Es una escena que se repite a diario en centros de pilates y yoga de todo el mundo, a los que acuden personas de todas las edades siguiendo recomendaciones de amigos o que sienten algunas molestias en sus cuerpos.
Creen que cualquiera de las dos disciplinas va a ser de ayuda, al fin y al cabo ambas se basan en movimientos y posturas, pero no tienen tan claro cuál de las dos escoger.
La razón es que si bien saben que las dos cuentan con una gran legión de seguidores y se han hecho muy populares en el mundo de la actividad física occidental, no conocen exactamente cuáles son las diferencias entre ambos, así como sus similitudes.
Estos fue también los que nos pasó cuando consultamos a dos profesores e instructores de yoga y del método de Pilates.
"Son dos disciplinas en las que tienes que implicar el cuerpo y la mente, aunque desde una perspectiva muy diferente", explica Joan Claraso, socio del centro especializado Beyoga, en Barcelona.
"El propósito del yoga es encontrar una unión en la que intentas llegar a la mente a través de tu cuerpo. Se sirve de los movimientos para conocerte mejor, profundizar en tu interior a través de la concentración y de la meditación", agrega.
"Pilates, en cambio, es como una gimnasia especializada en la que se trabaja la fuerza, la flexibilidad y sobre todo el control corporal".
¿QUÉ ES PILATES?
Para Rebeca Redondo, directora del centro de yoga y pilates Ananda, en Móstoles, España, hay que citar la historia de ambas para comenzar a marcar las diferencias que tienen.
"El yoga es una ciencia milenaria que nace en la India que nos muestra que no somos únicamente un cuerpo o una mente, también somos emoción y espíritu", le dice a BBC Mundo.
"Combina esos cuatro aspectos y si vemos el Hatha Yoga, que es el más común e integral, alcanza una profundidad física con énfasis en posturas, la respiración y la relajación".
La historia de Pilates es mucho más reciente ya que fue creado en la primera mitad del siglo XX.
"Fue Joseph Pilates el que desarrolló una técnica a la que llamó contrología con el fin de poder rehabilitar los cuerpos de soldados heridos durante la Primera Guerra Mundial", cuenta Redondo.
"El combinó aspectos que había aprendido de sus años de boxeador, acróbata y de la misma filosofía del yoga a su técnica".
Si bien con el paso de los años el yoga ha ido evolucionando hasta el punto que hoy en día se pueden encontrar diferentes versiones o estilos, el concepto básico sigue siendo el mismo: "El bienestar y la prosperidad física, mental y espiritual del hombre como un todo", según se resalta en el centro Beyoga.
"Toca el lado espiritual y personal de cada uno, escuchar tu interior y no dejarte llevar por lo superficial y lo externo", agrega Redondo.
Pilates se enfoca más en el aspecto físico de la relación entre cuerpo y mente.
"Aquí la mente lo que hace es reeducar tus posturas, aprender los patrones para realizar los movimientos correctamente y los vas interiorizando a medida que vas haciendo la sesiones", comentó el profesor e instructor Claraso.
Además, "pilates se basa principalmente en las máquinas que desarrolló su propio creador, mientras que el yoga utiliza el recurso de tu propio cuerpo", señaló la directora del centro Ananda en Móstoles.
Redondo también añadió que otra diferencia es la manera en la que se utiliza la respiración, una normal en el caso del yoga y una abdominal en el caso de pilates.
Aunque nacen y se basan en conceptos diferentes, yoga y pilates también ofrecen algunas similitudes, en especial por la evolución que han sufrido y las alternativas que van apareciendo en un mercado en el que la oferta de entrenamientos aumenta cada año.
Es así que no resulta tan extraño observar sesiones con tipos de yoga que utilizan máquinas u otro tipo de herramientas o prácticas de pilates en una estirilla en el suelo.
Ninguno de los dos es de impacto ni son agresivos ya que no son entrenamientos aeróbicos, por lo menos en su versión original, "razón por la que los médicos los recomiendan como reparadores fisioterapéuticos", dice Redondo.
Para la profesora de yoga del Centro Ananda es importante saber qué es lo que necesita cada persona.
"Hay que establecer el estado mental y emocional", explica.
"Si padece de ansiedad o depresión, la recomendación será hacer sesiones de yoga, pero si no hay síntomas de algún problema mental, sino más bien físico, será preferible hacer pilates. Pero lo ideal es que se practicaran las dos actividades", dice Redondo.
"Con una lograrás esa paz espiritual que es necesaria para entender tu cuerpo, mientras que la otra te aportará el control necesario para alcanzar los músculos más profundos a través del movimiento".
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