Desde que anunció la boda real, se supo que iba a dar de qué hablar. Algunas de las razones son: Meghan es una actriz de Hollywood, así que el desfile de celebridades estadounidenses era de esperarse, mientras que Harry, uno de los solteros más codiciados y parte importante de la realiza inglesa, se unía en matrimonio e iba a haber más de una exnovia que no estuviera contenta con la decisión.
Los novios han prescindido de invitar a muchos miembros de la realeza europea o miembros del gobierno británico porque el enlace no está considerado como un acto de Estado, ya que Harry ocupa el número seis en la línea sucesoria al trono.
Entre los 600 invitados sí hay personajes tan famosos como Oprah Winfrey, George y Amal Clooney, David y Victoria Beckham y Elton John, que fue un gran amigo de la princesa Diana de Gales.
El príncipe Harry ha sido nombrado duque de Sussex por la reina Isabel II y Markle, por consiguiente, ha pasado a ser la duquesa de Sussex. El novio también recibió los títulos de conde de Dumbarton y barón de Kilkee.
El príncipe Carlos de Gales llevó a Markle hasta el altar después de que el padre de la novia, Thomas Markle, no haya podido asistir a la ceremonia por cuestiones de salud.
Algunas curiosidades de la ceremonia son que, en sus votos, Markle no dirá que promete “obedecer” a su esposo.
El príncipe Harry ha elegido tener un anillo de bodas. Será una banda de platino de acabado texturizado y la pieza de Markle está hecha con oro galés, según informó el Palacio de Kensington.
Tras la ceremonia en la capilla, los 600 invitados asistirán a un almuerzo ofrecido por la reina Isabel II en uno de los salones del castillo de Windsor. Durante esta recepción, Markle romperá la tradición de las novias reales y pronunciará un discurso.
Más tarde en la noche, los recién casados festejarán con 200 amigos cercanos y familiares en una recepción privada en Frogmore House, a poco más de un kilómetro del palacio, y que será auspiciada por el príncipe Carlos.