¿Una bestia nuclear, combinación entre un gorila y una ballena?
Eso es Godzilla, nada más y nada menos. En un principio, Godzilla no era Godzilla, era Gojira, una combinación entre las palabras japonesas “gorira” (gorila) y “kujira” (ballena).
El cambio, al parecer, se dio entre la película original japonesa, de 1954, y la adaptación estadounidense, de 1956. El nombre nació gracias al apodo de un hombre corpulento que trabajaba en los estudios de Toho, la casa productora de la película.
Y aunque Godzilla se parece más a un tiranosaurio rex que a un engendro entre un gorila y una ballena, desde el principio tuvo una relación sutil, pero íntima, con la radiación y las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki.
“En aquellos días, los japoneses sentían verdadero horror por la radiación, y ese horror es lo que hizo a Godzilla tan grande. Desde el principio simbolizó la venganza de la naturaleza contra la humanidad“, afirmó en 1984 Tomoyuki Tanaka, el productor de Godzilla, quien creó al monstruo junto al director Ishiro Honda, el experto en efectos especiales Eiji Tsuburaya y el compositor Akira Ifukube.
Desde un principio, ninguno de ellos quería que la película fuera vista como antiestadounidense ni como una venganza, desde el cine, contra las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Querían lograr un efecto diferente.
En 1954, después de regresar de un frustrante viaje de negocios para intentar hacer películas en Indonesia, el avión en el que viajaba Tomoyuki Tanaka pasó por las islas Bikini, en las que unos años antes la tripulación de un atunero japonés sufrió las consecuencias de la radiación tras la explosión de una bomba de hidrógeno que estaba siendo desarrollada por Estados Unidos.
Fue en ese punto del aire donde, según The New York Times, a Tanaka se le ocurrió hacer la historia de un monstruo nuclear que emergía de las aguas.
Pero durante el trabajo con su equipo creativo, las relaciones entre Godzilla y las bombas se fueron depurando y haciendo sutiles.
“Pienso que mostrar visualmente que la bomba creó al monstruo, eso hubiera sido ir demasiado lejos y no me habría sorprendido si la gente hubiera protestado por una película así”, afirmó Ishiro Honda, el director de la película, en su biografía escrita por Steve Ryfle y Ed Godziszewski.
Honda también confiesa que “no quería hacer referencia al Dragón Afortunado, el barco pesquero japonés. Si hubiera querido eso, habría mostrado a la criatura naciendo de la explosión. El guión fue escrito con la “especulación” de que la criatura fue un resultado de esa prueba nuclear'”.
Sin embargo, Honda sí buscaba dar la sensación de “un temor invisible. La creación de una bomba atómica se ha convertido en un problema universal. Sentía que ese miedo atómico iba a estar colgado de nuestros cuellos por toda la eternidad”.
De hecho, en su biografía los autores afirman que “en Godzilla, Honda alude de manera directa y en repetidas veces a la guerra, la bomba y a los sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki. Se muestran aviones de guerra, tanques y convoyes militares. El embate del monstruo es una onda de choque en cámara lenta, su aliento radiactivo incinerando gente, autos y edificios”.
Honda fue soldado en la segunda guerra mundial y cuando las bombas cayeron sobre las dos ciudades él estaba prisionero en China.
Siete meses después, de regreso a su hogar, pasó por Hiroshima y vio el paisaje de devastación.
Godzilla no era ni un dinosaurio, ni un gorila, ni una ballena. Era la metáfora del poder destructivo de una bomba atómica.
Como el mismo Honda declaró: “si Godzilla hubiera sido un dinosaurio u otro animal, habría sido asesinado con una sola bala de cañón. Pero si fuera igual a una bomba atómica, no sabríamos qué hacer. Por lo tanto, tomé las características de una bomba atómica y las apliqué a Godzilla“.
Así, Godzilla fue, ante todo, la reacción del cine al mayor temor de una época.
Hoy, por ejemplo, Godzilla podría nacer de una catástrofe ambiental irreversible, o de una guerra nuclear entre Estados Unidos e Irán o Corea del Norte.
De hecho, en 1992, el periodista David Milner le preguntó a Honda al respecto: “Godzilla nació como una reacción al desarrollo de armas nucleares. Como la guerra nuclear ya no es una amenaza tan grande como lo fue antes, muchos fanáticos creen que Godzilla ahora debería usarse para abordar las preocupaciones ambientales. ¿Estás de acuerdo con esto?”.
Su respuesta fue clara y concisa: “Sí, estoy de acuerdo”.
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