Carlos derrotó a Fabricio en la batalla de los Alvarado, lo que significa que el próximo presidente de Costa Rica será el candidato del oficialista Partido de Acción Ciudadana (PAC).
Y aunque ambos candidatos comparten apellido y juventud, y los dos también pasaron por la misma facultad y empresa de comunicación para posteriormente dar el salto del periodismo a la política, distinguir entre el ganador de los comicios y el aspirante derrotado en realidad no es tan difícil como parece.
Para empezar, sus posturas frente al matrimonio igualitario, el tema que marcó la campaña, no podían ser más diametralmente opuestas.
Y al final, más del 60% de costarricenses decidió darle las riendas del país al exministro escritor que hizo campaña bajo el eslogan "Elijo el futuro", en lugar del cantante y líder evangélico que prometía defender los "valores tradicionales".
Con 38 años de edad, Carlos Alvarado Quesada es además el más joven de los dos contrincantes.
La pasión por el rock del próximo presidente tico -que lo llevó a desempeñarse como vocalista del grupo de rock Dramatika durante sus años universitarios- sugiere que las diferencias también se extienden al plano musical, pues Fabricio Alvarado, de 44 años, es mejor conocido por sus grabaciones de música cristiana.
Como autor de tres novelas, y ganador del premio Joven Creación de la Editorial Costa Rica en 2006, el nuevo mandatario es, en cualquier caso, mejor conocido por su obra literaria.
Aunque fue su desempeño frente al ministerio del Trabajo en la administración saliente lo que le dio visibilidad a nivel nacional, si bien en un gobierno marcado por escándalos de corrupción como el llamado "cementazo".
¿Cómo es y de dónde viene el hombre que logró mantener al PAC en el poder después de haber recibido únicamente un 21,74% de votos en la primera vuelta?
"Mis cuatro abuelos fueron personas trabajadoras. Francisco Alvarado fue electricista, Manuel Quesada fue carpintero, y mis abuelas Berta Induni y Noemi Alvarado, en roles tradicionales de aquella época, sacaron adelante hogares de 5 y 11 hijos respectivamente", cuenta el propio Alvarado en un perfil publicado en el portal Medium.
"A pesar de solo haber cursado la primaria, mis abuelos y abuelas les inculcaron el valor del trabajo duro, la honestidad y la importancia de la educación a mis padres (Alejandro y Adelia)", agrega en el mismo texto.
Tal vez por eso Alvarado, quien nació en enero de 1980, cursó estudios en la escuela Anglo Americana y el colegio Saint Francis, dos instituciones consistentemente ubicadas entre los mejores colegios de Costa Rica.
El político luego se graduó de periodista en la Universidad de Costa Rica, donde también obtuvo un máster en Ciencias Políticas.
Y en 2008 obtuvo una beca del gobierno británico que le permitió obtener una segunda maestría en Estudios para el Desarrollo por la Universidad de Sussex, Inglaterra.
Su experiencia británica está consignada en el título de su tercera novela, "Temporada en Brighton", publicada en 2015.
Antes de eso también había publicado "Las Posesiones" (2011) y "La historia de Cornelius Brown" (2006), que le valió el ya mencionado premio de la Editorial Costa Rica.
Para esa época, Alvarado ya pertenecía al Partido Acción Ciudadana, en el que milita desde 2002.
Y dos años después empezó a trabajar como encargado de prensa de la bancada del PAC en la Asamblea Legislativa, desempeñándose posteriormente como asesor de la campaña presidencial de Ottón Solís en 2009. y director de comunicación de la del actual presidente, Luis Guillermo Solís, en 2014.
Alvarado se sumó a la campaña del presidente saliente después de haber pasado tres años en Panamá, donde ejercía un cargo gerencial en las oficinas latinoamericanas de la multinacional Procter & Gamble.
Y fue Solís quien le dio la oportunidad de estrenarse en la administración pública costarricense, cuando lo designó presidente ejecutivo de Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) en mayo de 2014.
"Con 34 años en aquel momento, fui el ministro más joven de la administración", destaca Alvarado.
Y en abril de 2016 pasó a asumir la cartera de Trabajo, puesto que dejó a inicios de 2017 para inscribirse como precandidato en la convención interna de su partido, la que ganó holgadamente.
Por eso, como candidato presidencial, a Alvarado le tocó hacer frente a las críticas contra su partido por el "cementazo" o caso del cemento chino, el más sonado escándalo de corrupción del país, que se fraguó durante el actual gobierno y salpica a funcionarios de los tres poderes.
Pero el candidato del PAC logró distanciarse personalmente del problema y presentarse como alguien capaz de renovar a un partido que, en sus propias palabras, había demostrado ser capaz de solucionar algunos de los principales problemas de Costa Rica.
"Fuecon el primer gobierno del PAC con el que Costa Rica está superando los problemas, cosas importantes como el combate a la pobreza", dijo Alvarado al garantizarse el paso a la segunda ronda, después de una campaña que denunció como más parecida a "un concurso de quién es más conservador o más intolerante".
Y, eventualmente, sus propuestas sociales, educativas y ambientales, además de las alianzas progresistas que logró establecer para enfrentar el discurso ultraconservador del otro Alvarado, terminaron inclinando la balanza en su favor de forma clara.
"Terminamos esta maravillosa jornada electoral, convencidos de que estamos del lado correcto de la historia", escribió por Twitter el próximo presidente de Costa Rica una vez concluida la votación, cuando todavía no se anunciaban resultados.
"Hoy el mundo nos mira y lanzamos un hermoso mensaje democrático", dijo después, cuando ya se sabía ganador. "Nuestra agenda de igualdad debe buscar igualdad entre hombres y mujeres, adultos mayores, personas con discapacidad y niños y niñas", agregó.
"Llevaré un gobierno para todas y todos. Que cobije a todas las personas, sin ningún distingo #EsPorCostaRica", es su promesa.
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