Uno a uno fue alcanzando hitos, dejando atrás años de lucha y sacrificio para finalmente alcanzar la mayor gloria de su carrera.
Todo en una semana soñada, perfecta, en la que el colombiano Miguel Ángel Rodríguez se coronó el pasado fin de semana campeón del Abierto Británico de squash, el torneo más importante del circuito profesional de este deporte.
"He conseguido victorias importantes, pero nunca una como ésta", dijo Rodríguez en entrevista con BBC Mundo.
Rodríguez venció en una épica final al egipcio Mohamed ElShorbagy, número uno del mundo, tras ir a remolque durante el decisivo último juego y remontar para llevarse el triunfo 11-7, 6-11, 8-11, 11-2 y 11-9 en casi dos horas de juego.
El título también fue el primero para un jugador sudamericano.
"Todavía lo pienso y no se cómo lo hice, pero en ese momento uno no piensa y solamente lucha", recordó Rodríguez.
Además de ElShorgaby, contra el que había perdido 11 veces consecutivas, la raqueta colombiana tuvo que dejar en el camino a jugadores de la talla de los egipcios Ramy Ashour -tres veces campeón mundial- y Ali Farag, número dos del mundo y quien le había ganado "unas cinco o seis veces este año".
Sin embargo, fue en el encuentro frente al alemán Raphael Kandra en semifinales en el que sintió la mayor presión.
"Él no tenía nada que perder y yo tenía mucho que ganar. En el papel sabía que podía ganar, lo que me hizo estar muy nervioso en el segundo juego del partido".
La victoria le permitió cumplir los dos objetivos que se había propuesto para este año.
"En 2018 me puse la meta de llegar a la final de un torneo grande y también me propuse regresar a estar entre los 10 mejores y ambos objetivos los alcancé en solo cinco meses", dijo satisfecho Rodríguez, quien además logró clasificar al Torneo de Maestros de Dubai en junio, reservado para los ocho mejores jugadores del circuito.
Rodríguez sumó con el Abierto Británico el título número 27 de una carrera que inicio como profesional a los 18 años, pero que tuvo sus inicios recién cumplidos los tres años de edad.
"Mi papá fue pionero del squash en Colombia y cuando tomé por primera vez la raqueta era incluso más grande que yo", se rió.
A los 8 años ganó el primer torneo en su país y a los 10 logró su primer triunfo internacional.
Su ascenso hasta la élite del squash fue de manera constante, pero nunca había podido conseguir un triunfo que llevará su nombre hasta las portadas de los periódicos y se convirtiera en noticia nacional en su país.
Hasta ahora, justo después de sufrir el peor momento de su carrera.
"Hace dos temporadas tuve uno de mis mejores años cuando llegué a tres semifinales y alcancé mi mejor posición en el ranking, cuando me puse número cuatro del mundo", contó Rodríguez.
"Pero esa estuvo seguida de mi peor temporada, afectado por las lesiones, hasta el punto que caí al lugar 25 del mundo".
"Emocionalmente estaba en el suelo, fue muy difícil para mi y muy poca gente sabe lo que sufrí, lo que me costó levantarme", recordó.
"Pero en el fondo yo sabía que todavía tenía mucho que dar, que tenía arreglar mis problemas físicos y así fue".
Y no sólo regresó, sino que consiguió frente ElShorgaby el triunfo más importante para él, Colombia y el squash latinoamericano.
"Jugar con Mohamed siempre ha sido un reto para mí porque resulta un poco intimidante, es el número uno y tiene mucho recorrido", declaró.
"Ganarle se había convertido en una de mis metas, pero hacerlo en ese torneo y en una final fue algo impresionante después de todo el sacrificio, trabajo, dedicación y pasión que tengo por este deporte".
"Muy contento de haber ganado, saber que soy leyenda en el squash colombiano y latinoamericano, que en la ‘copa madre’ van a colocar mi nombre y el próximo año cuando vuelva dirá: ‘2018 – Campeón: Miguel Ángel Rodríguez, Colombia’".
La raqueta colombiana siente orgullo de haber sido el primero, el referente que pude servir de ejemplo para que muchos niños piensen que "pueden alcanzar sueños inalcanzables e inimaginables".
"En América Latina solemos hacer grandes a los que ganan de otros países, por lo que saber que hay un latino que está consiguiendo cosas iguales, un título deportivo en una arena internacional, da pie para que los niños piensen que si Miguel lo hizo nosotros también lo podemos conseguir", reflexionó.
Junto a él en el circuito también participan el mexicano César Salazar y el peruano Diego Elías, presencia que aspira vaya en aumento aprovechando su triunfo en el "Wimbledon del squash".
"Este es un deporte que se puede practicar a cualquier hora del día, es muy exigente y muy completo", resaltó.
"En términos de la quema de calorías es impresionante, sólo necesitas de 45 minutos de squash para lograr el mismo beneficio que haciendo una hora y media de tenis", citó como ejemplo.
Palabras que buscan impulsar el gran objetivo del squash: llegar a ser deporte olímpico.
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