Desde principios de 2018, la asociación Alma Migrante se dedica a brindar orientación y acompañamiento jurídico a personas migrantes que llegan o se asientan en la ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California.
Graciela Zamudio, fundadora de Alma Migrante, explicó que el proyecto surgió luego de que terminara sus funciones en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), donde se desempeñó como coordinadora de la oficina en Tijuana, Baja California.
A su salida de la CNDH, Graciela realizó trabajo como voluntaria en un albergue, donde conoció a Xally Uribe, quien ahora la acompaña como parte del equipo de Alma Migrante.
“Como dicen por acá, tomé agua de la presa y me encantó Tijuana. Me quedé porque la comunidad de defensores de derechos humanos en materia migratoria es muy poderosa y fue así como decidí iniciar este proyecto”, señaló en entrevista con Animal Político.
Actualmente, la asociación Alma Migrante está conformada por tres personas, quienes trabajan en la defensa de personas migrantes que solicitan el estatus migratorio de refugiados en México, además de diseñar e impartir talleres a defensores de derechos humanos, así como a personas en situación de migración que se encuentran en albergues.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Migración, de enero a agosto de 2018, Tijuana fue la ciudad fronteriza en México que más repatriaciones de mexicanos provenientes de Estados Unidos recibió en ese periodo, con 24 mil 35 casos.
Además, Tijuana ha sido la ciudad que más migrantes provenientes de Haití ha recibido en los últimos años. En septiembre de 2016, el INM documentó que 15 mil migrantes haitianos habían ingresado a México por la frontera de Tapachula, Chiapas, de los cuales 3 mil 400 se quedaron de manera permanente en Baja California. El 75% de ellos en Tijuana y el resto en Mexicali.
De acuerdo con Graciela Zamudio, con la nueva política migratoria promovida por el gobierno de los Estados Unidos, la situación de las personas migrantes que dejaron sus países de origen por cuestiones de violencia intrafamiliar o de pandillas es “preocupante”.
“El hecho de que estas razones hayan sido sacadas de las que se consideran como suficientes para otorgar asilo a las personas migrantes nos preocupa, pues la mayoría de las personas que buscan permanecer en los Estados Unidos buscan alejarse de este tipo de situaciones de violencia”, señaló.
La defensora de migrantes consideró que, ante este panorama “México sin duda debe ser un país que los abrace, porque Estados Unidos no los va a abrazar”.
Según cifras de la Secretaría de Gobernación, en 2017 ingresaron a México 23 millones 908 mil 500 migrantes, la mayoría de ellos en calidad de residentes temporales (60 mil 650). De ellos, 73 mil 222 eran extranjeros no documentados.
Si quieres conocer más del trabajo de Alma Migrante o necesitas orientación jurídica en materia de migración, visita su página de Facebook o contáctalos a través de la dirección electrónica [email protected].