Es el país más grande de Centroamérica. Y también el que más apodos tiene para sus habitantes.
Los nicaragüenses se llaman a sí mismos "nicas" y "pinoleros", incluso "nicoyas".
Pero sus vecinos también los conocen como "chochos" y "mucos".
Esta riqueza de patronímicos más que triplica la de los costarricenses (la única alternativa al gentilicio oficial es "ticos"), guatemaltecos ("chapines") y hondureños ("catrachos").
Y más que duplica los apodos de los salvadoreños, quienes también responden orgullosamente al apelativo "cuzcatlecos" y menos entusiastamente al apodo de "guanacos".
Pero, ¿de dónde vienen y qué significan las palabras que describen a los habitantes de la patria de Darío y Sandino?
"Nica" es, sin duda, la más fácil de explicar, pues es un simple apócope de nicaragüense.
Y también es el apelativo más utilizado, tanto dentro como fuera del país.
En Costa Rica, donde hay una importante comunidad de migrantes nicaragüenses, la palabra nica puede tener connotaciones peyorativas, empleándose en ocasiones para describir a alguien ignorante o sucio.
Pero los nicaragüenses la utilizan con orgullo, por ejemplo en frases como "¡Soy tan nica como el pinol!".
La popularidad del pinol, una bebida hecha a base de maíz, explica a su vez el apelativo "pinolero".
En realidad todavía más popular que el pinol es el pinolillo, bebida que combina maíz con cacao y otras especias.
Pero pinolillero no suena igual de bien. Y lo de pinolero figura incluso en el corrido "Nicaragua mía", considerado por muchos una especie de himno no oficial del país.
"¡Soy puro pinolero, nicaragüense por gracias de Dios!", dice una de las estrofas de la canción de Tino López Guerra, una que todos los nicas han cantado al menos una vez.
Y en su elogio musical de Nicaragua, López Guerra también valida el otro apelativo: "Solo en Darío se explica la inmensidad de su creación. ¡Tenía que ser un nica del mundo entero admiración!".
"Nicoya", por su parte, puede entenderse como una derivación juguetona de "nica".
(Y, muy probablemente, también como un recordatorio de que el territorito costarricense de ese nombre fue parte de Nicaragua hasta el siglo XIX).
Como también sucede con los otros dos apelativos, para los nicaragüenses "nicoya" no tiene connotaciones negativas, por lo que el mote se emplea sin problemas dentro del país.
Pero lo mismo no puede decirse de "chochos" y "mucos", los que son empleados casi exclusivamente en los países vecinos y prácticamente nunca por la población local.
En Nicaragua, así como en Guatemala, Honduras y El Salvador, muco es el animal al que le falta al menos un cuerno o parte de los cuernos.
Y en esos países el nombre se aplica a los nicas, por derivación, para dar constancia de su costumbre de no pronunciar la s final de las palabras que terminan con esa letra.
Lo de "chochos", por su parte, también remite a otra característica del habla nicaragüense: el uso constante de esa palabra como interjección para expresar sorpresa o asombro.
De hecho "¡Chocho, qué grande está tu cipote!" sería una frase normal en Nicaragua para expresar asombro por lo mucho que ha crecido el hijo pequeño de alguien.
Y muy pocos nicaragüenses saben que en España "chocho" es un sinónimo vulgar de la vulva y "cipote" del pene, lo que podría generar más de una embarazosa confusión.
Este artículo fue elaborado para la versión digital de Centroamérica Cuenta, un festival literario que se celebraría en Managua del 21 al 25 de mayo, pero fue pospuesto indefinidamente a causa de la crisis política y social que se vive en Nicaragua. Durante esta semana, sin embargo, BBC Mundo publicará parte de ese material, que trata de dar una idea de la diversidad y riqueza cultural de la región centroamericana.