El mango, esa fruta pulposa, ovalada y tropical tan apreciada por muchos, guarda datos curiosos que a menudo pasan desapercibidos.
Por ejemplo, ¿sabías que existen cientos (puede que incluso miles) de variedades de esta fruta que nunca llegan a los estantes del supermercado?
Algunas son cremosas y dulces, otras tienen un sabor cítrico y algunas hasta pican un poco.
BBC Mundo te cuenta algunos datos interesantes sobre los mangos.
En tres países del planeta, los mangos son tan populares que fueron declarados la fruta nacional.
India, Pakistán y Filipinas le otorgaron al mango esta título.
Bangladesh también le concedió una categoría especial: la de árbol nacional.
Lo más probable es que el origen de la palabra mango se encuentre en la voz "mankay" de Tamil Nadu o en el término "mangga" de Kerala, ambos son Estados de India.
Cuando los comerciantes portugueses se asentaron en el sur de ese país, adoptaron el nombre de "manga" para esa fruta.
Fue cuando los británicos empezaron a comerciar con el sur de India durante los siglos XV y XVI, que surgió la palabra mango.
¿Te podrías comer un mango de 3.500 kilos? Así era el que se llevó en 2009 el récord Guinness al mango más pesado del mundo.
Medía 30,48 centímetros de largo por 17,78 de ancho. Tenía una circunferencia de 49,53 centímetros.
El ejemplar gigante fue cosechado de un árbol del jardín de Sergio y María Socorro, en Filipinas.
Se dice que Buda meditaba y descansaba junto a otros monjes en un ambiente pacífico y lleno de paz que le brindaba una arboleda de mangos.
Como resultado, los budistas consideran que el árbol que produce esta deliciosa fruta es sagrado.
El pariente más cercano de un mango no se suele encontrar en otra fruta jugosa y pegajosa, sino más bien en frutos secos como el pistacho o la nuez de India.
La explicación: el mango es una drupa, es decir, un fruto carnoso con una piel delgada con un centro duro llamado endocarpio que resguarda a la semilla.
Esto lo relaciona con las aceitunas, los dátiles, las nueces de India, los pistachos o las cerezas.
La producción anual de mangos es de alrededor de 46 millones.
A los supermercados llegan ejemplares de todas partes del mundo. En Reino Unido, por ejemplo, a principios de año lo más probable es que estén comiendo un mango peruano, que dentro de unos meses será reemplazado por uno de África occidental.
A este le seguirán mangos de Egipto e Israel y es muy posible que acaben el año comiéndote uno importado de Brasil.
No fue hasta el siglo XVII que portugueses y españoles trajeron esta fruta a América. En Europa, solo se cultivan mangos en España, en concreto, en Málaga, una región menos propensa a sufrir heladas.
La mayoría de mangos que se comercializan son de la variedad Tommy Atkins, ya que esta crece rápidamente y alcanza un buen tamaño y color.
Además, resiste muchos tipos de hongos y no se magulla fácilmente, lo que significa que puede durar mucho más en los estantes de las tiendas.
Estas características lo han convertido en el favorito para la exportación, pese a que, para nuestra mala suerte, tiene muchas hebras y poco sabor.
India cultiva 18 millones de toneladas de mango al año, es decir, casi el 40% de la producción mundial.
Sin embargo, solo participa en menos del 1% del comercio internacional de mango, ya que el consumo local acapara la mayor parte de estas frutas.
Se cree que el árbol de mango se originó al pie de los Himalayas que corresponden a India y Myanmar.
El primer cultivo de mango del que se tiene conocimiento se remonta hasta hace más de 5.000 años en la zona del sur de India, Myanmar y las islas Andamán (un archipiélago en la bahía de Bengala).
El árbol más antiguo está en pie desde hace unos 300 años en el lado oriental de Kandesh, en el centro de India y ¡aún da frutos!
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