Nota del editor: Desde el 23 de julio, Animal Político presenta materiales periodísticos para conocer los hechos, nombres y momentos clave del movimiento estudiantil del 68 que se vivió en México.
La cronología se publica en tiempo real, a fin de transmitir la intensidad con que se vivieron esos días y se tenga, así, una mejor comprensión de cómo surgió y fue frenado a un precio muy alto el movimiento político social más importante del siglo XX.
Queda mucho por saber y entender: 50 años después aún no sabemos por qué una riña estudiantil –como muchas que hubo previamente– detonó la brutal represión del gobierno.
Lo que es cierto es que el 68 fue, es mucho más que la masacre del 2 de octubre.
Hubo un contexto que lo explica. Y eso es lo que les presentamos aquí.
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Ciudad de México, 31 de julio de 1968.- En un mitin convocado por las autoridades de la UNAM y realizado en la explanada principal, el rector Javier Barros Sierra, anunció que encabezará una manifestación este 1 de agosto, en la que “presentaremos fuera de la Ciudad Universitaria, nuestra demanda del respeto absoluto a la autonomía universitaria”.[1]
El recorrido planeado será de Ciudad Universitaria al Zócalo capitalino.
La concentración de este miércoles frente a Rectoría tuvo lugar un día después de que soldados de la primera zona militar intervinieran con tanques ligeros y jeeps equipados en el barrio universitario del primer cuadro de la ciudad, y dispararan un bazucazo a la puerta principal de la preparatoria 1 de San Ildefonso para entrar y desalojar a bayoneta calada a los estudiantes refugiados ahí, así como los que se encontraban en la preparatoria 2. Se calcula que la incursión militar dejó más de 400 lesionados y alrededor de mil detenidos.[2]
Ayer martes, horas después de que el secretario de Gobernación, Luis Echeverría, pidiera, junto con el regente del Distrito Federal, Alfonso Corona del Rosal, la acción del Ejército, el rector Barros Sierra izó la bandera a media asta en el campus universitario, en señal “de luto” y en protesta por la ocupación de los planteles.
Este miércoles, miles de estudiantes se reunieron en la explanada de la Rectoría. Aún no se digiere la experiencia represiva y la sensación de violación de la comunidad universitaria.
El ingeniero Barros Sierra se apareció de nuevo entre los estudiantes al filo del mediodía y encabezó un improvisado mitin en el que participaron Julio González Tejeda, como maestro de ceremonias, y como oradores, Eduardo Banquel, Enrique González Pedrero, Hugo Fernández de Castro y el propio rector.
“Varios planteles de la Universidad Nacional Autónoma de México han sido ocupados por el Ejército –comentó Barros Sierra–. Durante casi 40 años la autonomía de nuestra institución no se había visto tan seriamente amenazada como ahora. Culmina así una serie de hechos en los que la violencia de la fuerza pública coincidió con la acción de los provocadores de dentro y de fuera de la Universidad.
“La autonomía de la Universidad es, esencialmente, la libertad de enseñar, investigar y difundir la cultura. Estas funciones deben respetarse. Los problemas académicos, administrativos y políticos internos deben ser resueltos, exclusivamente, por los universitarios. En ningún caso es admisible la intervención de agentes exteriores y, por otra parte, el cabal ejercicio de la autonomía requiere el respeto a los recintos universitarios. La educación requiere de la libertad. La libertad requiere de la educación.
“La comunidad universitaria debe darse cuenta de la importancia decisiva de mantener el régimen de legalidad en la Universidad y fuera de ella. Nada favorecería más a los enemigos de la autonomía que la acción irreflexiva. Hoy más que nunca es necesario mantener una enérgica prudencia y fortalecer la unidad de los universitarios. Dentro de la ley está el instrumento para hacer efectiva nuestra protesta. Hagámosla sin ceder a la provocación.
“Las autoridades universitarias –concluyó el rector– se mantendrán al servicio de la Universidad y cumplirán con las responsabilidades contraídas ante el país, contando con la unidad de los estudiantes, los profesores, los investigadores y los empleados”.[3]
Al terminar su breve discurso, convocó para mañana a una marcha de duelo por los estudiantes caídos y la violación de la autonomía universitaria.
Mientras tanto, este miércoles 73 alumnos de la Escuela de Arte Dramático fueron detenidos “por equivocación” y liberados horas después. En un desplegado, alumnos y profesores de El Colegio de México protestaron por la “brutal represión” contra los jóvenes. Y hay órdenes del gobierno de impedir el paso de estudiantes de provincia al Distrito Federal.[4]
El Frente Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET) informó que hay paros de estudiantes en Guanajuato, Chiapas, Tabasco, Puebla, Jalisco, Veracruz, Hidalgo y Querétaro. Sin embargo, el Comité Coordinador del Movimiento de Huelga del Politécnico desconoció al FNET, porque está “controlado” por el gobierno, indicó, y lo acusó de recibir subsidios y traicionar al estudiantado.[5]
A pesar de lo ocurrido, Corona del Rosal dijo a los miembros de la FNET: “reprobamos siempre que un policía o granadero penetre en los planteles educativos. Lo tienen terminantemente prohibido y lo tendrán”.[6]
El líder de la Central de Trabajadores de México (CTM), Fidel Velázquez, aseguró que las hostilidades “han sido dirigidas y encabezadas por agitadores profesionales de los más variados matices que obedeciendo consignas extrañas persiguen alterar el orden público y minar la autoridad del gobierno de la República, que no solamente está atento a las necesidades del pueblo, sino que ha dada pruebas de su preocupación constante por elevar la educación y la cultura de la juventud mexicana”.
La Vocacional 7, desalojada violentamente y ocupada ayer por elementos del cuerpo de granaderos, fue devuelta por la mañana.
Todos los planteles del IPN y la UNAM han suspendido las clases.
En la Facultad de Ciencias acordaron decretar la huelga indefinida; en Veterinaria se acordó apoyar el movimiento estudiantil, al igual que en las facultades de Química, Ingeniería y Arquitectura.[7]
En la Facultad de Medicina, los alumnos acordaron solicitar que las tres camionetas que posee esa escuela, “sean entregadas” para que funcionen como ambulancias y se formen brigadas médicas con el fin de atender a los estudiantes heridos. En tanto que en Odontología, los alumnos deliberaron sobre la posibilidad de armarse con “varillas, piedras, instrumental quirúrgico y toda clase de materiales que sirvieran para defender la autonomía” y comentaron que contaban con el apoyo de las universidades de Puebla, Veracruz y Jalisco, de las que ya habían recibido telegramas de apoyo”.[8]
Referencias:
[1] Gómez Nashiki, Antonio, “1968. Cronología del movimiento estudiantil mexicano”, Nexos, 1 de enero de 1988. Consultado en https://www.nexos.com.mx/?p=4996
[2] Diego Ortega, Roberto, “1968: El ambiente y los hechos. Una cronología”, Nexos, 1 de septiembre de 1978. Consultado en https://www.nexos.com.mx/?p=3199
[3] Barros Sierra, Javier, Conversaciones con Gastón García Cantú, Siglo XXI, México, 1972, p. 175.
[4] Diego Ortega, op. cit.
[5] Ídem.
[6] Ídem.
[7] Castillo García, Gustavo, “El bazukazo a la Preparatoria 3”, La Jornada, 30 de julio de 2008. Consultado en www.jornada.unam.mx/2008/07/30/index.php?section=politica&article=014n1pol
[8] Ídem.