La reacción del entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane, lo dijo todo.
Sus manos en la cabeza, con una mirada de incredulidad ante lo que habían vistos sus ojos, buscando testigos para confirmar lo que acaba de ocurrir sobre el campo.
Fue la misma expresión de asombro que hizo levantar de sus asientos a las más de 45.000 personas que abarrotaron el estadio de la Juventus en Turín y que se multiplicó frente a millones de televisores por todo el mundo.
El segundo gol de Cristiano Ronaldo en la contundente victoria 3-0 de Real Madrid sobre la Juventus fue uno de los goles más perfectos que ha visto el mundo del fútbol, mezcla de la potencia física del delantero portugués con la sutileza de su pegada acrobática.
Hay tres razones que muestran claramente la magnitud del gol de chilena de Ronaldo, que seguramente vivirá en la memoria del balón con el paso de los años.
Transcurría el minuto 63 de partido cuando la presión de Ronaldo generó pánico e indujo el error del defensor italiano Giorgio Chiellini, quien despejó mal un balón que tenía controlado su portero Gianluigi Buffon.
Sin ángulo, Ronaldo no pudo definir, por lo que buscó la llegada de Lucas Vázquez, cuyo disparó fue rechazado por el portero italiano.
Parecía que el peligro había desaparecido pese a que el balón había caído bajo el control de Dani Carvajal, quien logró centra un balón bombeado al corazón del área.
Ronaldo calculó la trayectoria de la pelota, la atacó dando tres pasos e impulsándose con su pierna derecha se elevó por el aire para conectar con el empeine del pie derecho un potente disparo que fue a parar al fondo de la red.
"Desafió cualquier lógica natural", comentó el exfutbolista y analista de la BBC Pat Nevin.
"Su cálculo del tiempo fue extraordinario y su imaginación mágica".
"Hay que darse cuenta de lo alto que llegó su pie, que se encuentra por encima de la cabeza de Mattia de Sciglio, quien había saltado en busca del balón".
"Necesitas la técnica para elevarte, la acrobacia para mover tu cuerpo y la capacidad para aterrizar. Todo eso estuvo en su mente y fue capaz de computarlo en milisegundos".
Sea cual sea el ángulo, se trata de un gol para la galería.
Según el diario español Marca, Ronaldo es capaz de elevarse a 1,41 metros de forma paralela al suelo, conectando con el balón a una altura de 2,38 metros, casi similar a la que se encuentra el travesaño o larguero de la portería.
A eso hay que añadir la presencia de De Sciglio en el fondo como elemento de contraste y la inmovilidad de Buffon, reflejo de la impotencia de uno de los más grandes porteros de la historia ante la calidad de uno de los mejores delanteros que ha existido en el fútbol.
Cada uno de los elementos en la composición contribuyó para calificar el tanto del delantero portugués como una obra de arte.
El estadio de la Juventus subía los decibeles en apoyo a sus jugadores que buscaban insistentemente empatar el gol que mostraba el Real Madrid en el marcador, también obra de Ronaldo en el minuto tres de partido.
Un campo que aprieta, en el que cada rincón respira parte de la historia del club más laureado del fútbol italiano.
El juego correspondía al partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones, el principal torneo de clubes en el mundo, reeditando la final vivida en la misma competición hace un año.
Y como en aquella ocasión fue Ronaldo el que sentenció.
Sólo que esta vez lo hizo con una definición que dejó boquiabierto a todo el mundo, incluso a sus más acérrimos detractores.
Fue unánime la ovación recibida por todos los aficionados en el estadio, aplaudiendo de pie el que el mismo Ronaldo califica como el "mejor de su carrera".
"Ha sido un momento increíble, tengo que dar las gracias a todos los aficionados de la Juventus, lo que han hecho ha sido algo fantástico que nunca me había pasado en toda mi carrera. Estoy muy contento", declaró Ronaldo a la UEFA.
Desde muchas partes del mundo se ha calificado el gol de Ronaldo como el mejor en la historia de la Liga de Campeones, incluyendo en la época en la que sólo se disputaba la Copa de Campeones de Europa.
Pero hay quienes aseguran que si bien se trató de un gol de especial, no está a la altura de otros, sea por la ejecución o por la importancia.
Como la del actual técnico del Real Madrid, a quien le preguntaron cuál había sido mejor, si el de Ronaldo o el gol de volea que anotó en la final de la Champions en 2002 contra el Bayer Leverkusen.
"El mío, definitivamente el mío", no dudo en responder.
Ahora puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.