noche, que mi ídolo dijera eso", contó Cubillas recordando la primera vez que lo vio jugar cuando tenía 13 años en un partido de exhibición.
"Lo vi con su equipo, el Santos, haciendo cosas increíbles con el balón. Jugar en México contra él fue una gran satisfacción", le dijo a la BBC.
Sobre cuál fue el gol más importante de los más de 300 que convirtió, Cubillas respondió sin titubear.
"Mi primer gol en un Mundial, el que le anoté a Bulgaria, porque estábamos perdiendo 2-0 y marqué el gol de la victoria",
"Todos los jugadores vinieron a mí y después del partido supe de la alegría de toda la gente en Perú por el triunfo, personas que perdieron a su familia en el terremoto. Eso hace que ese sea un gol que no voy a olvidar nunca".
Cubillas se refirió al terremoto de Áncash que el 31 de mayo de ese año causó la muerte de unas 70.000 personas.
"Al ir perdiendo, nos pusimos de acuerdo entre todos que teníamos que ganar como sea, que teníamos que darle una alegría a la gente que estaba triste por haber perdido a su familia", recordó.
"Después de nuestra victoria todo el mundo se volvió loco porque era la primera vez que habíamos clasificado a un Mundial. Me alegró de haberle dado ese regalo a la gente".
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