Se trata de un caso rodeado de polémica: una mujer policía blanca fuera de servicio que entra sin permiso judicial ni una denuncia previa en casa de un vecino suyo de raza negra y lo mata de dos disparos.
Los hechos ocurrieron el jueves pasado en la ciudad texana de Dallas, pero la agente implicada no fue detenida hasta el domingo.
Ahora la Fiscalía la acusa de un delito de homicidio culposo, en lugar de homicidio intencional.
La agente Amber Guyger argumenta que entró en casa de Botham Shem Jean, un hombre de 26 años sin antecedentes penales, por equivocación, pensándose que era su apartamento.
Al ver al hombre dentro del mismo, disparó, percatándose solo de su equivocación cuando encendió la luz de la vivienda.
De momento, la única versión de los hechos se basa en lo declarado por la funcionaria policial.
Según Guyger, el jueves pasado después de una jornada de 15 horas de trabajo llegó a su casa en un complejo de apartamentos.
La puerta de la vivienda se encontraba entreabierta y al entrar en su interior vio, en medio de la penumbra, una sombra alargada que pensó que era un ladrón a quien, después de gritarle dos veces sin que le obedeciera, decidió dispararle.
Entonces, llamó al teléfono de emergencias y, al encender la luz, descubrió que el número en la puerta del apartamento no era el suyo, el 1378, sino el 1478.
Es decir, se encontraba en el piso inmediatamente superior al suyo.
Según la prensa local, hay un video tomado por un vecino en el que aparece Guyger llorando mientras habla por teléfono.
También en la grabación de la llamada al 911, el número de emergencias, se le puede escuchar mientras de forma repetida le pide disculpas a Jean.
Sin embargo, hay varios elementos que arrojan dudas sobre ese recuento de los hechos.
El abogado Lee Merritt, que representa a los familiares de la víctima, asegura que la versión de Guyger de que entró por error en una vivienda que no era la suya se contradice con algunos testimonios.
"Hay testigos que dijeron que antes de los disparos, ellos escucharon a la agente golpear la puerta y decir repetidamente ‘déjame entrar’", señaló el abogado a The Washington Post.
Por otra parte, aunque el diseño exterior de los pasillos del edificio es muy similar, en la entrada del apartamento de Jean había una alfombra color rojo brillante.
Las autoridades tomaron, en el lugar de los hechos, muestras de sangre de Guyger para verificar si la agente estaba bajo el efecto del alcohol o de algún otro tipo de sustancia.
Pero, la polémica va más allá.
Los familiares de Jean también contrataron al abogado Benjamin Crump, quien trabajó en los casos de Trayvon Martin y de Michael Brown, dos adolescentes afroestadounidenses desarmados que murieron a manos de un vigilante vecinal voluntario y de un agente de policía, respectivamente.
"Los negros en Estados Unidos han sido asesinados por la policía de las formas más insólitas", dijo Crump el lunes durante una rueda de prensa.
"Ustedes saben, al conducir un auto siendo negros, al caminar por nuestros barrios siendo negros… y ahora nos están matando al estar viviendo en nuestros apartamentos siendo negros", señaló.
También han surgido cuestionamientos sobre la forma como las autoridades han manejado el caso.
Merritt, el otro abogado de la familia Jean, criticó el hecho de que Guyger no fuera detenida inmediatamente en el lugar de los hechos.
"No queremos que nadie obvie el hecho de que, si hubiera sido un ciudadano cualquiera, ella nunca habría podido irse de la escena del crimen", dijo.
También cuestionó que tras ordenarse su detención el domingo, a la agente se le permitiera entregarse a las autoridades en el condado Kaufman, un lugar rural al sureste de Dallas y recluirse en una cárcel aún más remota.
El fin de semana hubo protestas ciudadanas frente a la sede de la policía en Dallas en reclamo por lo ocurrido en este caso.
Guyger se entregó a las autoridades el lunes en la mañana pero luego salió en libertad, tras pagar una fianza de US$300.000.
"Los funcionarios se han mantenido en silencio acerca del estado físico y mental en el que estaba la agente en ese momento, si se encontraba bajo influencia de alguna sustancia controlada, por qué pensó que el apartamento de Jean era el suyo y por qué un agente entrenado parece haber recurrido con tanta rapidez al uso de la fuerza letal", señalaba el Washington Post.
Pero el impacto de este caso supera las fronteras de Estados Unidos.
Jean nació y creció en la isla caribeña de Santa Lucía, donde su madre trabajó en el gobierno y cuya ciudadanía aún detenta.
Durante la rueda de prensa, los abogados de la familia estuvieron acompañados por el primer ministro de ese país, Allen Chastanet.
Jean se graduó en una universidad de Arkansas y trabajaba en la consultora internacional PricewaterhouseCoopers (PwC), empresa que calificó lo ocurrido como "una terrible tragedia".
El joven, de 26 años de edad, era conocido por ser un hombre religioso que participaba en las actividades de su iglesia local.
El alcalde de Dallas, Mike Rawlings, calificó a Jean como "un ciudadano ejemplar" y prometió una investigación transparente sobre el caso.
Quedan por ver sus resultados.
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