Lo que sabemos del narcotráfico en México es apenas la versión oficial. Una que llevó a la militarización del país y el aumento en la violencia y ha sido tan replicada en productos culturales y periodísticos que se convirtió en una justificación para la estrategia de seguridad, asegura Oswaldo Zavala, autor del libro Los cárteles no existen.
En 13 ensayos, escritos desde el periodismo y la academia, se analiza la violencia en México, un tema que el gobierno federal atribuye a las organizaciones criminales, pero que de acuerdo con el académico, fue creado por las autoridades para ocultar las redes del poder oficial que determinan los flujos de droga.
El discurso del gobierno mexicano, dice Zavala, llegó a consolidar en la sociedad la imagen del narco: hombre, de carácter violento y vulgar, cuyos accesorios son la AK-47, sombrero y un par de gafas oscuras… un ser que representa los valores opuestos a los de un soldado.
Para empezar, y desde el título de su libro, propone eliminar la palabra cártel: “Es absurdo decirle cárteles a grupos que están peleando, aniquilándose, creando un total caos, y que para nada tienen la intención de manipular el precio de la droga”, dice el autor en entrevista.
Así, al analizar y contrastar las versiones gubernamentales con cifras e investigaciones, argumenta el académico, uno puede cerciorarse que la violencia, el mercado de las drogas ilegales y quienes trabajan en él existen, pero no “la división que según las autoridades mexicanas y estadounidenses separa a esos grupos de la sociedad civil y de las estructuras de gobierno”.
Aunque la estrategia de seguridad en México de los últimos dos sexenios causó un incremento en las desapariciones y los homicidios dolosos en el país –con 2017 como el año más violento–, Zavala ubica el inicio de la imagen de “cárteles” en la primera década del 2000, cuando la administración de Vicente Fox sugirió que el narco era una amenaza de seguridad nacional, tras una serie de reuniones con funcionarios estadounidenses.
Después, cuenta, “a Felipe Calderón, Estados Unidos le vende la idea de que el narco está fuera de control y de que está tomando el control, que no hay soberanía estatal. Es un escenario producto de la inteligencia estadounidense”.
De acuerdo con el autor, cuando termina la Guerra Fría, Estados Unidos se queda sin enemigo y “¿qué hace? Construir otro enemigo público, y ahora va a ser el combate a las drogas. Es la nueva doctrina de seguridad”.
En su reporte Evaluación Nacional de Amenaza de Drogas, publicado a finales del 2017, la DEA explica que, a diferencia de sus contrapartes en México, las organizaciones criminales nacionales con presencia en Estados Unidos mantienen una baja visibilidad y “se abstienen” de la violencia entre cárteles.
Por eso, dice la agencia, aunque el crimen ha “alcanzado proporciones epidémicas en México en los últimos años” esta situación no ha repercutido en el país más que incidentes entre traficantes que no representan una preocupación.
Zavala sostiene que la razón de esto es una: la militarización. “No hay violencia, lo que hay es consumo, muertes por adicción y sobredosis; no hay cárteles matando gente. La verdadera condición de la violencia en México es el Estado, no los traficantes. Es la militarización del país. Si tú militarizas Estados Unidos, va a pasar lo mismo”.
Por eso: “debemos comprender que la violencia en México es producto de una relación de estado y no de traficantes. Los traficantes son una invención discursiva del sistema para justificar esta violencia”.
En un contexto electoral mexicano, dice Zavala, el que Donald Trump sea presidente de Estados Unidos significa una “pausa” para México. “La administración Obama iba a continuar claramente su embestida securitaria y de reforma energética a través de Hillary Clinton, quien siempre ha sido una figura política propensa al militarismo y con una enorme atención por los recursos naturales en América Latina”.
A un mes de los comicios presidenciales, Zavala señala que tanto José Antonio Meade, de la coalición Todos por México (PRI-PVEM-PANAL) y Ricardo Anaya, de Por México al Frente (PAN-PRD-MC) plantean dentro de sus agendas dar continuidad a la guerra contra las drogas. Andrés Manuel López Obrador, de Juntos haremos Historia (Morena-PES) “está hablando de desmilitarizar, de amnistía, temas contrarios al securitarismo y de revisar los contratos de la reforma energética”.
“Quería que este libro saliera antes de la elección, quería juntarme a las voces críticas para señalar que esa agenda es una invención de la hegemonía estadounidense, que no hay emergencia, que no hay crisis de seguridad nacional y que si tenemos un repunte de la violencia es (por) la militarización del país. Lo que necesitamos es desandar la militarización y crear instituciones más confiables para atender el delito”, concluye.
Animal Político te presenta un capítulo de regalo de ‘Los cárteles no existen’, con autorización del autor: