Esta semana Estados Unidos anunció nuevas sanciones en contra de Rusia, después de acusar a Moscú de haber empleado una sustancia química prohibida en contra de un antiguo doble agente ruso residente en Reino Unido.
El Kremlin, sin embargo, niega estar detrás del aparente intento de envenenamiento de Sergei Skripal con Novichok, un agente nervioso desarrollado en Rusia.
El supuesto ataque tuvo lugar en la ciudad inglesa de Salisbury, en mayo pasado, y también afectó a la hija de Skripal, Yulia. Ambos ya se han recuperado.
Pero, ¿qué se sabe del hombre en el centro de la controversia? ¿Hay algo en su vida que pueda explicar esta historia que parece sacada de las páginas de la Guerra Fría?
Empecemos en diciembre de 2004, cuando Sergei Skripal fue arrestado cerca de su casa de Moscú por el FSB, el servicio de seguridad ruso. Justo acababa de regresar de Reino Unido.
Skripal había hecho viajes ocasionales al exterior, pero sobre todo a España y Malta. Nunca le había hablado a sus colegas de viajes a tierras británicas.
Sin embargo -según el periódico Kommersant- las agencias de contrainteligencia rusas ya llevaban rato siguiéndolo.
Querían confirmar que Skripal era la fuente de varias filtraciones hechas a servicios de inteligencia extranjeros.
La operación de vigilancia concluyó que Skripal, quien había trabajado para la agencia de inteligencia militar rusa GRU, se había estado reuniendo con diplomáticos británicos basados en Moscú.
También con agentes de la agencia de espionaje británica MI6.
Valery Malevany -un Mayor-General retirado del GRU e historiador de los servicios secretos- le dijo a la BBC que Skripal había caído en una "clásica trampa de miel" (honey trap); es decir, que había sido seducido para que tuviera relaciones sexuales, y luego obligado a convertirse en un doble agente.
Y durante su juicio por alta traición Skripal reconoció haber sido reclutado por los británicos en 1995, cuando todavía trabajaba en la agencia de inteligencia militar.
Los fiscales dijeron que había empezado a colaborar con el MI6 cuando estuvo en el extranjero, cerca de la fecha en la que fue enviado a España como agregado militar de la embajada rusa.
"Yo no lo describiría como un típico espía profesional. Era más bien un hijo de la década de 1990, cuando la Unión Soviética colapsó pero había que mantener la ideología", dice Oleg Ivanov, quien trabajó con Skripal en el registro provincial de la propiedad de Moscú.
Como militar, Skripal tenía entrenamiento como paracaidista y, según varias fuentes, estaba muy orgulloso de haber calificado como agente del servicio secreto.
Después de su tiempo en España regresó a Moscú y trabajó en pleno corazón del GRU, donde hizo carrera.
Eventualmente fue ascendido a vicedirector de recursos humanos, lo que en la práctica lo convirtió en el principal reclutador de la agencia.
En 1999 Skripal se retiró con el rango de coronel y, después de un breve paso por el ministerio de Relaciones Exteriores, consiguió un trabajo en el registro provincial de la propiedad de Moscú.
"Era un tipo patriótico, amable y generoso. Nos llevábamos bien. Era muy agradable", recuerda Ivanov.
"De vez en cuando salíamos a comer a cafés o restaurantes. El dinero no sobraba, pero me imaginaba que como coronel en retiro tenía una buena pensión y no tenía problemas económicos. Siempre pagaba la cuenta de los demás, como un asunto de principios", cuenta.
"En casa también era un hombre decente. No tengo nada malo que decir de él", agrega.
El mismo Skripal testificó que en cada reunión con sus responsables había recibido pagos.
También tenía una cuenta de banco en España y en sus nueve años espiando para agencias extranjeras recibió poco más de US$100.000.
Y según el periódico oficialista Izvestiya, información sobre "varias docenas" de agentes encubiertos rusos eventualmente se usó para poner a los agentes del FSB bajo vigilancia y luego expulsarlos de varios países europeos.
