La policía de Brasil arrestó a un hombre acusado por Estados Unidos de ser una de las personas más importantes en la organización de las finanzas del grupo militante libanés Hezbolá.
Asad Ahmad Barakat fue detenido este viernes cerca de la frontera de Brasil con Paraguay y Argentina.
El pasado 31 de agosto el juez penal de garantías paraguayo Rubén Darío Riquelme emitió una orden de captura internacional contra Barakat por la supuesta entrega irregular de un pasaporte paraguayo a su nombre.
Barakat ya estuvo preso en Paraguay seis años por evasión de impuestos. En 2008 fue puesto en libertad.
Además, las fuerzas de seguridad paraguayas vinculan a Barakat con el financiamiento para el ataque a la AMIA en 1994 que dejó 85 muertos en Buenos Aires y que algunos sectores atribuyen a Hezbolá.
Por su parte, la policía de Argentina acusa a Barakat de haber lavado US$10 millones en nombre de Hezbolá en un casino de la zona de las cataratas de Iguazú.
Barakat, de origen libanés y con nacionalidad paraguaya, fue detenido en la ciudad brasileña de Foz de Iguazú.
Barakat es uno de los hombres más buscados por Estados Unidos.
Las autoridades investigan si utiliza empresas para mover dinero en la zona de la Triple Frontera y luego enviarlo a Medio Oriente.
En 2006, el Departamento del Tesoro de EE.UU. describió a Barakat como "terrorista global" e incluyó su nombre en una lista de personas del área de la Triple Frontera que ayudan a financiar a Hezbolá a las que se les congelaron los bienes.
"La red de Asad Ahmad Barakat en la Triple Frontera es una gran arteria financiera para Hezbolá en Líbano", dijo en su momento Adam Szubin, que fue director de la oficina de control de bienes extranjeros que depende del Tesoro de EE.UU.
La policía federal de Brasil declaró en un comunicado que Barakat continuó activo en Argentina, Brasil y Chile tras su puesta en libertad en Paraguay en 2008.
No está claro si será extraditado a Paraguay o si será imputado en Brasil.
Estados Unidos ha expresado desde hace tiempo su preocupación por supuestas actividades islamistas entre la comunidad árabe en la región donde confluyen Brasil, Argentina y Paraguay, conocida como la Triple Frontera.
Esta área atrae a turistas de todo el mundo que viajan para ver las cataratas y el exuberante bosque tropical.
Pero también tiene reputación de ser un punto central para el contrabando a gran escala y el tráfico de droga.
La zona pasó a estar bajo la mira de Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington DC.
"Es una zona de enorme valor estratégico. Para empezar, su condición de triple frontera permitiría un desplazamiento rápido de tropas de un país a otro", le dijo hace unos años a BBC Mundo el analista argentino Ricardo López Dusil, especialista en Medio Oriente y África.
"Además, es una zona muy rica en cuanto a la biodiversidad y a las condiciones turísticas que ofrece".
"Y otro elemento que es muy importante y que no siempre se menciona es que en esa región se encuentra el acuífero guaraní, que es una de las reservas de agua potable más importantes del mundo. Quien controle el agua en el futuro, probablemente tenga tanto poder como el que ahora controla el petróleo", agregó López Dusil.
Los líderes musulmanes de la región niegan con insistencia cualquier vínculo con organizaciones extremistas de Medio Oriente.
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