Las imágenes del espacio nos muestran a un plácido planeta Tierra que flota tranquilo mientras gira sobre su eje y alrededor del sol.
Nada más lejos de la realidad.
"Más bien se parece a una persona borracha", le dice a BBC Mundo Surendra Adhikari, investigador del Laboratorio de Propulsión de la NASA (JPL por sus siglas en inglés).
La Tierra es como una gigantesca pelota de béisbol que rota a 1.700 kilómetros por hora y le da la vuelta al sol a unos 107.000 kilómetros por hora.
Y no lo hace de manera perfecta. Es como si a esa pelota le pegaras una pequeña piedra, lo cual haría que la pelota comience a bambolearse sobre su eje y gire con un movimiento mucho menos, digamos, elegante.
A esa desviación se le llama "movimiento polar".
Las mediciones hechas durante el siglo XX muestran que cada año la Tierra se desvió cerca de 10 centímetros de su eje de rotación, es decir, en 100 años se desvió unos 100 metros.
Pero, ¿qué causa el movimiento polar?
En un reciente estudio, por primera vez Adhikari y sus colegas lograron identificar tres factores que hacen que la tierra de tambalee mientras gira, como si estuviera ebria.
El "rebote glacial"
Algunas investigaciones anteriores ya habían mostrado que el rebote glacial contribuye al movimiento polar.
Una manera fácil de entender el rebote polar es pensar en cómo se hunde un colchón cuando alguien se sienta sobre él.
Eso fue lo que ocurrió durante la última Era de hielo, cuando pesados glaciares deprimieron la superficie del planeta. Cuando estos glaciares se derriten o se mueven, la Tierra lentamente vuelve a su posición original.
Ese cambio de forma que afecta el movimiento de la Tierra, según los científicos de la NASA sería el responsable de un tercio del movimiento polar en el siglo XX.
En su estudio, los científicos del JPL hallaron otras dos causas del movimiento polar.
El segundo factor que identificaron los investigadores del JPL fue la llamada "convección del manto", que es la responsable del movimiento de las placas tectónicas.
Eric Ivins, coautor del estudio, compara este proceso con una olla de sopa caliente sobre un fogón encendido.
Al igual que la olla, el manto de la Tierra se calienta, así que los componentes de la sopa comienzan a subir y bajar, lo cual forma un patrón de circulación vertical.
Lo mismo ocurre con las rocas que se mueven a través del manto terrestre, lo cual contribuye a que se produzca el movimiento polar.
Durante el siglo XX, a causa del aumento de las temperaturas, unas 7.500 giga toneladas de hielo se derritieron en Groenlandia. Eso equivale al peso de más de 20 millones de edificios Empire State.
Esto causó que llegara una gran cantidad de agua al océano, lo cual aumentó el nivel del mar y, en consecuencia, una desviación del eje de rotación de la Tierra.
De esa manera, los investigadores predicen que si el deshielo en Groenlandia se acelera, también lo hará el movimiento polar.
¿Y qué consecuencias trae el movimiento polar para los habitantes de la Tierra?
"Absolutamente ninguna", le dice Ivins a BBC Mundo.
En todo caso, identificar las causas del movimiento polar le permite a los científicos distinguir entre los cambios en el movimiento polar causados por procesos sobre los que no tenemos control y aquellos causados por el cambio climático.
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