Un año más la historia se repite.
Los Golden State Warriors y los Cleveland Cavaliers disputarán al mejor de siete partidos las finales de la NBA por cuarta temporada consecutiva.
Los Warriors, que juegan en la ciudad californiana de Oakland, buscan revalidar el título conquistado el año pasado frente a los Cavs del colosal LeBron James, que pese a su irregular temporada han logrado plantarse en la final gracias al estratosférica rendimiento de su estrella.
Estas son las claves que marcarán el duelo final para dirimir cuál es el mejor equipo de la mejor liga de baloncesto del planeta.
1. Cuarta consecutiva: nunca antes
Una final que ya es un clásico.
El duelo entre Warriors y Cavs, que arranca este miércoles en el Oracle Arena de Oakland, se ha convertido ya en un clásico.
Nunca antes la final se había repetido tantos años seguidos, lo que confiere al duelo Warriors-Cavs una aureola de rivalidad ya histórica.
Otras legendarias en la memoria de todos los aficionados, como la que forjaron Los Ángeles Lakers de Magic Johnson y los Boston Celtics de Larry Bird durante toda la década de 1980, nunca llegaron más allá de dos enfrentamientos consecutivos en el duelo por el título.
Finales que se repitieron fueron, por ejemplo, las que disputaron los Lakers, entonces afincados en Minneapolis, y los Knicks de Nueva York en 1952 y 1953; los Celtics y los Hawks en 1957 y 1958, y más tarde otra vez en 1960 y 1961.
El inmisericorde Michael Jordan y sus Chicago Bulls derrotaron a los Utah Jazz de John Stockton y Karl Malone en 1997 y 1998.
En el siglo XXI, Miami Heat y San Antonio Spurs se vieron las caras en 2013 y 2014, con un triunfo para cada uno.
En todos los pronósticos los Warriors son los superfavoritos.
Hasta el punto de que la cadena ESPN ha llegado a preguntarse si no se trata de la final más desequilibrada de la historia.
La razón es la irregular temporada de los Cavs, que han llegado hasta aquí gracias a las prestaciones titánicas de LeBron James, que compensó con su esfuerzo las carencias mostradas por el resto del plantel.
De acuerdo con los cálculos del periodista deportivo estadounidense Micah Adams, en estos playoffs James anotó o asistió un 55% de los puntos de su equipo.
Los jugadores llamados a secundarlo, como el ala-pívot Kevin Love y el tirador J. R. Smith, decepcionaron a los aficionados al mostrar un nivel muy por debajo de las expectativas y de lo que cabría esperar de sus altos contratos.
La pregunta ahora es si LeBron será suficiente.
La mayoría de los apostadores cree que no.
Pero King James nunca se rinde y busca en esta final el más difícil todavía de su carrera.
La superestrella de Akron consiguió con un rendimiento estratosférico en los playoffs llevar a su equipo hasta la final pese a la irregularidad mostrada a lo largo de toda la temporada.
James ha demostrado tanta ambición como perseverancia y su hoja de servicios muestra ya unos registros superiores a los de cualquier otro jugador en activo. Comparece ahora en su octava final consecutiva, algo al alcance de muy pocos.
LeBron es el máximo anotador de la historia de los Playoffs, ha sido reconocido en cuatro temporadas como el jugador más valioso y atesora otro sinfín de distinciones que alimenta el debate sobre si es el mejor de la historia por encima incluso de Michael Jordan.
Pero le faltan campeonatos. Con 33 años ya, James posee tres anillos de campeón, mientras que el mito de los Bulls se retiró con 6 en su palmarés.
Tras la exhibición con la que James liquidó a los Celtics en el séptimo partido de la final de la Conferencia Este en Boston, resumida en la canasta inverosímil que anotó con el corpulento Marcus Morris literalmente colgándose de sus hombros, la estrella retirada de los Lakers Kobe Bryant terció en la discusión entre los aficionados sobre LeBron y "Air" Jordan.
"Podemos disfrutar de uno sin derribar al otro. Me encanta lo que está haciendo. No debatamos sobre lo que definitivamente nadie puede ganar. Disfruta de mis cinco (anillos), disfruta de los seis de MJ, disfruta de la búsqueda de LeBron", tuiteó.
Vigentes campeones y ganadores del anillo en dos de las tres últimas temporadas, los Warriors entrenados por Steve Kerr se han convertido en los dominadores de la competición gracias a su juego dinámico basado en la velocidad y el tiro exterior.
Tres jugadores de un talento excepcional permiten a los californianos hacer esta apuesta.
Se trata del base Stephen Curry, el escolta Klay Thompson y el alero Kevin Durant, un trío capaz de machacar a triples a cualquier rival.
Dan fe de ello los pujantes Houston Rockets, a los que apearon de la final pese a que habían obtenido mejores resultados en la temporada regular.
Los Cavs serán, de nuevo, el último escollo para el "big three" de los Warriors, decidido a engordar su leyenda en la NBA.
El francotirador Stephen Curry es el más potente de los argumentos ofensivos de los Warriors.
Y los Warriors tienen muchos argumentos.
Su equipo tuvo que sobrevivir sin él hasta bien entradas las eliminatorias por el título debido a una inoportuna lesión.
Curry está ahora recuperado y tras una fase de reaclimatación a la competición, en los últimos partidos volvió a mostrar al artillero infalible que lleva dentro.
Así que la única pieza clave que les faltará a los californianos en la final será André Iguodala, uno de los pocos capaz de defender a LeBron James, o intentarlo al menos.
Con Curry en plenitud de condiciones en la pista, los de la bahía de San Francisco se perfilan como un rival imbatible en una serie a 7 encuentros.
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