Fuerzas leales al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, lanzaron este martes un violento ataque contra la ciudad de Masaya, bastión de la oposición y una de las que mayor resistencia opuso al gobierno del mandatario desde que empezaron las protestas en contra de este hace tres meses.
Con alrededor de 40 camiones y fuertemente armados, agentes de la policía antidisturbios y paramilitares entraron el martes en la ciudad, situada al sureste de la capital del país, Managua, desde varios puntos.
Medios oficialistas aseguran que las fuerzas gubernamentales se hicieron con el control de la misma.
Según la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), al menos 4 personas fallecieron durante el ataque: tres civiles y un policía.
La violenta ofensiva se produjo específicamente sobre el barrio indígena de Monimbó, epicentro del alzamiento civil contra el gobierno de Ortega que se inició el pasado mes de abril.
Desde que estallara la crisis, alrededor de 300 personas han perdido la vida, en su mayoría civiles, según las estimaciones de la ANPDH.
La operación se produce tan solo días después del asedio a una iglesia de Managua llena de universitarios por parte de fuerzas leales al presidente. Los estudiantes se refugiaron en el templo cuando atacaron la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (Unan) para desalojarles.
Al menos, dos jóvenes perecieron en ese asedio, según reportó entonces el colaborador de BBC Mundo Ismael López, que acabó atrapado en el templo junto a los manifestantes.
El operativo de "limpieza" en Masaya empezó a primera hora de la mañana del martes y duró más de 7 horas, según informa la agencia EFE.
"La orden de nuestro presidente y de la vicepresidenta es ir limpiando las calles, estos tranques a nivel nacional. Y esa petición de la población de Monimbó, que es nuestro Monimbó, y nuestra Masaya, vamos a cumplirla. ¡Al costo que sea!", explicó a los medios de comunicación en Managua el comisionado mayor Ramón Avellán, quien dirigió el operativo.
El gobierno asegura que las barricadas están dañando los negocios y alterando la vida de los ciudadanos.
El portal oficialista El 19 Digital tituló en su página web "Monimbó, Masaya Territorio Liberado" y aseguró que la localidad "ya luce calles liberadas de tranques donde la gente puede circular libremente sin miedo a ser asaltada, asesinada o secuestrada".
Según informa la agencia EFE, simpatizantes de Ortega celebraron el ataque y agradecieron a la Policía nicaragüense.
De momento, no obstante, no se ha podido confirmar de forma independiente la situación en la ciudad.
Según la ANPDH, la localidad permanece cercada por "las fuerzas combinadas" del gobierno.
En videos publicados en internet, se pudo ver a la policía y unidades paramilitares con la cara cubierta y con rifles de asalto y otras armas pesadas frente a opositores haciéndoles frente con morteros artesanales en Monimbó.
"Cayó Masaya, todo está en silencio, los chavalos debieron abandonar las trincheras y huir, sus armas eran demasiado pesadas", dijo a EFE una integrante del Movimiento 19 de Abril Masaya.
Esta última ofensiva del gobierno se produce después de tres meses de fuertes protestas en distintos puntos del país y las crecientes críticas internacionales sobre la actuación del gobierno de Ortega.
La crisis comenzó el pasado 18 de abril con una ola de manifestaciones por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtió en todo un alzamiento civil contra el presidente.
Los manifestantes piden la salida de Ortega y justicia para los fallecidos en el marco de esas protestas, en su mayoría como consecuencia del uso desproporcionado de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad del Estado y grupos parapoliciales, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Una investigación de la CIDH sobre las protestas registró numerosas denuncias de "detenciones ilegales y arbitrarias, prácticas de tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes; censura y ataques contra la prensa; y otras forma de amedrentamiento".
El gobierno nicaragüense niega su responsabilidad en los hechos violentos e insiste en que la violencia es resultado de una estrategia "golpista" de ciertos sectores de la oposición.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN); el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro; diversas naciones como Estados Unidos y hasta el propio hermano del presidente, el general en retiro Humberto Saavedra, le han pedido reiteradamente a Ortega que adelante las elecciones para solucionar la situación.
Pero el presidente no ha dado señales de que vaya a hacerlo y la crisis continúa.
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