Jugadores, periodistas, entrenadores, comentaristas y aficionados.
No hay nadie que no pueda dejar de hablar de la extraordinaria aparición de Shaquem Griffin en la NFL Combine el pasado fin de semana, la jornada de pruebas donde los mejores jugadores universitarios de fútbol americano muestran lo mejor de su talento para captar la atención de los observadores de la liga profesional.
Fue tal su exhibición de fuerza, potencia y velocidad que se multiplicaron las voces pidiendo que Griffin sea incluido en el sorteo de selección para la próxima temporada, el popular Draft, que se llevará a cabo entre el 26 y 28 de abril.
Toda una demostración del defensor de 22 años a quien le falta una mano.
Los ojos comenzaron a volcarse hacia Griffin cuando en la prueba de fuerza acostado fue capaz de levantar 120 kilogramos hasta 20 veces ayudándose con una prótesis para facilitar el agarre.
Luego vino la carrera, la prueba de velocidad en una distancia de 40 yardas (poco más de 36 metros) que completó en una impresionante marca de 4,38 segundos, la más rápida que se ha registrado desde 2003 para un linebacker (apoyador).
Esas marcas corrieron como la pólvora por todos los pasillos vinculados a la NFL, hasta el punto que dos de las máximas estrellas del deporte de la pelota ovalada, JJ Watt, de los Houston Texans, y Richard Sherman, de los Seattle Seahawks, se rindieron ante la actuación del jugador de la Universidad de Centra Florida, campeones del fútbol universitario en 2017.
"Los aniquiló", escribió Watt en su cuenta de Twitter, mientras Sherman expresó que "si @Shaquemgriffin no es seleccionado en los primeros dos días del draft el sistema está roto. Fue fructífero y rindió bien en el combine. Jugó bien contra rivales del más alto nivel".
Sherman es compañero del hermano gemelo de Shaquem en Seattle, Shaquill quien fue escogido en la tercera ronda del draft en 2017.
Uno de los periodistas más respetados de la NFL, Mike Mayock, especialista en jóvenes promesas y quien trabaja para el canal de la liga profesional, señaló que Griffin se trata de un jugador completo.
"¡Hola! ¿Esto es una broma? Impresionante, este chico puede correr", dijo impresionado.
Objetivo cumplido para un jugador que no formó parte de la lista inicial de 330 prospectos elaborada por la NFL y que recibió una invitación a última hora después de tener una actuación destaca en el juego de las estrellas del fútbol americano universitario, el Senior Bowl.
Un reflejo de lo que ha sido su vida, como lo contó en un artículo publicado la semana pasada en The Player’s Tribune, el medio estadounidense donde los deportistas escriben en primera persona.
Griffin nació con un condición que le impidió el completo desarrollo de su mano izquierda, que terminó siendo apuntada cuando todavía era un niño.
"No se trata de una historia para decir entre sollozos. Ni siquiera es una historia triste, por lo menos no lo es para mi", escribió Griffin, quien contó como en un partido infantil hubo un entrenador que no lo dejó jugar porque el "fútbol era para jugadores con dos manos".
"Es simplemente… mi historia", resaltó.
Su ensayo está lleno de anécdotas y experiencias, positivas y negativas, repitiendo una y otra vez el lema que su papá le enseñó a él y sus hermanos desde chicos: "nada llega fácil".
De allí que no fuera sorpresa que esas palabras aparecieran en su último párrafo.
"Cuando tenía 8 años, yo jugaba porque amaba el deporte. Todavía lo hago. Pero ahora también juego porque es mi propósito. Sé que no será fácil. Nada llega fácil. Pero voy a cumplir con mi objetivo, no tengo dudas", sentenció.
Ese convencimiento se vio en la NFL Combine y ahora la mayoría de los especialistas que estuvieron presentes en las pruebas en Indianápolis no tienen dudas que Griffin será seleccionado en el draft de abril.
El paso que le falta para convertirse en un jugador profesional de fútbol americano.
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