El FSB también afirma que el coronel Skripal siguió develando secretos incluso después de su retiro en 1999, supuestamente obteniendo información a través de colegas en el ministerio de Relaciones Exteriores.
Pero su familia todavía no cree que fuera un doble agente.
"Sergei era el hombre más patriótico que he conocido", dijo uno de los familiares de Skripal.
"Estoy seguro que la acusación en su contra fue un montaje. Deberían haber visto el auto que manejaba. Era tan viejo y destartalado que yo me burlaba diciendo que un día se iba a desarmar en plena calle", contó.
Skripal fue encontrado culpable de "alta traición en la forma de espionaje" y sentenciado a 13 años de cárcel.
Fuentes cercanas a las agencias de espionaje británicas le dijeron a la BBC que, aunque no era un agente de alto perfil, su rol como reclutador del GRU le había permitido acceder a los nombres de agentes encubiertos rusos en todo el mundo.
En julio de 2010 fue perdonado y luego liberado junto a otros tres prisioneros, para ser intercambiados por 10 espías rusos arrestados por el FBI en Estados Unidos.
Skripal fue incluido en el canje a solicitud de las autoridades británicas.
Y después de un intercambio al estilo de la Guerra Fría en el aeropuerto de Viena, al doble agente ruso se le dio refugio en Reino Unido.
No quiso quedarse en Londres alegando razones de seguridad y decidió establecerse en Salisbury, un tranquilo pueblo en el suroeste de Inglaterra. Le dijo a sus familiares que lo había elegido por su belleza y su baja tasa de criminalidad.
Pronto, su esposa Liudmila y sus hijos Aleksandr y Yulia se reunieron con él.
Los vecinos dicen que eran una familia amistosa y tranquila, pero aquellos que conocieron a Skripal dicen que tenía pocos amigos fuera del mundo del espionaje.
Dio conferencias sobre el GRU y ocasionalmente trabajó como consultor para el MI6 y academias militares.
Pero su familia dice que después del intercambio de espías, nunca bajó la guardia: "No era paranoico ni vivía nervioso. Simplemente estaba alerta y era muy cauteloso. Decía que sus antiguos colegas podían venir a por él en cualquier momento".
En 2012 la esposa de Skripal, Liudmila, murió de cáncer.
Dos años después, su hija Yulia decidió regresar a Rusia, porque decía que extrañaba Moscú.
En 2016, uno de los hermanos de Skripal murió en Rusia. Y, el año pasado, su hijo de 43 años, Aleksandr, murió a consecuencia de una falla aguda del hígado durante un viaje a San Petersburgo.
Algunos miembros de la familia creen que algunas de esas muertes se produjeron bajo circunstancias misteriosas.
Skipral era muy cercano a su hijo y se dice que la muerte de este lo afectó muchísimo.
Su cumpleaños se habría celebrado el 1 de marzo y la familia dice que Yulia había viajado a Reino Unido para acompañarlo en un momento difícil.
Skripal a menudo hablaba de su tiempo en el GRU y decía que uno no podía simplemente abandonar la agencia, recuerda uno de sus familiares.
"O te entierran con honores o te entierran porque uno de los tuyos te da un balazo, era lo que acostumbraba decir", recuerda el pariente.
"Hay dos posibilidades", opina por su parte el historiador de los servicios secretos Aleksandr Kolpadiki.
"O bien alguien está tratando de socavar a Putin y lo está provocando con un peligroso experimento, o Putin dio la orden para mejorar en los sondeos de opinión. Lo cierto es que nunca se había producido el asesinato de un espía que ya había sido intercambiado", dice.
Para Kolpadiki, "la inteligencia rusa únicamente mata a aquellos que representan un peligro real".
"Skripal ya no tenía secretos. Ya le había vendido todo lo que sabía a los británicos. Y los servicios secretos rusos nunca han matado a nadie por venganza. Todos han sido ‘terminados’ para suponer un peligro. ¿Y qué daño podría haber causado él? ¡Ninguno!", concluye.
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