Un número récord de mujeres están postulándose a elecciones en países de todo el mundo, generando un cambio en el mapa político y haciendo que la igualdad de género en las legislaturas nacionales esté un paso más cerca.
México acaba de elegir el mismo número de parlamentarios hombres y mujeres en ambas cámaras del Parlamento, algo que se considera un hito en el país.
El gobierno español, elegido en junio, es el primero desde el regreso de democracia a ese país que tiene más mujeres que hombres en su gabinete.
Y la Primera Ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardem, dio a luz a una niña el 21 de junio, convirtiéndose en la segunda mujer que tiene un hijo mientras ostenta semejante cargo, después de la Primera Ministra de Pakistán Benazir Bhutto en 1990.
¿Está 2018 en camino de ser el mejor año de la historia para las mujeres en el poder?
Por lo pronto, en Estados Unidos, un año después del la derrota de Hillary Clinton en la batalla por la Casa Blanca, hay más mujeres que compiten por puestos en el gobierno que nunca antes.
Y un ejemplo es la candidata demócrata millennialAlexandria Ocasio-Cortez desplazó al congresista veterano Joe Crowley, de 56 años, en un distrito de Nueva York durante las primarias en junio.
La victoria de esta joven de 28 años sin experiencia política fue una sorpresa, ya que su rival había cumplido 10 períodos y era visto como futuro líder del partido.
Según datos del Centro para las Mujeres Estadounidenses y la Política, cerca de 470 mujeres —en su mayoría demócratas— se han postulado como candidatas para la Cámara de Representantes en comparación con 298 en 2012 (el número anterior más alto en los registros).
Farida Jalalzai, directora de Ciencias Políticas de la Universidad del Estado de Oklahoma, cree que el aumento en las mujeres que se presentan como candidatas se debe en parte a la derrota de Hillary Clinton, pero también al rechazo a Donald Trump.
En su opinión, las mujeres tienen este año una buena oportunidad para llegar al Congreso.
“Por lo general, el número de candidaturas de mujeres y el número de ganadoras van de la mano, pero no siempre. Me sorprendería, sin embargo, si las mujeres no aumentan su porcentaje en al menos 2% o 3%”.
Pero si tomamos en cuenta que las mujeres actualmente representan solo el 20% de los miembros en la cámara de representantes de EE.UU., todavía hay mucho camino por recorrer para cerrar la brecha.
Las mujeres representan más del 30% en las legislaturas en 17 estados europeas (incluido Mónaco)
En 2017, un número récord de mujeres se presentó a elecciones en países de todo el mundo, pero no se produjeron grandes cambios. Europa obtuvo la mayor ganancia en cuanto al aumento de mujeres parlamentarias, pero también registró grandes pérdidas.
Francia eligió un número récord de mujeres parlamentarias en junio de 2017, con 223 mujeres en las 577 posiciones de la Asamblea Nacional.
En España, el Primer Ministro Pedro Sánchez eligió en junio de 2018 11 mujeres para formar parte de su gabinete de 17 integrantes.
Sánchez dijo que su nuevo equipo “comparte la misma visión de una sociedad progresiva moderna y proeuropea”.
Casi todos los países del mundo han registrado un incremento en el número de mujeres parlamentarias desde 1997, cuando la Unión Interparlamentaria (IPU, por sus siglas en inglés) empezó a llevar registro.
Hace dos décadas, solo Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca y Holanda tenían más de 30% de mujeres parlamentarias, con Suecia encabezando la lista (40,4%).
21 años más tarde, hay más diversidad en los primeros puestos de la lista: los países nórdicos fueron superados por Ruanda y varias países sudamericanos y centroamericanos.
Bolivia, Granada, México, Nicaragua, Costa Rica y Cuba también están dentro de los primeros diez, todos con más de un 40% de parlamentarias mujeres.
Pero Zeina Hilal, que está a cargo del programa sobre género de la IPU, dice que el progreso hacia la representación igualitaria de hombres y mujeres parece haberse estancado en los últimos dos o tres años.
“Estamos desilusionados y un poco sorprendidas porque hace unos años la tasa del progreso era de un 0,6%. En 2016 y 2017, fue de un 0,1%. Eso es muy preocupante”.
Si los índices actuales continúan, el IPU estima que tomará al menos 250 años alcanzar la paridad de género en los parlamentos.
La mayoría de los países nunca ha sido gobernado por una mujer.
Actualmente hay 11 jefas de gobierno en el mundo, aunque si incluimos jefas de Estado la cifra asciende a 21.
