Sin puertas en los baños, ni café, con una multimillonaria deuda y más de tres décadas de fracasos y decepciones deportivas.
Esa era la realidad del Manchester City hace 10 años, época en la que el club ciudadano, opacado a la sombra de su glamuroso eterno rival, el Manchester United, estuvo cerca de desaparecer sumergido en un caos financiero.
De allí de la importancia de lo que ocurrió el 1 de septiembre de 2008, fecha en la que el grupo inversor Abu Dhabi United, propiedad del jeque Mansour bin Zayed al-Nahyan, acordó la compra del equipo que transformaría para siempre la Liga Premier y el fútbol en general.
De la noche a la mañana el Manchester City se había convertido en el club más rico del mundo, arropado por la inmensa fortuna de sus nuevos propietarios.
Ese fue el comienzo de un proceso que sigue teniendo un fuerte impacto en el mundo del balón como lo demuestra la temporada histórica que completó el equipo la pasada temporada.
Y si bien su presente está documentado en "All or Nothing: Manchester City" la serie que lanzó recientemente Amazon Prime, la plataforma de contenidos en línea (streaming, en inglés) de la gigante comercial, hay cuatro hechos que han pasado desapercibidos sobre su proceso de transformación durante la última década.
Antes de la llegada del jeque Mansour, Manchester City se encontraba al borde del colapso financiero e institucional.
El club estaba siendo arrastrado por los problemas judiciales de quien por entonces era su dueño, el ex primer ministro de Tailandia Thaksin Shinawatra, a quien la justicia de su país le había congelado todos sus activos.
Eso repercutía en lo deportivo, como lo demuestra la goleada 8-1 que sufrió el equipo en la última fecha de la temporada 2007-2008 frente al Midlesbrough.
"Estábamos en una situación desesperada", recuerda el entonces director ejecutivo, Garry Cook.
"La suerte siempre cumple un rol importante en situaciones así y justo el grupo de Abu Dhabi United se encontraba en el mercado buscando un club de fútbol".
"El sueño que nosotros le vendimos fue más que comprar a 24 futbolistas. Se trataba de comprar la oportunidad de crear algo especial", le comentó Cook a la BBC.
"Lo que no nos dimos cuenta, como grupo, de la trascendencia de los que lo iba a pasar y los niveles que llegaría a alcanzar".
Es posible que en sus dos temporadas en Inglaterra el delantero brasileño no haya podido responder a las expectativas que generó su fichaje por un monto récord para la época en el fútbol inglés.
Pero su sola presencia, más que los 14 goles que logró anotar, todos conseguidos en su primer año, la que tuvo un impacto crucial como detonante del crecimiento del equipo.
"Teníamos el capital para comprar a un jugador, pero solo teníamos 24 horas para hacerlo", comenta Cook.
"En ese momento el acuerdo era simplemente un pedazo de papel. Pero parte de ese acuerdo fue un préstamo para comprar un jugador que reflejara la ambición de lo que iba a venir".
"Si no lo conseguíamos era posible que no se completara la compra, de ahí la importancia de la llegada de Robinho".
La euforia que generó su fichaje no solo afectó a los aficionados, sino que también afectó a los jugadores.
"Fue surrealista porque salía de toda proporción de la realidad que nos rodeaba", recordó el belga Vicent Kompany.
"Una superestrella estaba aterrizando a un club en el que no había llegado una en su mejor momento en mucho tiempo. A todos nos llegó la presión de que había que hacerlo bien y triunfar".
En enero de 2009, en la primera ventana de transferencias después de la llegada del jeque Mansour, el Manchester City no pudo persuadir al brasileño Kaká de unirse al club pese a la presencia de una oferta de más de US$100 millones, que hubiera sido récord para la época.
"Fuimos por Kaká, que fue otra declaración de nuestra ambición. Pero nuestra agresividad hizo que la gente se detuviera y pensara que había algo que no estaba bien", reconoció Cook.
"Me pregunto si Kaká se ha tomado el tiempo de ver la situación diferente ahora y pensar qué hubiera pasado de haber fichado por el Manchester City".
Meses después el brasileño llegaría al Real Madrid donde tuvo un paso con más pena que gloria, mientras City le arrebató al argentino Carlos Tévez al Manchester United.
Al "Apache" lo acompañaron al año siguiente Yayá Touré y David Silva, mientras que su compatriota Sergio Agüero se unió en 2011.
Desde entonces City ha ganado tres títulos en la Liga Premier de las siete temporadas disputadas y conquistado tres Copas de la Liga.
Un éxito deportivo que también ha repercutido lejos de la cancha como en la creación de una academia internacional de fútbol, la promoción de un equipo femenino y millones de dólares invertidos en las zonas que rodean el estadio Etihad.
"Hay orgullo al saber que nunca hemos olvidado el lugar del que venimos", resalta Cook.
"Hace 10 años los niños no usaban la camiseta del City entre sus amigos porque no se sentían orgullosos. Ahora ves toda la ciudad vestida de celeste con mucho orgullo".
Por algo Kompany, quien desde su llegada se ha convertido en el líder indiscutido del club, se refiere al pasado del club.
"Era un club con mucha historia, uno de los grandes, pero no tenía esa mentalidad, se había perdido en algún lugar del camino", dijo.
"El progreso ha sido tremendo", concluyó sin poner límites hasta dónde puede llegar el club.
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