Más de 60 personas han sido asesinadas en Londres en lo que va del año; de ellas, más de la mitad fueron apuñaladas.
Exintegrantes de las pandillas que dirimen sus diferencias a cuchillazos en las calles de la capital y otras ciudades de Reino Unido le contaron a la BBC cómo es el difícil camino para salir de esos grupos violentos.
Abdi es londinense, tiene 26 años, fue parte de una de esas bandas y también fue víctima de ellas.
Abdi lucha desesperadamente por dejar atrás ese mundo violento. Sin embargo, como él explica, escapar puede ser muy difícil.
Abdi se desespera ante el hecho de que tantos jóvenes estén perdiendo la vida en una disputa cuyo origen puede reducirse al barrio del que proceden.
"Esa una ideología estúpida", dice.
Según cuenta, una pregunta en plena calle sobre la zona donde viven, el código postal o la banda a la que pertenecen es suficiente para desencadenar un ataque.
"¿Cuántas lágrimas han derramado las madres porque sus hijos fueron apuñalados?", se pregunta.
Abdi, cuyo apellido mantiene en reserva por razones de seguridad, pasó tres años en prisión por venta de drogas.
Mientras estuvo preso contó con el apoyo de Key4Life, una organización sin fines de lucro creada tras los disturbios callejeros de 2011 en Londres y destinada a reducir los niveles de reincidencia de los jóvenes que cometen delitos.
"Ellos me visitaban en la cárcel y eso fue una cosa muy importante para mí", recuerda.
"Que alguien que no conozco dedique parte de su propio tiempo para venir a ayudarme hizo que me dijera a mí mismo: ‘Esa gente es buena gente‘".
Abdi cuenta que entonces se propuso tomar distancia de "las malas personas" que lo habían rodeado, pero rápidamente descubrió cuán difícil sería. Fue atacado a poco de salir en libertad.
"Estaba caminando por la calle principal de mi barrio, después de haber visitado a unos amigos, y de repente se detuvo un auto", dice.
"Tres jóvenes negros se bajaron y me apuñalaron. Tuve una herida larga".
Abdi fue a un hospital pero huyó cuando el equipo médico habló de llamar a la policía.
"Sabía que debía escapar porque conocía a gente que fue encarcelada nuevamente después de haber sido atacada", advierte.
"Solía andar con cuchillos", admite Creepa, un rapero de 23 años, oriundo de la ciudad de Birmingham, en el centro-oeste de Inglaterra.
"Pero cuando mataron a un amigo, pensé: ‘¿Realmente quiero llevar un puñal?’".
"Si andas con un cuchillo piensas que no lo vas a usar, que es para asustar a alguien, pero yo personalmente cuando me enojo no puedo controlar lo que voy a hacer", explica.
"Por eso pienso que si no tengo una de estas armas, no hay posibilidades de apuñalar a nadie", cuenta.
Creepa también ha recibido apoyo de Key4Life desde 2013. Junto con Abdi participa en un plan de rehabilitación en Sommerset, en el sur de Inglaterra.
En una de las terapias se utilizan caballos que ayudan a los jóvenes a aprender a controlar las emociones. Otra de las actividades consiste en que los participantes escriban en un papel qué es lo que les impide progresar y que luego lo arrojen al fuego.
"Prisión", escribió Abdi.
Hay muchos motivos para que escale la violencia.
Una razón que frecuentemente aparecía durante las conversaciones de los expandilleros durante la rehabilitación era la Drill Music, una forma de rap originaria de Chicago con letras agresivas.
"La mayoría de las letras hablan de apuñalar gente, de dispararle a la gente", dice Creepa. "Muchos jóvenes de 13 o 14 años escuchan eso.
"Ello siguen a esos raperos y piensan: ‘Sí, me gusta ese rapero, voy a andar con un puñal’".
Desde que comenzó ese programa de rehabilitación a principios de marzo, numerosas personas han sido apuñaladas y otras tantas amenazadas, lo que demuestra lo difícil que es cortar esa espiral de violencia.
"No se dejen atrapar por ese estilo de vida", es el mensaje de Abdi para todos los que están en riesgo de caer en el mundo de las pandillas.
Ahora puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.