Tristeza, esperanza, humor, ironía, desafío: las canciones que enarbolaron los prisioneros políticos durante el gobierno de Augusto Pinochet tienen un rango tan amplio como el de las emociones humanas.
Un gran número de detenidos cuenta que el canto fue esencial a la hora de sobrellevar lo que se vivía en los campos de prisioneros.
Cantaban para celebrar que alguien era puesto en libertad, para apoyarse en los peores momentos, para festejar un cumpleaños o un matrimonio o simplemente porque el hecho de crear los hacía sentirse vivos y libres.
Para recordar el golpe militar de Augusto Pinochet del 11 de septiembre de 1973, que derrocó al gobierno de Salvador Allende, BBC Mundo vuelve a compartir una miniserie de audio transmitida orginalmente en 2005 en la que los prisioneros dan testimonio del papel que jugó la música durante el tiempo que pasaron en cautiverio.
También es posible escuchar extractos de un acto de despedida grabado clandestinamente en el centro de detenidos de Chacabuco, que el cantautor Ángel Parra -quien estuvo preso en ese recinto- convirtió en un disco.
Es uno de los pocos documentos sonoros que existen de esos días.
Para escuchar la miniserie, haz clic en cada capítulo.
Durante el cautiverio que vivieron, los prisioneros políticos chilenos crearon muchas obras basadas en la experiencia que vivían. Una de las más emblemáticas fue el poema que el cantautor Víctor Jara escribió en el Estadio Chile antes de morir. Con sus versos finales Isabel Parra hizo una versión cantada incluida en este capítulo.
En el tiempo que pasó en distintos campos de prisioneros, la música era para Iván Parvex "una forma de descanso".
En una conversación que mantuvo en los estudios de la BBC con la musicóloga Katia Chornik revela que durante su encierro fue un entusiasta participante en todas las actividades musicales organizadas por los detenidos y cuenta cómo cuando le prohibían cantar se las ingeniaba para seguir haciéndolo aunque fuese mentalmente
El Estadio Nacional fue uno de los principales centros de detención creado por el gobierno militar chileno tras el golpe de Estado de 1973. Se calcula que al menos 7.000 personas pasaron por allí.
En 2001 la documentalista Carmen Luz Parot reconstituyó la memoria de lo que ocurrió en ese recinto y al develar la cotidianeidad de los prisioneros se encontró con un importante anecdotario musical.
Sergio Vesely estaba en el campo de prisioneros de Puchuncaví cuando el nacimiento de un bebé lo inspiró a escribir la primera de las numerosas canciones que compuso durante su detención.
Aquí habla de cómo la vida diaria en el recinto le servía de excusa para crear y se pueden escuchar algunos de sus temas.
Beatriz Miranda, que estuvo en varios centros de detención, comparte con BBC Mundo sus recuerdos de los momentos más importantes en que las prisioneras cantaban y habla del repertorio que elegían.
La idea original de esta miniserie fue de la violinista y musicóloga chilena Katia Chornik, quien ha seguido investigando en el tema.
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