París tiene por estos días un poco menos de glamur.
Orinales de color rojo brillante, completamente expuestos a la vista de los transeúntes, fueron colocados en la ciudad para reducir la incidencia de personas que orinan plena calle.
Y aunque estos orinales son ecológicos y tienen la característica de no despedir olores desagradables, muchos parisinos muestran su descontento con la iniciativa.
Una de las maneras más populares de conocer París, por ejemplo, es navegando en bote por el río Sena. Ahora esta placentera experiencia podría verse arruinada.
Un urinario en particular, colocado cerca de la archiconocida catedral de Notre Dame y puede ser visto desde los barcos turísticos, ha sido objeto de críticas.
Los residentes furiosos piden que se retiren los urinarios y planean presentar una petición formal ante las autoridades competentes.
"No hay necesidad de poner algo tan impúdico y feo en un lugar tan histórico", dijo a la agencia de noticias Reuters Paola Pellizzari, propietaria de un concesionario de arte localizado en las cercanías de la catedral.
"Está al lado del edificio más hermoso… el Hotel de Lauzun", dijo. Y mostró preocupación de que los nuevos urinarios "inciten al exhibicionismo".
"Es horrible", dijo otro residente. "Nos dicen que tenemos que aceptar esto, pero esto es absolutamente inaceptable. ¿Las personas no pueden comportarse?".
Son necesarios
Pero el alcalde local, Ariel Weil, dice que los orinales son necesarios.
"Si no hacemos nada, los hombres simplemente van a orinar en las calles", dijo a Reuters. "Si realmente está molestando a la gente, encontraremos otra ubicación".
Los también llamados "orinales inteligentes" fueron instalados en puntos de la ciudad donde el problema de las personas que orinan en lugares públicos es más preocupante.
Según varios medios, la capa de paja ubicada dentro de estos orinales no solo evita el mal olor, sino que tiene la finalidad de ser usada como compost para parques y jardines.
Se ha dicho que un año de la orina de una persona contiene suficiente nitrógeno, fósforo y potasio para fertilizar 400 metros cuadrados de trigo.
Algunos argumentan que el "uritrottoir" -una combinación de las palabras francesas "urinario" y "pavimento"- es discriminatorio.
"Uritrottoirs para hombres: genial. Pero ¿y nosotras las mujeres? ¿Usamos las bandejas de basura? Las ideas sexistas no son agradables", dijo en francés un usuario de Twitter.
"Se han instalado en una propuesta sexista: los hombres no pueden controlarse a sí mismos y, por lo tanto, toda la sociedad tiene que adaptarse", dijo a Reuters la feminista Gwendoline Coipeault.
"Nadie necesita orinar en la calle", agregó.
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