Las autoridades de Islandia tienen en su lista negra a un hombre que ha protagonizado una historia que parece de película.
Sindri Thor Stefansson, descrito por la prensa local como "el gran ladrón de bitcoins", es sospechoso de haber planeado y ejecutado el atraco más ambicioso en la historia de la nación nórdica.
Le acusan de haber robado 600 computadoras que se usaban para la minería de las monedas virtuales -mediante la resolución de problemas matemáticos complejos para conseguir nuevas divisas-, un negocio muy extendido en Islandia.
Stefansson fue una de las once personas arrestadas en febrero involucradas en el caso.
Las máquinas robadas, que todavía no se sabe dónde están, están valoradas en unos US$2 millones. El robo se efectuó a través de cuatro asaltos diferentes en varios centros de datos.
Si los ladrones están usando esos equipos para crear nuevos bitcoins podrían estar obteniendo enormes ganancias y su actividad sería prácticamente imposible de rastrear.
El hombre se escapó de la prisión (de baja seguridad) en la que estaba custodiado saltando por la ventana. Después, tomó un vuelo a Suecia.
Los medios locales aseguran que en ese mismo vuelo también viajaba la primera ministra del país, Katrín Jakobsdottir.
Su billete de avión tenía un nombre falso, pero el sospechoso fue identificado a través de las cámaras de seguridad del aeropuerto.
"Tenía un cómplice, estamos seguros de ello", le contó a Visir el jefe de policía Gunnar Schram.
Diez días antes de su fuga, Stefansson había sido transferido de la custodia policial a la cárcel "abierta" de Song, un tipo de cárcel basado en un régimen de libertad, donde los reclusos entran y salen libremente.
La prisión no está cercada y los internados en ella tienen acceso a teléfonos y conexión a internet.
"Es de baja seguridad", le dijo a la BBC un periodista de la cadena de televisión estatal RUV. Y Stefansson estaba allí porque "no estaba considerado un recluso peligroso".
"El lugar no tiene celdas como tal, sino habitaciones. Los guardias pasan lista antes de que los reclusos se vayan a la cama y a la mañana siguiente".
"En algún momento, probablemente después de la medianoche, simplemente se escapó por la ventana", dice el periodista.
"Es probablemente correcto decir que no suponía un peligro para nadie, pero obviamente subestimaron el riesgo de que pudiera tomar un avión".
Song se encuentra en una región rural al sur de Islandia, a unos 95 kilómetros del aeropuerto internacional de Keflavík.
Los últimos informes en la prensa local sugieren que tomó un taxi hasta el aeródromo.
Los detalles sobre lo sucedido todavía no están claros, pero la policía cree que el sospechoso se escapó a primera hora de la mañana del martes.
Los guardias de la prisión solo informaron de su desaparición cuando el vuelo ya había despegado rumbo al aeropuerto de Arlanda, cerca de Estocolmo, la capital sueca.
La ministra Jakobsdottir también viajaba a Suecia para reunirse con sus cuatro homólogos nórdicos -los mandatarios de Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia- y el primer ministro de India, Narendra Modi.
Un pasajero del vuelo en el que supuestamente viajó el preso fugado le dijo a la cadena RUV que Jakobsdottir también volaba en ese avión.
"Fue una curiosa coincidencia", le dijo el periodista de RUV a la BBC. "Nuestros mandatarios suelen tomar vuelos comerciales, y parece ser que Stefansson tomó el mismo vuelo".
"Es posible, de hecho, que ni siquiera tuviera que mostrar ninguna identificación para viajar porque estaba volando en la zona Schengen" (un acuerdo que suprime las fronteras entre algunos países europeos).
"Su cara no era conocida, no era un criminal famoso en Islandia así que nadie sabía quién era. Nadie notó nada extraordinario en el vuelo".
La primera ministra todavía no ha hecho comentarios sobre el caso.
El país ha emitido una orden de arresto internacional contra Steffenson, y la policía Sueca está participando activamente en la búsqueda.
Varias personas han sido interrogadas por la policía islandesa, incluida la esposa del sospechoso, pero todavía no se ha producido ningún arresto desde la huída.
Islandia, con apenas 330.000 habitantes, es uno de los países con la tasa de criminalidad más baja del mundo.
El comisario de policía Olafur Helgi Kjartansson le dijo a la agencia Associated Press en marzo que el asalto protagonizado por Stefansson fue "un robo de una escala nunca vista" en el país.
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