Alex Skeel conoció a Jordan Worth a los 16 años cuando estudiaban la secundaria en Inglaterra.
Después de sostener una relación, la vida de Skeel se convirtió en una pesadilla a manos de su novia.
Ahora ambos tienen 22 años y Worth acaba de ser sentenciada a 7 años y medio de prisión por maltratar a Skeel.
De acuerdo con información divulgada durante el juicio, Worth lo sometió a múltiples lesiones físicas, le negó el alimento y lo aisló de su familia.
En una ocasión, Worth lo persiguió y le golpeó las manos y el rostro con un martillo. Posteriormente, le pegó en la cabeza con una botella de cerveza, lo que causó que Skeel se desvaneciera.
La mujer se declaró culpable de causar graves daños corporales a Skeel y de ejercer un comportamiento controlador coercitivo sobre él.
De acuerdo con la policía de Bedforshire, en el este de Inglaterra, se trata de la primera condena por comportamiento controlador coercitivo que se dicta contra una mujer en Reino Unido.
Información ofrecida en el juicio señala que desde una etapa temprana de la relación, Worth había ejercido un comportamiento controlador sobre él: le decía lo que debía vestir y lo llegó a atacar físicamente.
En los últimos nueve meses del noviazgo, las agresiones corporales se intensificaron y Skeel tuvo que ser tratado en el hospital varias veces.
El abuso terminó cuando en una noche de junio de 2017, un vecino llamó a la policía tras escuchar los gritos de la pareja, la cual se encontraba en su vivienda.
El personal de la ambulancia se dio cuenta de las heridas en su mano y quemaduras en brazos y piernas, las cuales él mismo había tratado de curar con papel film.
Según se pudo conocer en el juicio, Worth le había lanzado agua hirviendo a Skeel, lo que le causó quemaduras de segundo y tercer grado.
"En el hospital me dijeron que estaba a 10 días de morir", dijo el joven.
Worth le rompió sus teléfonos celulares para que no pudiera contactar a sus amigos o familiares.
Skeel señaló que en una ocasión su exnovia le había dicho que la madre de ella había recibido un mensaje que decía que el abuelo de él había muerto.
"Cuando estaba llorando me dijo: ‘¿Quieres bajar y hablar con mi mamá sobre eso?’. Así que pensé que era cierto", indicó el joven.
Pero después de verlo llorar desconsolado por dos horas, Worth le reveló que su abuelo no había muerto y lo reprendió por el hecho de que le importara su familia.
"El control coercitivo es sutil. La víctima podría no reconocer inmediatamente el comportamiento como abuso y ni identificar que puede conducir a la violencia", indicó el detective inspector en jefe de la policía de Bedforshire, Jerry Waite.
Tras conocerse el caso, a Worth se le dictó una orden de alejamiento para evitar que contactara a su exnovio por un periodo indefinido.
Skeel ha sido sometido a varias operaciones de cerebro, cabeza y manos.
Ha recibido el apoyo de las autoridades y ha urgido a otras víctimas de relaciones abusivas a denunciar a sus agresores.
"Es importante hablar. Vas a estar mejor si hablas sobre lo que está pasando".
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