De acuerdo al Centro de Investigación Pew, en 2017, 56 de las 146 naciones estudiadas por el Foro Económico Mundial tuvieron una jefa de gobierno o Estado por lo menos un año en la última mitad de siglo.
En 31 de estos casos, las mujeres se mantuvieron en el cargo por cinco años o menos, en 10 países por solo un año.
Angela Merkel es actualmente la jefa de gobierno que más tiempo ha estado en el cargo. La líder alemana dirige las riendas del país desde 2005.
Además de Sheikh Hasina Wazed, quien ahora está cumpliendo su tercer mandato en Bangladesh, las otras mujeres jefas de gobierno han estado en su puesto por cinco años o menos.
Jacinda Ardern en Nueva Zelanda, Katrin Jakobsdottir en Islandia y Ana Brnabic en Serbia fueron todas elegidas en 2017.
Erna Solberg fue elegida Primera Ministra de Noruega en 2013. En Namibia, Saara Kuugongelwa asumió en 2015. Theresa May se convirtió en la segunda Primera Ministra en Reino Unido en 2016, y ese mismo año Aung San Suu Kyi se hizo cargo de Myanmar.
Viorica Dancila, elegida en enero de 2018, es la primera mujer en la historia de Rumania en ser Primera Ministra. Mia Mottley, elegida en mayo de 2018, es también la primera jefa de gobierno de Barbados.
Muchos de los países que han visto los mayores aumentos en la representación femenina en el Parlamento introdujeron cuotas por género. Argentina fue el primer país en pasar una ley estableciendo un mínimo de mujeres en 1991.
Investigaciones del IPU muestran que las mujeres obtuvieron el 30% de las bancadas en los 20 países donde se aplicaron cuotas en 2017, mientras que solo el 15,4% de los escaños fueron ganados por mujeres en los 16 países donde no se fijaron objetivos.
Susan Franceschet, directora de Ciencias Políticas de la Universidad de Calgary, en Canadá, cree que hay “décadas y décadas de evidencia de que a menos que tengan que hacerlo, los partidos no eligen candidatas mujeres o no la cantidad de mujeres que nos gustaría”.
Hay dos tipos principales de cuotas: legisladas, donde un país penaliza por ley si no eligen como candidatas a cierto número de mujeres, y cuotas voluntarias por partido.
Estas tienen, según Franceschet, un “efecto contagio“, por el que si un partido lo hace los otros se sienten obligados a hacer lo mismo para no parecer que están atrasados en este sentido.
La académica señala que hay pocos ejemplos de países donde las cuotas no han servido para hacer una diferencia.
IPU señala solo tres países donde más del 50% de los escaños en la cámara baja del Parlamento están ocupados por mujeres: Ruanda, Cuba y Bolivia.
México está por debajo por poca diferencia, con un 48,6% de representación femenina.
Ruanda lidera el camino con la proporción más alta de mujeres en la legislatura que ningún otro país.
Un cambio en la Constitución en 2003 reservó el 30% de los puestos para las mujeres. Desde entonces, hay cada vez más mujeres en las elecciones.
El cambio en la ley tuvo lugar tras el genocidio de 1994, en el que fueron asesinadas 800.000 personas, en su mayoría hombres.
En un esfuerzo por reconstruir el país, las mujeres se vieron obligadas a asumir nuevos roles.
“No es una solución mágica, pero descubrimos que cuando hay más mujeres en el Parlamento, hay temas que encuentran un sitio en la agenda política y que no estarían allí sin la presencia de las mujeres”, señala Hilal.
Dos de los otros cuatro países que encabezan la lista, Bolivia y México, también tienen cuotas por género.
Entre los países con los peores récords están Yemen, Omán, Haití, Kuwait, Líbano y Tailandia, con 5% o menos mujeres parlamentarias.
Hay un número de islas muy pequeñas que no tienen mujeres en el Parlamento, incluidas Vanuatu, Micronesia y Papúa Nueva Guinea, y países como El Salvador y Sierra Leona donde no se sabe cuántas mujeres hay.
Franceschet considera que la paridad de género es una “ambición realista e importante“, aunque algunas naciones estén muy lejos de lograrlo.
“Espero que las mujeres en los países donde el aumento ha sido lento puedan continuar presionando a los partidos y a los líderes políticos para que abran más espacios para candidatas mujeres”.
“Pero no creo que esto ocurra sin la presión continua de las organizaciones de mujeres”.