Cuando fue rescatada, estaba sola y a 96,5 km de la costa.
Kay Longstaff, una mujer británica de 46 años, fue rescatada tras pasar 10 horas en el mar al caer de un crucero este fin de semana.
Los detalles de su notable experiencia de supervivencia aún están saliendo a la luz. Al parecer, Longstaff le dijo a un rescatista que le ayudó el estar en forma por hacer yoga y que cantó para dejar de sentir frío por la noche.
Pero, ¿qué podría ayudarlo a usted a mantenerse con vida en una situación similar?
Hubo varios factores afortunados que ayudaron en el caso de Kay Longstaff.
Simon Jinks, instructor de supervivencia en el mar, dice que pudo haberse hundido tres o cuatro metros debajo de la superficie del agua después de la caída inicial y después tuvo la suerte de no ser arrastrada debajo del barco.
Puede haber turbulencia en el agua al lado de un crucero y "algunas olas pueden empujarte y otras pueden llevarte", explica; depende de la velocidad del barco y de la fortuna.
Es probable también que estuviera "sin aliento" por la caída de un barco tan grande.
Su segundo golpe de suerte fue la temperatura cálida del agua en que cayó, que se calculó que era de 28-29 ºC, o "un poco más caliente que una piscina", señala el profesor Mike Tipton, un experto en supervivencia en entornos extremos.
Una persona puede sobrevivir alrededor de una hora en aguas a 5 ºC, dos horas en 10 ºC y seis horas en 15 ºC, pero si la temperatura está en los 20 grados, es posible sobrevivir cerca de 25 horas, precisa Tipton.
Los seres humanos pueden entrar en shock con agua fría si la temperatura es demasiado baja, lo que significa que pierden la capacidad de controlar su respiración y, potencialmente, pueden tragar agua o ahogarse.
Y a medida que disminuye la temperatura corporal, alguien puede cansarse, confundirse o desorientarse.
Si hubiera caído en el mar alrededor de Gran Bretaña, Longstaff habría estado en aguas de entre 12 ºC y 15 ºC, lo suficientemente frías como para causar un shock.
Según un reportaje de técnicas de supervivencia de la BBC, la mejor manera de reducir la velocidad a la que se enfría el cuerpo es evitar nadar y, en cambio, intentar flotar en el agua con las rodillas levantadas hacia el pecho.
Las "condiciones tranquilas y planas" significaron que la mujer, en este caso, pudo flotar, nadar y "quedarse prácticamente en el lugar donde cayó", dice el profesor Tipton.
"Ella no fue golpeada por las olas durante todo el tiempo. Se habría ahogado de manera inevitable si ese hubiera sido el caso".
Según la Institución Real de Salvavidas de Inglaterra (RNLI, en sus siglas en inglés), la ropa y el calzado mejoran la flotabilidad de una persona durante sus primeros momentos en el agua, porque atrapan el aire. Flotar con calma, en lugar de moverse mucho, ayudará a que el aire se mantenga atrapado.
Cualquier cosa que usted pueda hacer para ayudarlo a flotar mejorará sus posibilidades.
Una escuela de entrenamiento marítimo en Sunshine Coast, Australia, aconseja a cualquier persona que se encuentre a la deriva en el agua aferrarse a algo que esté flotando.
Si usted no tiene un chaleco salvavidas, debería tratar de lograr algo de flotabilidad con ayuda de la ropa, un movimiento familiar para muchos a partir de las lecciones de natación en la escuela.
Con el tiempo limitado para sobrevivir en el agua, es importante que usted sea rescatado lo más pronto posible.
En este caso, las personas a bordo parecen haber notado que la mujer había desaparecido y utilizaron el circuito cerrado de televisión del barco para determinar el momento de su caída y, por lo tanto, su ubicación probable.
Pero, como indica el profesor Tipton, es muy difícil encontrar a alguien flotando solo en el mar, especialmente de noche. "Es realmente difícil encontrar lo que, en esencia, es una cabeza en el agua".
La proporción de grasa corporal de las mujeres, típicamente un 10% más que los hombres, puede funcionar a su favor.
"Tienen más grasa subcutánea y eso significa que son más boyantes, porque la flotabilidad del cuerpo proviene principalmente del aire y la grasa del cuerpo", explica Tipton.
La grasa adicional también ayuda a mantener el cuerpo caliente, lo que es útil cuando el cuerpo humano se cansa en el agua.
Para sobrevivir a este tipo de prueba, también necesitas tener una mentalidad resistente.
Según el libro Survival Psychology, del profesor John Leach, durante situaciones de desastre la mayoría de las personas quedan paralizadas y no harán nada para ayudarse a sí mismas. Otros entrarán en pánico, pero algunos tomarán, de inmediato, medidas activas para sobrevivir.
"Creo que hay un gran aspecto psicológico", acota Tipton. "En ese momento, las horas seis, siete, ocho y nueve deben ser situaciones muy desesperantes".
En este caso, la mujer le dijo a un socorrista que cantó durante la noche para evitar enfriarse.
Jinks es propietario de Sea Regs, una compañía que entrena a capitanes y tripulantes. Él dice que la "voluntad de sobrevivir" de una persona es crucial.
"Si te metes en una situación y piensas, ‘voy a morir’, tu psicología cambia", apunta. Por el contrario, decirse a sí mismo "no me voy a morir hoy" puede ayudar.
La Institución Real de Salvavidas de Inglaterra dice que una de cada ocho muertes registradas en las costas de Reino Unido está relacionada con alcohol, e insta a los nadadores a evitar entrar en el agua después de una bebida alcohólica.
Advierte que el alcohol puede afectar seriamente el juicio, las reacciones y la capacidad de nadar.
Pero Tipton constató en uno de sus estudios recientes cómo un grupo de voluntarios que consumieron seis bebidas de vodka antes de entrar en el agua no observaron "ninguna diferencia en sus respuestas fisiológicas a la inmersión".
"Lo que hace es que dificulta la toma de decisiones. Las personas toman malas decisiones cuando tienen alcohol en el organismo".
No hay indicios de que el alcohol haya estado involucrado en el caso de Kay Longstaff.
• José Salvador Alvarenga, de El Salvador, soportó 440 días a la deriva a través del Océano Pacífico hasta que fue encontrado en las Islas Marshall en 2013, demacrado y vistiendo solo sus calzoncillos, habiendo nadado a tierra.
• Poon Lim, un marinero chino durante la Segunda Guerra Mundial, estableció el récord de la supervivencia más larga en una balsa salvavidas: 133 días solo en el Atlántico.
• En 2006, Jesús Vidana, un pescador mexicano de tiburones, pasó 270 días a la deriva junto a su tripulación en el Océano Pacífico, antes de que un barco atunero taiwanés los rescatara en las Islas Marshall.
• El aventurero estadounidense Steven Callahan sobrevivió 76 días en una balsa salvavidas en el Atlántico en 1982, después de que una ballena se estrelló contra el casco de su velero, Napoleón Solo.
Ahora puedes recibir notificaciones de BBC News Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.