Siempre se viste de la misma manera: camiseta blanca y pantalones de jeans negros. Andrey Andreev prefiere llevar siempre la misma ropa para "no perder el tiempo".
Con una fortuna estimada en US$1.500 millones, según la revista Forbes, este millonario nacido en Moscú hace 41 años, es el fundador de Badoo, la mayor aplicación de citas del mundo con cerca de 380 millones de usuarios.
Nunca terminó la universidad y prefirió dedicarse a sus propios inventos. Siendo veinteañero sacó adelante tres proyectos empresariales que se transformaron en startups.
Un rastreador espía para internet (Spylog); un sistema para publicar avisos comerciales en la web (Begun) y luego Mamba, su primera incursión en el mundo de las aplicaciones para que las personas encuentren pareja.
Junto a su equipo desarrolló la arquitectura informática de Chappy, una aplicación de citas para homosexuales y después vino Huggle, una herramienta que conecta a las personas de acuerdo a los lugares que frecuentan.
Andreev es dueño del 79% de Bumble, una de las aplicaciones de citas que más rápido ha crecido en Estados Unidos, cuya particularidad es que que solo las mujeres pueden establecer el primer contacto.
Hijo de padres científicos, su nombre es Andrey Ogandzhantyants, pero como era difícil la pronunciación y el deletreo de su apellido, optó por utilizar el de la madre.
Alcanzó a pasar fugazmente por la Universidad de Moscú antes de abandonarla a los 18 años e irse a viajar por Europa con un préstamo de sus padres.
Al poco tiempo creó su primer emprendimiento: Virus, una tienda online que vendía computadores y accesorios a clientes en Rusia.
De ahí en adelante siguió lanzando un proyecto tras otro, moviéndose entre distintos países y finalmente se hizo ciudadano británico. No ha vuelto a Moscú en una década.
Aunque fundó Badoo en 2006 en España, lanzó la aplicación de citas al mercado en 2009 (tres años antes que su rival Tinder).
Su sede central está en Londres, tiene oficinas en Moscú y Malta, ofrece el servicio en 190 países, funciona en 48 idiomas y emplea cerca de 300 desarrolladores que entregan soporte a Huggle, Chappy y Bumble.
"Lo que estamos haciendo es crear herramientas que facilitan la interacción de las personas. Se trata de conectar a la gente", dijo el empresario en una entrevista con Forbes, aunque conoció a su actual pareja en la "vida real" y no en una aplicación.
"Queremos que la gente mire más allá de su propia burbuja de amigos".
Como Badoo no está en la bolsa, es difícil saber con exactitud en cuánto está valorada la compañía.
Cuando le preguntan, Andreev insiste en no hacer una estimación, aunque reconoció que su empresa es más pequeña que el grupo empresarial estadounidense Match Group, que opera las aplicaciones de citas OkCupid y Tinder.
Match Group, que tiene una capitalización de mercado de US$12.200 millones, reportó ingresos de US$1.300 millones el año pasado.
Y por lo pronto, mientras el empresario no reciba una oferta o no decida abrirse a bolsa, la valoración de su firma seguirá siendo un misterio.
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