Ninguno de los diez candidatos a gobernador que más gastaron en la campaña electoral de este año resultó triunfador en sus entidades, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional Electoral (INE).
El voto más caro fue el de Purificación Carpinteyro, aspirante del Partido Nueva Alianza (Panal) a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, pues costó al erario 164.6 pesos por elector.
La información oficial señala que otro de los votos más costoso fue el de Rodrigo Gayoso, candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Morelos, cuyo sufragio costó un promedio de 153.7 pesos, lo anterior se desprende al dividir sus gastos de campaña entre el número de sufragios que recibió.
Entre los dos candidatos con el voto más caro hay una diferencia sustancial: Carpinteyro sólo obtuvo 36 mil votos en la CDMX, mientras que el hijastro de Graco Ramírez, actual gobernador de Morelos, sumó 111 mil sufragios.
En el top de los votos más caros en la elección de gobernador también están Mariana Boy Tamborel, candidata del Partido Verde en la CDMX, cuyo sufragio costó en promedio 146 pesos.
Le sigue Marco Rascón, candidato por el Partido Humanista también en Ciudad de México, cuyo voto valió 128.7 pesos.
El voto de la jalicience y candidata del Panal, Martha Rosa Araiza Soltero tuvo un costó de 120.1 pesos en promedio.
El resto de la lista con el voto más caro queda así:
Tampoco las campañas con decenas de millones se tradujeron en triunfos, tal es el caso de los candidatos al gobierno de Veracruz,Miguel Ángel Yunes Márquez, de la coalición Por Veracruz al Frente, que gastó 52.8 millones de pesos; y el priista José Francisco Yunes Zorrilla, quien destinó 41.6 millones del presupuesto público a su campaña.
Los dos fueron vencidos en las urnas por el morenista Cuitláhuac García que reportó un gasto de 18 millones, menos de la mitad de sus oponentes.
Las campañas de los Yunes en Veracruz fueron las más costosas de la pasada contienda electoral, aunque la cifra real erogada puede ser mucho mayor a la reportada al INE, de acuerdo con el estudio “Dinero bajo la mesa” que realizaron en conjunto la consultoria Integralia y la organización Mexicanos Contra la Corrupción (MCCI).
“Las prácticas clientelares de compra, coacción, inhibición y movilización del voto implican altas sumas de dinero para conseguir el mayor número de adeptos posibles, dinero que, naturalmente, no es reportado y permanece oculto”.
El propio INE, de acuerdo con el mismo estudio, tras los procesos de fiscalización ha encontrado gastos no reportados por los partidos políticos de al menos el 30% sobre el reporte de gastos inicial, como sucedió en la elección de 2017.
En el listado de los que más gastaron hay tres excepciones de candidatos que sí ganaron la contienda en sus respectivas entidades: la morenista Claudia Sheimbaum que gastó 27.1 millones; y los panistas Mauricio Vila Dosal, de Yucatán, 27 millones; y Diego Sinhué Rodríguez, de Guanajuato, que reportó un gasto total de 24.8 millones de pesos.