Los accidentes de aviones y helicópteros militares se han disparado en el actual sexenio.
La Fuerza Aérea Mexicana acumula 56 percances de sus aeronaves de 2013 a la fecha, un incremento del 60 %, en comparación con el número de siniestros registrados en todo el sexenio pasado.
En más del 80 % de todos estos accidentes se han visto involucradas aeronaves militares con más de 10 años de fabricación. Hay una que incluso era de 1935, construida antes de la Segunda Guerra Mundial. Pero de acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) la principal causa de los incidentes son factores humanos, no mecánicos.
Los datos de la Sedena obtenidos por Animal Político vía transparencia gubernamental arrojan que, de 2007 a la fecha, se han registrado un total de 91 percances de aeronaves militares, con un saldo de 90 personas muertas y 100 lesionados.
De esos incidentes 35 corresponden al periodo de 2007 a 2012, es decir en el sexenio de Felipe Calderón, mientras que 56 son durante el actual gobierno.
Los años con el mayor número de accidentes son 2016 con 17 accidentes y 2014 con 14 percances.
La mayor parte de las aeronaves involucradas en estos hechos son helicópteros. Entre ellos se encuentran distintos modelos de la marca Bell que se usan generalmente para transporte y sobrevuelos de vigilancia, helicópteros modelos UH-60M conocidos como Halcón Negro o los pesados Cougar que se emplean para gran variedad de operaciones entre ellas de combate al crimen organizado.
También han sufrido accidentes aviones ligeros que se usan para entrenamiento, vigilancia e intercepción como los modelos Pilatus, los Beechcraft T-6 o los Cessna, o aviones enteramente de transporte humano o de carga como los Learjet o Antonov.
De las 91 aeronaves siniestradas hay 74 (más del 80 %) que son modelo 2008 o son más viejas. La más antigua es una avioneta Stearman modelo 1935 usada para entrenamiento. También figuran cuatro aeronaves que datan de los años setenta, y 19 más de la década de los ochenta.
En cuanto a los modelos recientes hay 11 aeronaves siniestradas construidas en 2015, principalmente helicópteros Bell 407, UH-60M y aviones T-6.
Los datos proporcionados por la Sedena señalan como la causa principal de los accidentes el “factor humano”. Errores atribuibles a los pilotos que operaban los referidos aparatos.
En total, 48 naves siniestradas (equivalente al 52.7 % de los casos) se impactaron por errores humanos.
Como segunda causa más frecuente se identifican fallas mecánicas de los aparatos que derivaron en el percance, con 23 casos en total que representan el 25.2 %.
La tercera causa más frecuente de los accidentes, con nueve casos, la atribuye el Ejército a “agresiones con armas de fuego” que recibieron las aeronaves y provocaron su percance. En este caso todas las aeronaves involucradas son helicópteros.
El reporte oficial también atribuye a “malas condiciones meteorológicas” el desplome de cuatro aeronaves. Hay un caso donde la causa identificada fue el impacto de un ave, mientras que los casos restantes son por otras razones no precisadas. Y solo hay un caso, ocurrido este 2018, donde la Sedena señala que el motivo del percance está “pendiente” de identificar.
Entre los accidentes de aviones militares que han cobrado vidas humanas, el más grave ocurrió justamente este 2018, el pasado 16 de febrero en Oaxaca. La aeronave involucrada fue un helicóptero UH-60M Halcón Negro que se desplomó matando a 15 personas, entre tripulantes y civiles que se encontraban en la zona. Además, hubo cinco lesionados.
Este incidente ocurrió cuando dicho helicóptero, con el secretario de Gobernación Alfonso Navarrete Prida a bordo, se desplazó durante la noche a la entidad para supervisar las labores de apoyo por un sismo que acababa de ocurrir en la región, con epicentro en Pinotepa Nacional. Al intentar aterrizar el piloto perdió el control y la aeronave cayó lejos del punto de aterrizaje, golpeando a varios vehículos que se en encontraban estacionados y con personas dentro.
Dos días después del percance el secretario de la defensa, Salvador Cienfuegos, dijo que el piloto se había desorientado por el polvo que levantó la maniobra de aterrizaje. No obstante, el reporte de Sedena señala aun como “pendiente” la causa oficial de este accidente.
Después de este caso hay dos percances donde el saldo fue de 11 muertos por incidente. El más reciente fue el ocurrido el 18 de junio en Durango, con el desplome de un helicóptero Bell 412, que dejó un saldo de 11 personas muertas, sin sobrevivientes.
Preliminarmente se informó que el accidente de esta aeronave, que participaba en la campaña permanente de lucha contra el narcotráfico, derivó del mal clima, sin embargo, el reporte oficial atribuye al “factor humano” la causa de este percance.
El otro accidente con el mismo saldo letal se registró en Michoacán el 18 de abril de 2008. En este caso se trató de un helicóptero Bell 212, construido en 1989, en el que viajaban 11 personas ninguna de las cuales sobrevivió.
La aeronave se desplazaba de Zitácuaro a Uruapan cuando se registró el percance, a plena luz del día. Aunque inicialmente se manejó que el aparato podría haber sufrido algún desperfecto, la información del Ejército también atribuye a un factor humano la responsabilidad del siniestro.
El cuarto percance más grave en cuanto a número de fallecidos no fue provocado por un error de los pilotos sino por un ataque con armas de fuego. Se registró el 1 de mayo de 2015 en Jalisco y el blanco fue un helicóptero pesado EC-725 Cougar. El saldo oficial: 8 militares muertos y 15 personas heridas.
Este caso se registró en el contexto de una serie de ataques que integrantes del Cartel Jalisco Nueva Generación realizaron contra diversas autoridades en aquella jornada. Fue la primera vez, y la única hasta ahora, que un ataque armado del crimen organizado consiguió desplomar una aeronave miliar en México.
Las aeronaves de la Marina también han sufrido incidentes graves. La Secretaría de Marina Armada de México (Semar) reportó, de 2007 a la fecha, 17 accidentes, entre amerizajes (aterrizajes en el agua) de emergencia, hundimientos, golpes y desplomes. El saldo que han dejado estos incidentes es de 14 personas muertas y 3 lesionadas.
En 11 de los incidentes la dependencia atribuyó a factores humanos la causa de los percances, en dos casos el accidente se debió a fallas mecánicas, y en el resto a condiciones meteorológicas.
El accidente más grave en cuanto a vidas humanas perdidas de una aeronave naval ocurrió el 22 de junio de 2012 en Pihuamo, Jalisco, y dejó un saldo de cuatro marinos muertos. El aparato involucrado fue un helicóptero Panther AMHP-151 y, según el informe, condiciones meteorológicas extremas generaron problemas severos de visibilidad lo que derivó en el percance.