La expresidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner fue procesada este lunes por el juez federal Claudio Bonadío por el caso conocido como el de los cuadernos de la corrupción K.
El juez acusa a la exmandataria de asociación ilícita en la investigación de un supuesto esquema de sobornos de empresarios a funcionarios kirchneristas que fue detallado por el chofer de un importante ministro.
En la resolución judicial de 500 páginas, el juez también pidió prisión preventiva para la hoy senadora, que goza de inmunidad parlamentaria.
Mientras espera a que el Congreso discuta los fueros, un proceso de mucha complejidad política que puede tomar meses, se prevé que el juez lleve a Kirchner a juicio oral.
El domingo, la expresidenta divulgó un video desde su casa en el sur del país en el que muestra lo que para ella son los daños que dejaron los allanamientos de la justicia a sus propiedades hace dos semanas.
Kirchner alega que este y los otros cuatro casos en los que es investigada por corrupción son parte de una persecución política del gobierno de Mauricio Macri quien, según ella, busca desviar la atención de la crisis económica por la que atraviesa Argentina.
El caso de los cuadernos, para unos la versión argentina del Lava Jato brasileño, tiene a una decena exfuncionarios kirchneristas bajo prisión preventiva.
Algunos de ellos, según la prensa local, han colaborado con la justicia e incluso han implicado a Kirchner en busca de una reducción de penas que garantiza la ley del arrepentido introducida por Macri.
Aunque el juez ha pedido una y otra vez el desafuero, una iniciativa que necesita la aprobación de dos tercios del Senado, Kirchner tiene por ahora garantizado el apoyo de una importante cantidad de congresistas.
Los senadores del peronismo, incluso aquellos considerados moderados o antikirchneristas, han dicho que no votarán a favor del desafuero hasta que haya una condena firme, lo que implicaría el aval de la Corte Suprema.
Pero el tema de los fueros no significa que el procedimiento legal no pueda continuar. Incluso se puede dar el caso, como ocurre con el expresidente Carlos Menem, de que Kirchner sea condenada y siga en libertad gracias a los fueros.
Dentro de los próximos meses, se espera que el juez eleve esta y las otras a causas de Kirchner a juicio oral y público, un proceso que puede durar meses o años y que, si bien no tendrá resolución judicial en el corto plazo, absorberá gran parte de la agenda noticiosa.
La implicación política del caso no solo es grande debido al debate que tendría que darse en el Congreso por la inmunidad de Kirchner, sino porque el próximo año habrá elecciones en Argentina y ella puede ser candidata.
Hace un mes, cuando se divulgaron los cuadernos de las coimas, todos hablaban de la corrupción K, hace dos semanas el tema era la crisis económica y ahora vuelve la corrupción a la escena.
No queda duda de que esos serán los ejes de una campaña que para muchos ya empezó.