“Primero se escucharon balazos y la gente decía ‘¡Ahí vienen, ahí vienen!’, entonces nos empezamos a replegar, pero “Aldo” (su nombre fue cambiado) no pudo hacerlo a tiempo, y lo alcanzó una de las balas que lanzaron los hombres armados que atacaron la casilla 1372 en la colonia Bosques de San Sebastián, una zona popular al norte de la ciudad de Puebla.
Aunque cerraron la puerta de la primaria Reyes Heroles, donde Aldo y su esposa votarían, cuando llegó el grupo de hombres armados, una de las balas que pegó en la chapa hirió su pie. Estará mes y medio sin caminar, hasta el momento nadie atiende su caso.
A 13 kilómetros, al sur de la ciudad, en una de las casillas de la colonia San José Xilotzingo, a las cuatro y media de la tarde pasó algo similar. Una presidenta de casilla, quien pidió el anonimato, escuchó la primera de varias detonaciones. Alcanzó a ver a hombres con armas largas, y en ese momento se tiró al piso y no volvió a levantar la mirada.
Lo mismo pasó en al menos otras cuatro casillas de la capital de Puebla durante la jornada electoral, en lo que pareciera ser un modus operandi de algún grupo organizado que actuó con precisión, repitiendo el mismo ataque en distintas partes de la ciudad.
Primero había balazos, para atemorizar a los ciudadanos, después irrupción, aunque no en todos los casos hubo robo de urnas. A lo que parecía que iban, coinciden los testigos de la violencia del domingo, era a intimidar.
En la mayor parte de los casos lo lograron, deteniendo el flujo en las casillas, impidiendo que muchas personas pudieran votar y que la jornada se suspendiera por la falta de seguridad.
En al menos siete de los 18 incidentes registrados, testigos que estaban votando o fungiendo como funcionarios señalaron que la policía no acudió, o pasaron entre una y tres horas para que llegaran después de los ataques.
Angie, estudiante universitaria, que se registró como representante de partido, estuvo en la casilla 1593 dentro de la primaria Cadete Vicente Suárez en San Francisco Totimehuacán, junta auxiliar al sur de la ciudad. Cuenta que a las 3:10 de la tarde un grupo entre cinco y ocho personas vestidas de negro, algunas encapuchadas, llegaron con pistola en mano gritando ofensas y amenazándolos.
Ella estaba cerca de la puerta, y gritó a todos que se tiraran al suelo. Desde ahí escuchó detonaciones; cuando los hombres se fueron salieron del salón en donde estaba su casilla y encontraron las urnas tiradas y abiertas. Uno de los tipos que entró intentó sacar una de las urnas, pero al salir se cayó y no consiguió llevársela. Pero lo que si logró fue intimidar a todos los vecinos que iban a votar.
Lo mismo sucedió en la casilla 1408, en Fuentes de San Aparicio, donde estuvo Javier. Ahí el grupo de sujetos armados trató de llevarse una urna pero no lo logró, se les cayó afuera. Javier vio cómo los hombres llegaron con pistolas, amenazando, y golpearon a uno de los funcionarios de casilla.
Ellos y los representantes electorales decidieron suspender la votación por seguridad; lo mismo ocurrió en casillas cercanas. Entre los propios vecinos se avisaban cuales eran las casillas atacadas por hombres armados.
Hasta el momento no se sabe nada de los agresores. La Fiscalía del estado no ha dado informes de denuncias presentadas por los actos violentos del domingo. Y aunque Morena anunció desde el lunes que interpondría denuncias por lo ocurrido durante la jornada electoral, tampoco ha dado detalles de éstas, ni de carpetas de investigación. Lo único que adelantó el partido es que una de las denuncias específicas sería por la camioneta volcada en el sur de la ciudad, que tenía urnas con boletas y está registrada a nombre del gobierno del estado, y cuyos tripulantes iban disparando antes de chocar con otro vehículo, de acuerdo con versiones de testigos.
Este jueves, un juez vinculó a proceso a una de las dos personas detenidas por robar una camioneta con 8,800 boletas y cuatro urnas en la colonia Tres Cruces, en Puebla, durante la jornada electoral del pasado 1 de julio.
“Alma”, quien era funcionaria en la casilla de la sección 1205, escuchó balazos entre 10 y 11 de la mañana. Aunque los tiros no fueron en su casilla, las detonaciones se percibieron muy cerca; algunos de los votantes alcanzaron a ver unas camionetas blancas con personas armadas abordo. “Alma” cuenta que por suerte pasó una patrulla y le dieron aviso, y los hombres armados ya no regresaron.
Pero al poco tiempo vecinos les informaron que habían robado urnas muy cerca, en una casilla a menos de un kilómetro, con la misma presencia de la camioneta blanca con sujetos armados. Ahí no llegó la policía.
Sólo uno de los casos se interpuso denuncia, en la casilla 1534, porque a la capacitadora electoral le robaron el dinero para pagarle a los funcionarios.
“Aldo” dice que hasta ahora no sabe de ninguna denuncia presentada por sus vecinos ni por funcionarios de la casilla 1372 por los hechos violentos. Tampoco Angie, Javier, o “Alma”, sus vecinos ni los demás funcionarios han denunciado.
En la jornada de violencia en Puebla, 70 paquetes electorales fueron robados en la capital, casi el 60% a punta de pistola.