Son de madera, tienen 3.000 años de antigüedad y fueron devueltas a México.
Se trata de dos estatuas prehispánicas de madera que pertenecieron a la civilización Olmeca que habitó el territorio sur de lo que hoy en día es México entre el 1150 a. C. hasta el 900 a. C.
Las autoridades mexicanas aseguran que los dos bustos de madera olmeca, en los que los rasgos humanos apenas se distinguen, fueron tomados ilegalmente del sitio arqueológico El Mantí, ubicado en la cuenca baja del río Coatzacoalcos, en Veracruz, en el este de México, según publica el diario El Universal.
Las estatuas fueron confiscadas del coleccionista de arte costarricense Leonardo Patterson en el sur de Alemania en 2008.
Los bustos son dos de las piezas precolombinas más antiguas hechas de materia orgánica que existen. Y para México tienen un valor histórico y cultural enorme.
En el mercado internacional costarían cada una 100.000 euros (unos US$ 123.000), señala el diario mexicano La Razón.
En 2015, un tribunal dictaminó que las piezas pertenecían a México y el martes fueron entregadas al embajador mexicano en Alemania, Rogelio Granguillhome.
Las estatuas estuvieron guardadas en la Colección Arqueológica estatal de Baviera después de que fueron confiscadas en Múnich en 2008.
Formaban parte de una colección de más de 1.000 piezas aztecas, mayas y olmecas y que habían sido buscadas por más de una década.
Cuando el coleccionista Patterson exhibió la muestra en el norte de España en 1997, los expertos sugirieron que algunas de las piezas eran falsas y se realizó una investigación.
Patterson guardó la colección en España, donde las estatuas permanecieron hasta 2008.
Mientras tanto, España descubrió que él no era el propietario legítimo y ofreció devolver los artefactos a los países de origen que podían realizar un reclamo legítimo.
En 2008, España confiscó cientos de artículos y los devolvió a Perú.
Pero Patterson trasladó los restos de la colección a Múnich, donde fueron incautados por la policía ese mismo año.
"Importante precedente"
Patterson siempre sostuvo que adquirió su colección legalmente de otros coleccionistas.
"Todo eso lo conseguí en Europa. No trafico piezas", dijo en el momento en que las piezas fueron confiscadas por la policía de Munich.
Pero el tribunal en Múnich tomó en cuenta la declaración de un testigo que dijo que Patterson afirmó que había adquirido las dos piezas de un comerciante de arte, que a su vez las había obtenido de un ladrón de tumbas.
La justicia alemana dictaminó que no podía probar la propiedad legal de las dos piezas, que se conservaron en la Colección Arqueológica estatal de Baviera, mientras que el caso y una apelación de Patterson estaban en curso.
En una ceremonia realizada el martes en el museo, María Villareal, del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), dijo que la restitución de las piezas sentó "un importante precedente a favor de México".
"México argumentó que es el propietario de estas piezas según la legislación mexicana y que puede demostrarlo en el caso civil en Alemania", dijo.
Patterson fue declarado culpable en 2015 de traficar con falsificaciones y poseer artefactos saqueados. Su sentencia fue arresto domiciliario debido a que tenía alrededor de setenta años.
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