¿Quién no ha experimentado alguna vez estrés por una conexión a internet demasiado lenta? Ese fallo súbito que te deja sin señal en el preciso momento en que termina tu serie favorita o cuando vas a enviar un email urgente a tu jefe que puede ser determinante.
A veces, la culpa de los molestos errores de conexión la tiene la compañía que suministra internet. Pero en otras ocasiones son los objetos cotidianos que tenemos en casa los culpables de que se obstaculice la señal.
Son las llamadas “fuentes de interferencia” o “barreras inalámbricas”, los enemigos del wifi que hacen que funcione peor.
Te contamos cuáles son y por qué es buena idea mantener esos objetos alejados de tu router y del dispositivo desde el que te conectas a internet.
Apple explica en su sitio web dedicado al soporte técnico que el metal es la barrera inalámbrica más potente. Asegura que su nivel de interferencia es “muy alto”.
El segundo material en su lista de barreras -después del metal- es el vidrio blindado.
Por eso, si tienes espejos cerca del router o sueles usar una mesa de cristal espejo o de metal como escritorio de tu computadora, lo mejor es que cambies de estrategia.
¿Por qué? Muy sencillo: la señal “rebota” al acercarse a este tipo de materiales.
“Funciona como escudo”, asegura la tecnológica. “Es posible que experimentes velocidades de red más lentas o una intensidad más baja de señal, o que directamente no puedas conectarte a tu red wifi”.
Algunos electrodomésticos también pueden suponer un problema a la hora de conectarte a internet.
El motivo es que disponen de tuberías y conductos por los que circula el agua, otro material que puede poner en peligro la señal del wifi, ya que puede retener cierta energía de las ondas inalámbricas.
En este caso tal vez tu señal no desaparezca por completo, pero es posible que sea menos intensa.
Los microondas pueden provocar interferencias que perjudiquen tu conexión a internet.
Y es que la frecuencia electromagnética a la que funcionan tiene un espectro muy similar al que usa el wifi: en torno a los 2,4 GHz (gigahercios).
Lo mismo ocurre con cámaras web, monitores de bebés, teléfonos inalámbricos, parlantes, ciertas pantallas de televisión y otros aparatos que funcionan en bandas de frecuencia similares.
Así que recuerda: aleja tu router de esos dispositivos. Y si puedes colocarlo en un lugar elevado, mucho mejor.
Las luces tienden a generar pequeños campos electromagnéticos que a veces pueden causar interferencias y afectar a la conexión de internet.
Otro ejemplo curioso son los drones, aunque todo depende de la potencia que tengan.
Materiales como el cemento, el yeso, el mármol y los ladrillos obstaculizan en gran medida el paso de la señal.
Por ejemplo, si tu casa tiene dos plantas, y el router está en el piso de abajo y tu computadora en el de arriba, es posible que no logres conectarte o que tu conexión sea muy lenta.
Es recomendable evitar este tipo de barreras.
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