Todo sea por sacar una mínima ventaja sobre el rival.
El Norwich City, equipo de la segunda división del fútbol inglés -el Championship- decidió pintar de rosado intenso el vestuario reservado para el equipo visitante.
La razón: el rosa es un color que supuestamente reduce los niveles de testosterona y que tiene un efecto tranquilizante sobre las personas.
Algunos estudios indican que el color efectivamente baja los niveles de la hormona sexual masculina e incluso ha sido utilizado en la decoración de cárceles para calmar a los presos.
Aunque como explica el Dr. Alecander Latinjak, profesor de psicología del deporte de la Universidad de Suffolk. si el rosado tiene ese efecto es "porque está vinculado a las experiencias de la niñez".
"Y si es verdad que reduce los niveles de testosterona entonces el entrenador debería saber exactamente cómo usar esa ventaja tácticamente", le dijo a la BBC Latinjak.
El Norwich no se ha pronunciado oficialmente sobre el tema, pero los aficionados se enteraron del cambio de pintura en un foro.
Y, en cualquier caso, la idea no es completamente novedosa.
El legendario ex entrenador de fútbol americano, Hayden Fry, aplicó la misma medida en el equipo de la Universidad de Iowa al que llegó en 1979 y donde permaneció hasta 1998 desarrollando una gran carrera.
Graduado en piscología, Fry ordenó redecorar el vestuario visitante de color rosado para hacer que los rivales se mostraran menos agresivos.
No se sabe a ciencia cierta si eso incidió en los buenos resultados que obtuvo, pero hay anécdotas sobre el efecto que generaba sobre otros equipos.
Por ejemplo, el también mítico entrenador de Michigan, Bo Schembechler enviaba a sus asistentes a cubrir las paredes rosadas con papel blanco la noche anterior del partido, preocupado de que la decoración distrajera a los jugadores.
En contraste con el vestuario rosado de los visitantes, el del Norwich en su casa de Carrow Road está pintado de blanco y cubierto de frases motivacionales en las paredes.
Por ahora en sus actuaciones en casa el Norwich cosecha una derrota 4-3 ante el West Bromwich y un triunfo 3-1 ante el Stevenage, así que queda por ver si realmente la táctica da buenos resultados.
"Personalmente no me hubiera molestado en cambiar el color del vestuario", apuntó el Dr Latinjak. "Hay muchas otras cosas que puedes hacer antes de eso".
"Ahora que los equipos saben acerca del vestuario rosado podrían tomar medidas para contrarrestar y asegurarse niveles de testosterona más altos", advirtió el psicólogo deportivo.
Y Latinjak cree que el cambio de color podría incluso resultar contraproducente.
"Incluso podría pasar que los jugadores de otros equipo se diviertan un poco. Podrían llegar todos tensos pero entonces comenzar a reírse, y sonreír es algo que está vinculado a tener un mejor rendimiento".
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