Mo Huanjing pensó que prenderle fuego a la casa donde trabajaba como niñera era la mejor manera de solucionar sus problemas de dinero.
La mujer, de 35 años, había acumulado deudas de juego cercanas a los US$$9.500 y esperaba que salvar del incendio a la familia para la que trabajaba le ayudaría a convencerlos para que le prestaran más dinero.
Es así como, en junio del año pasado, tomó un encendedor y le prendió fuego a la sala de estar del apartamento donde cuidaba a los niños.
En cambio, en el incendio murieron la madre de la familia, Zhu Xiaozhen, y sus hijos de seis, nueve y 11 años.
Lin Shengbin, el esposo y padre de los niños, estaba en un viaje de negocios en el momento del suceso.
Después de iniciar el incendio, Mo huyó del apartamento -cuyo coste estaba estimado en unos US$3 millones-, ubicado en el piso 18 de un edificio de Hangzhou, la capital de la provincia de Zhejiang.
Mo Huanjing fue condenada a muerte el pasado mes de febrero tras determinarse que provocó el incendio de manera intencional, y este viernes fue finalmente ejecutada.
En una carta revelada durante el juicio, afirmó: “Si mi muerte hiciera que todo volviera a empezar, estaría dispuesta a ser condenada a muerte”.
Las noticias de la ejecución provocaron una gran reacción en Weibo, el equivalente de Twitter en China, donde el padre de la familia asesinada dijo a sus 2.6 millones de seguidores que “el demonio Mo Huanjing fue finalmente ejecutado“.
“Al escuchar las noticias, mis lágrimas no dejaron de fluir”, escribió. “Llamé a mis padres. Mi madre escuchó y lloró y me dijo que todos habían esperado demasiado este día”.
Lin dijo que, si bien siente que se ha hecho justicia, “el camino será aún más difícil” y compartió una imagen de las tumbas de su esposa e hijos.
Más de 108.000 usuarios de Weibo hicieron comentarios en su publicación. Muchos dijeron que habían llorado y le deseaban paz y buena salud.
Desde que se hizo público, el caso ha ocupado los titulares de buena parte de la prensa en China, en parte debido a las afirmaciones de que los bomberos habían tardado en responder a la emergencia.
El cuerpo de bomberos lo negó, culpando a la baja presión de agua y a las pobres medidas de seguridad contra incendios del edificio.
La naturaleza del crimen ha hecho que el “caso de incendio intencional de la niñera de Hangzhou” sea una referencia popular entre los defensores de la pena de muerte en el país.
Se cree que China ejecuta a más personas por año que cualquier otro país, pero es muy reservada sobre el número. Amnistía Internacional calcula que la cifra sería de miles, más que el resto de todos los países del mundo juntos.
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