Grandes destellos color naranja iluminaron la madrugada en Damasco y el estruendo rompió el silencio en la capital siria.
La caída de los misiles lanzados por Estados Unidos, Francia y Reino Unido contra objetivos selectos despertaron a la ciudad.
El periodista británico Danny Makki, que se encuentra en el lugar, describió a la BBC el momento de una explosión cerca de su residencia en el occidente de la ciudad: "Todo el vecindario se estremeció, mi casa se sacudió, las ventanas temblaron durante varios minutos".
Los ataques aéreos coordinados, con misiles teledirigidos desde un barco de guerra estadounidense en el Mediterráneo o lanzados desde bombarderos franceses y británicos fueron, según los aliados, en represalia por el supuesto ataque químico del gobierno de Bashar al Asad contra la población de Douma.
Una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Siria condenó la acción militar como una "agresión brutal y bárbara", según la agencia oficial siria de noticias, Sana.
Este medio, calificó la operación como "una flagrante violación del derecho internacional".
Una fuente anónima citada por la agencia dijo que "cuando los terroristas fallan, EE.UU., Francia y Reino Unido intervienen y agreden a Siria" y que "la agresión estadounidense-franco-británica contra Siria fracasará".
Al mismo tiempo, el gobierno de Bashar al Asad quiso proyectar una imagen de normalidad, al trasmitir un video del mandatario caminando tranquilamente hacia sus oficinas.
En la cuenta de Twitter de la presidencia de Siria, Al Asad respondió a los ataques aéreos de Estados Unidos, Francia y Rusia diciendo que habían cimentado más que nunca la determinación del país y su pueblo para aplastar el terrorismo.
"Esta agresión sólo aumentará la determinación de Siria y del pueblo sirio de seguir combatiendo y aplastando el terror en cada centímetro del país", dijo también el mandatario durante una conversación telefónica con el presidente de Irán, Hassan Rouhani.
Al mismo tiempo, Al Asad acusó a los países de Occidente de estar apoyando el terrorismo en Siria.
Durante la llamada, Rouhani reafirmó el apoyo iraní a Siria, según el gobierno de este país.
Teherán es uno de los principales aliados del gobierno sirio y se cree que le ha suministrado tropas y financiamiento a Al Asad durante el conflicto que ya lleva más de siete años.
Había habido una callada esperanza entre las diferentes facciones rebeldes dentro y fuera de Siria de que los ataques aéreos pudieran ser lo suficientemente fuertes para debilitar la capacidad militar del gobierno en el campo de batalla.
Pero, según lo que se sabe hasta ahora, el impacto ha sido menor de lo esperado.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo de monitoreo con sede en Reino Unido, dice que los sistemas de defensa aérea del ejército de Siria interceptaron más de 65 misiles lanzados por EE.UU, Reino Unido y Francia.
Según su análisis, los objetivos fueron:
Con anterioridad, el Ministerio de Defensa de Rusia, principal aliado de Al Asad, aseguró que 71 de un total de 105 misiles lanzados fueron interceptados por los sistemas de defensa antiaérea sirios.
Según Moscú, ningún misil de los aliados occidentales logró penetrar las zonas cubiertas por los nuevos sistemas de defensa aérea instalados por los rusos en Siria, alrededor de un puerto y una pista aérea que utilizan.
Un líder de los rebeldes, Mohammad Allush, desestimó los ataques como insignificantes, diciendo que sólo habían alcanzado al instrumento del crimen y no al criminal.
Por su parte, los adeptos al gobierno sirio, salieron a festejar lo que consideraron como una victoria sobre los agresores. En vista de la relativa levedad de los daños, algunos continuaron sus rutinas diarias en calma.
Otros manifestaron apoyo al presidente Bashar al Asad diciendo que los había llenado de mayor resolución.