Aunque Venezuela es el país con el peor desempeño económico en América Latina, hay otras economías de la región que pese a tener un crecimiento positivo, están en riesgo de sufrir abruptas caídas este año.
Es el caso de Nicaragua, Argentina y Ecuador, que en apenas 12 meses, están dando todas las señales de que terminarán el 2018 en una situación más complicada.
Al inicio de 2018, pocos podrían haberse imaginado que comenzaría un levantamiento popular en Nicaragua que provocaría cientos de muertos.
Y en Argentina, que tuvo un buen desempeño económico el primer trimestre, era difícil pensar que habría una corrida contra el peso y que la tasa de interés llegaría a 60%.
En el caso de Ecuador, preocupa a los observadores internacionales el alto nivel de endeudamiento público.
La crisis social y política en Nicaragua ha generado más de 300 muertos y cerca de 2.000 heridos, según la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh).
El organismo denunció ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y obstrucción del acceso a la atención médica, en un país que enfrenta masivas protestas que piden la salida de Daniel Ortega de la presidencia.
En medio de esa crisis, la Cepal proyecta una brusca caída del crecimiento económico, pasando de 4,9% en 2017 a 0,5%.
El actual conflicto ha tenido un profundo impacto en el turismo, el comercio y el agro, además de las exportaciones y la inversión.
"Si el bajo crecimiento persiste en el tiempo y las tensiones sociales no se resuelven, cabría esperar que los indicadores sociales se empiecen a deteriorar", le dijo a BBC Mundo Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la Cepal.
Pero hay un elemento importante en la economía nicaragüense que son los remesas, y en este sentido, el economista dice que no deberían verse afectadas.
Ese es al menos un factor positivo dentro de un país tan convulsionado.
Argentina ha vivido días oscuros. El presidente Mauricio Macri declaró que el país está sumido en una "situación de emergencia" y anunció un plan de ajuste que incluye una reducción de los ministerios a menos de la mitad y el regreso de las retenciones al campo.
El peso argentino ha perdido el 50% de su valor contra el dólar en el último año y se espera que esa depreciación acelere aún más la inflación, que ya ha superado el 30%.
Además la tasa de interés llegó a 60%, algo que hubiese sido difícil de imaginar en el primer trimestre, cuando las cosas marchaban dentro de lo previsto.
Macri busca recortar el déficit presupuestario para convencer a los inversionistas de que el país pagará su deuda, una de las condiciones acordadas como parte de un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) de US$50.000 millones.
"Las últimas medidas son bastante draconianas", dice Titelman.
El gobierno esperaba tener un equilibrio fiscal para 2020 y lo adelantó para 2019, poniéndose una meta dura de alcanzar.
"Argentina tiene un problemas de bajo crecimiento, alta inflación y baja credibilidad por parte de los mercados. No es fácil manejar esa situación", agrega.
"Están haciendo un ajuste que vamos a ver cómo va a terminar, porque los ajustes tienen impactos sociales muy fuertes".
La proyección de Cepal es que la economía argentina pase de un crecimiento económico de 2,9% en 2017 a una caída del PIB de -0,3% este año.
Ecuador tuvo un crecimiento económico de 3% en 2017, principalmente por el aumento del consumo privado y del gasto público, que fue financiado con deuda.
Es precisamente el alto nivel de endeudamiento una de las presiones económicas que inquieta a los observadores internacionales.
Otro aspecto preocupante es que el año pasado la inversión cayó 0,5%, uno de los factores que consideró la Cepal para proyectar una caída en la tasa de crecimiento de 1,5% este año.
¿Por qué se produce esta caída en apenas 12 meses?
"Los motores que empujaban la economía en 2017 se han debilitado", dice Titelman.
En Ecuador el petróleo juega un papel muy importante en la economía y la producción total de crudo acumuló una caída de casi 3,4% en 2017.
Eso, sumado a otras incertidumbres, como el ajuste del gasto público que el gobierno de Lenín Moreno está llevando a cabo, influyeron en la baja de las proyecciones.
"Esperamos un menor ritmo de crecimiento debido a un menor consumo y a una política monetaria más contractiva", agrega.
Ecuador es una economía dolarizada que está altamente sujeta a los vaivenes externos.
"Cuando se aprecia el dólar, eso no le conviene a Ecuador porque pierde competitividad", en el sector exportador, dice Titelman.
Y dado que Estados Unidos está subiendo las tasas de interés, nuevas nubes pueden comenzar a cubrir el cielo.
Frente a estos desafíos el gobierno ecuatoriano ha apostado por medidas de austeridad para reducir el déficit y la deuda pública, con miras a aumentar la recaudación tributaria.
Un plan que fue anunciado en abril de este año y que tiene a los organismos internacionales y los inversionistas expectantes.
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