Vivió hace más de 13.000 años en lo que hoy es territorio de México.
Y casi dos décadas después de que sus restos fueran hallados en las profundidades de una cueva, el rostro de Eva de Naharon, la mujer más antigua de América, fue revelado.
La reconstrucción digital de las facciones de la joven fue encargada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), al diseñador brasileño Cícero Moraes, célebre por recrear virtualmente los rostros de personajes históricos.
“Tuvieron que pasar dos décadas desde el primer encuentro que tuve con los restos fósiles de Eva de Naharon en el interior de la cueva y más de 13.600 años para finalmente poder conocer su rostro”, dijo a BBC Mundo el espeleólogo e investigador subacuático Octavio del Río, investigador del INAH y líder del equipo que descubrió los huesos en el año 2000.
En ese momento, del Río no sospechaba la antigüedad de los fragmentos óseos que había encontrado.
“Los fechamientos fueron elaborados en tres laboratorios diferentes, coincidiendo todos en una antigüedad de 13.600 años, lo que coloca a Eva de Naharon como el primer y más antiguo fósil humano encontrado en la península de Yucatán y en el resto de América“.
Fue en 1998 que, como parte de un proyecto del INAH, se iniciaron las primeras incursiones subacuáticas con fines de investigación arqueológica en las cuevas y cenotes (oquedades en la superficie que dan acceso a las cuevas) en la Península de Yucatán, según explicó Del Río.
“En el caso de la Eva de Naharon nos llevó más de un año de exploraciones siguiendo los rumores de la existencia de restos óseos sin identificar dentro del cenote Naharon, de donde deriva el nombre de Eva de Naharon y que es el acceso al sistema de cuevas Naranjal localizado al sur de Tulum, en el estado de Quintana Roo”.
“La labor fue maratónica, todas las referencias nos llevaban a lugares recónditos dentro de la cueva sin lograr localizar el sitio en mención. Hubo que pasar muchas horas buceando descartando lugares y rutas dentro del sistema de cuevas”.
Fue finalmente en el año 2000 que Del Río, junto a su colega Eugenio Acevez, ubicó los restos a 367 metros de la entrada de la cueva y a 22,4 metros de profundidad. Dos años después la osamenta fue recolectada para su análisis
“Los análisis antropológicos realizados por el Dr. Alejandro Terrazas, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señalaron que el esqueleto encontrado contenía cerca del 80% de la estructura original de una mujer que medía 1,41 metros de altura, y que tenía entre 20 y 25 años de edad al momento de su muerte“.
“Los restos de Naharon se encontraron en un lugar remoto dentro de la cueva, una cueva majestuosa e imponentemente oscura”.
“El camino se bifurca en muchos otros túneles, cual venas de la tierra. Todo es muy confuso, las sombras que provocan las antorchas van y vienen, hay rocas colapsadas por todos lados”.
Cómo murió Eva es “tal vez una pregunta que nunca podamos contestar”, señaló Del Río.
Una posibilidad es que la joven recorriera los 360 metros hacia el interior de la cueva para buscar agua.
“El único acceso a las fuentes de agua era a través de las cuevas, ya que la península de Yucatán está conformada por karst, que es un componente calcáreo sumamente poroso que permite la filtración del agua de lluvia hacia el subsuelo hasta alcanzar el nivel del mar alojándose el agua dulce (menos pesada) por arriba del agua salda del mar”.
Las cuevas estaban secas porque en el nivel del mar había bajado 30 metros en la Edad del Hielo, explicó Del Río.
Fue solo al término de la era glacial que el mar alcanzó su nivel actual debido al derretimiento del agua.
“En la profundidad de la cueva, el recorrido debió haber sido muy estresante, no solo por los miedos propios de la soledad aunado a un lugar de naturaleza hostil, tenebroso, desolado y en total penumbra, incluso húmedo y preponderantemente frío, sino además por los efectos que la travesía pudiera haber causado en la mente y el cuerpo. El cansancio y la falta de aire fresco provocan además sofocación y dificultan el poder pensar con claridad”.
Una segunda posibilidad es que Eva llegara a la profundidad de la cueva para protegerse de depredadores “de los que había que cuidarse para no ser comidos”.
La megafauna característica de la época hasta su extinción al inicio del Holoceno incluía tigres dientes de sable, pumas y osos enormes entre otros grandes depredadores. También existían perezosos gigantes, gliptodontes o armadillos gigantes, gonfoterios y otros animales que cazaban como fuente de sustento.
Y una tercera posibilidad es que Eva fuera llevada a la cueva después de su muerte.
“Tal vez la teoría más acertada es la posibilidad de que se tratara de un deposito funerario, a donde las personas cercanas la llevaron a cuestas hacia un lugar recóndito e impenetrable en el que no se la pudiera perturbar y así lograr la paz y su descanso eterno”, afirmó Del Río.
“De ser así pudiéramos pensar que se trata de una de las primeras manifestaciones de ritual post mortem en el continente”.
Cícero Moraes explicó a BBC Mundo cómo logró recrear el rostro de Eva.
“La reconstrucción facial comenzó con la digitalización en 3D del cráneo. El equipo mexicano ya había tomado fotos de la estructura en un círculo de 10 a 10 grados”.
“Cuando recibí las imágenes usé un algoritmo computacional que las convierte en un objeto 3D correspondiente al cráneo y mandíbula. Pero el cráneo no estaba completo por lo que tuve que usar uno virtual para complementarlo”.
Una vez que el cráneo estuvo completo, Moraes hizo una reconstrucción basada en dos enfoques.
“Uno es el anatómico, donde modelé los músculos principales del rostro. Y el otro es el estadístico, donde tomamos datos de centenares de individuos con las mismas características ancestrales para saber qué espesor tenía la piel en determinadas partes del rostro”.
Moraes utilizó el software OrtogOnBlender, desarrollado por su equipo y que funciona con el programa Blender 3D y hace fotogrametría a partir de otro software, el OpenMVG+OpenMVS.
“Todos los softwares son libres, gratis y funcionan en los tres sistemas operacionales más populares del mercado”.
Los restos de Eva de Naharón y otros cráneos hallados en la misma región presentan características anatómicas que coinciden con las de habitantes del sur de Asia e Indonesia.
“La reconstrucción craneofacial digital elaborada por Moraes parece confirmar esto. El trabajo realizado es congruente con las características físicas de los habitantes del sur de Asia, es decir, coincide con los estudios antropológicos y de ADN realizados sobre fósiles humanos encontrados en esta región, todos apuntando a un antepasado asiático”, señaló Del Río.
El INAH espera crear en el futuro un museo virtual con modelos tridimensionales de sus hallazgos, que permitirá llevar a usuarios en todo el mundo tesoros arqueológicos como el rostro de Eva.
Cuando acabó de recrear las facciones de la joven, Moraes sintió “alegría y honor, porque este trabajo es una forma de humanizar un individuo y hacer que su historia sea recordada por los que hoy estamos aquí”.
Para Osvaldo del Río, la reconstrucción forense de una mujer que vivió hace 13.600 años “es un evento único y muy emocionante”.
“La maravilla de las nuevas tecnologías nos acerca aún más a nuestro pasado”.
“Ahora podemos ver de frente a los humanos que nos precedieron”.
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