Tras las elecciones del pasado 1 de junio, México pasó del noveno al cuarto lugar en el ranking mundial de mujeres en el parlamento, de acuerdo con la Unión Interparlamentaria, lo que representa un avance en materia de equidad de género legislativo. ¿Pero estos escaños garantizarán una verdadera participación política de las mujeres en los congresos y se traducirá en legislaciones con perspectiva de género?
A decir de investigadoras y congresistas entrevistadas por Animal Político, la paridad que llevó a México a escalar cinco posiciones en materia de paridad de genero no garantiza, por si sola, la real participación de las mujeres en posiciones clave o en la legislación de leyes con perspectiva de igualdad.
En cuanto a números se refiere, la presencia de mujeres en la Cámara de Diputados y el Senado se desarrolló de manera creciente. Para la Legislatura LXI, correspondiente al periodo 2009-2012, la Cámara de diputados se conformó por 159 mujeres y 341 hombres; tres años después, en la LXII legislatura, 185 mujeres compartieron el espacio legislativo con 315 hombres; en la actual legislatura fueron 214 mujeres y 286 hombres.
Finalmente, y según los resultados preliminares, para la siguiente legislatura, que arrancará en septiembre del presente año, la llamada cámara baja estará integrada por 243 mujeres y 256 hombres.
La Cámara de Senadores, por su parte, tendrá una conformación de 63 mujeres y 65 hombres para la próxima legislatura, mientras en 2012 se conformó con 42 mujeres y 86 hombres; y en 2006, de 128 escaños, las mujeres ocupaban únicamente 22.
Para Nuria Hernández, actual secretaria de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres Michoacanas y con 10 años de experiencia en armonización legislativa y derechos humanos de las mujeres en la Cámara de Diputados, la paridad de genero no es garantía de igualdad pues “históricamente los congresos han sido conformados por hombres”.
Puso como ejemplo las comisiones al interior de la Cámara de Diputados. Una de la más importantes es la de Hacienda donde se gestionan todos los recursos a nivel federal y estatal. “Siempre esta conformada por hombres, las presiden hombres y sus agendas las marcan los hombres”.
Lo mismo ocurre en otras comisiones importantes como la de Gobernación y la de Puntos Constitucionales, esta última donde se aprueban las reformas a la Constitución.
“Siempre están conformadas por hombres, es un problema si seguimos con esa tradición y sólo los hombres ocupan las vías importantes”, sostuvo Hernández.
Los diagnósticos del Trabajo Legislativo en Materia de Derechos Humanos de las Mujeres de las legislaturas LXI y LXII, publicados por el Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género de la Cámara de Diputados, corroboran lo dicho por Nubia Hernández sobre la integración de las comisiones estratégicas en el órgano legislativo.
Las mujeres no están bien representadas en las diferentes comisiones, sobre todo en las que son clave, y cuando lo están ocupan posiciones que se relacionan con cualidades de cuidado y servicio, atribuidas especialmente al género femenino, de acuerdo con los resultados de los dos informes.
En la presente legislatura, la Comisión de Igualdad y Género, por ejemplo, está conformada por 28 mujeres y sólo un hombre; la de Grupos Vulnerables se integra por 22 mujeres y 3 hombres; la de infancia, por su parte, cuenta con 24 mujeres y 3 hombres.
En contraposición las comisiones de Gobernación, Hacienda, Justicia, Presupuesto y Cuenta Pública, voltean las cifras para que sus escaños sean ocupados por hombres en mayorías desproporcionadas, como en la Comisión de Puntos Constitucionales que se conforma por 23 hombres y 5 mujeres.
Para la senadora Martha Tagle los partidos políticos siguen siendo los que tienen el control en la designación de las candidaturas y en ese sentido, dijo, no se ha buscado llevar a los espacios legislativos a las mujeres por su trayectoria política sino por cumplir con el tema de la cuota de género.
“Las mujeres llegamos a estos espacios de toma de decisiones de manera numérica, pero necesitamos convertir esto no solamente en un asunto numérico sino también cualitativo”, expresó.
Tagle denunció que las mujeres legisladoras siguen siendo segregadas en los espacios en los que realmente se toman decisiones, en especial en aquellos que son claves en el Congreso.
“El control real de las decisiones las siguen teniendo los hombres a través del mando de los órganos de gobierno internos del congreso […], es ahí donde se define qué iniciativas van a pasar, qué iniciativas no van pasar, las prioridades y esos espacios es donde no estamos las mujeres”.
Como investigadora, Nuria Hernández realizó entrevistas para un proyecto del Centro de Estudios para el Adelanto de la Mujer y Equidad de Género (Ceameg) en la Cámara de Diputados y encontró que algunas de las mujeres que han ocupado un puesto legislativo lo han hecho “sin querer” y con total desconocimiento de su futura labor.
Los testimonios recabados por Hernández así lo revelan: “a mí nadie me dijo para qué iba a llegar aquí y cuál era el poder que yo tenía, ni cómo podía transformar las cosas”.
En cuanto a la capacidad de legislar las agendas de género, los diagnósticos del Trabajo Legislativo en Materia de Derechos Humanos de las Mujeres indican que posicionar los temas de genero depende del pulso político del país y de las promesas que los grupos parlamentarios comprometieron en campaña.
Sin que la agenda de género corresponda a un tema exclusivo de mujeres, legisladoras pueden llegar o no con una agenda propia o asumir la del partido político al que pertenecen, pero según los diagnósticos “no han logrado colocar hasta la fecha a las agendas de género como una prioridad en el orden del trabajo legislativo interno”.
Para Nuria Hernández el tema de las alianzas es estratégico para la conformación de una agenda de género, “el reto aquí es que las mujeres saltemos de pertenecer únicamente a un grupo de diputados al tema de soy mujer y tengo que abonar para una agenda de género”.
La propuesta de Martha Tagle es conformar una bancada temporal solo de mujeres construida desde la pluralidad y con una agenda común muy concreta. Relató desde su experiencia que en la LX Legislatura participó de un pequeño grupo de diputadas de todos los partidos y explicó: “éramos incluso una minoría en el Congreso, pero estábamos juntas e íbamos y negociábamos con todos los coordinadores y eso nos daba fortalezas en plural”.
Para Tagle uno de los pendientes más importantes de la próxima legislatura será el del empoderamiento económico de las mujeres, la necesidad de contar con un sistema de cuidados para aligerar sus cargas, dignificar su salario para evitar que sigan teniendo menores ingresos que los hombres y destaca la importancia de generar comisiones para que otras mujeres también mejoren su calidad de vida.
Para Nuria Hernández, el trabajo de la agenda debería centrarse en dar seguimiento a la iniciativa sobre violencia política contra la mujer, revisar el tema de acoso sexual, perfeccionar el esquema de la alerta de género, fortalecer la figura jurídica de feminicidio y no abandonar el tema de trata de personas.
Por su parte, la periodista, feminista y activista Ixchel Cisneros, directora de Cencos, dijo que con la conformación de los congresos en paridad es necesario que “nosotras les exijamos a ellas y a ellos ser representantes de la población femenina en México”.
Consideró como urgente y como parte de una agenda de género el derecho a decidir de las mujeres, la prevención e investigación de desapariciones, la violencia y las agresiones contra las mujeres periodistas, activistas y defensoras de los derechos humanos.