Hollywood está bajo un intenso escrutinio.
Y no nos referimos a la conocida oleada de acusaciones de acoso y abuso sexual que en los últimos meses ha revuelto, entre otros, el mundo del cine.
Casi todas las películas favoritas en los Oscar que se entregan el 4 de marzo en Los Ángeles se han visto envueltas en distintas controversias, unas más graves que otras.
BBC Mundo te presenta las más destacadas.
A pocos días de poder obtener el primer Oscar de su carrera como director por “La forma del agua”, el mexicano Guillermo del Toro querrá volcarse en los últimos actos de promoción de su película, que aspira a 13 premios de la Academia de Cine de Hollywood.
Sin embargo, lo más probable es que también esté preocupado por la demanda de plagio que hace unos días presentó en California David Zindel, quien asegura que la cinta de Del Toro copia la obra Let Me Hear You Whisper (“Déjame oírte susurrar”), escrita por su padre, Paul Zindel, en los años 60.
La denuncia de Zindel se dirige contra Del Toro, la empresa Fox Searchlight y el productor Daniel Kraus, y exige reparaciones por daños y perjuicios además de una parte del dinero recaudado en taquilla.
El estudio Fox Searchlight publicó un contundente comunicado:
“Las acusaciones de los herederos del Sr. Zindel son totalmente infundadas y presentaremos una moción para que se desestimen.
“Es más, la denuncia parece calculada para que coincida con el ciclo de votación de los premios de la Academia y así presionar para que el estudio llegue a un acuerdo rápido. En lugar de eso, nos defenderemos con fuerza y, por extensión, defenderemos esta original y revolucionaria película”.
Pero la demanda de Zindel no es la única sospecha de plagio que pesa sobre “La forma del agua”.
También se señalaron las similitudes de la película con el corto The Space Between Us (2015) del director holandés Marc S. Nollkaemper, que cuenta la historia de una mujer de la limpieza que se enamora de una criatura acuática.
La Academia de Cine de Holanda exoneró a Del Toro, pero posteriormente llegó otra denuncia: el director francés Jean-Pierre Jeunet afirmó que una de las escenas de la película de Del Toro está copiada de su filme Delicatessen (1991).
Está por ver hasta qué punto todos estos señalamientos pueden afectar las opciones de “La forma del agua” Quizá la acumulación de denuncias similares termine por jugar a su favor.
Incluso hay quien ya bromea sobre el tema: son varios los que dicen que los creadores de la comedia romántica Splash (1984) protagonizada por Tom Hanks y Daryl Hannah en la que un hombre se enamora de una sirena deberían ir preparando su demanda.
La principal contendiente a arrebatar el Oscar como mejor película a “La forma del agua” también está bajo la lupa de la crítica.
“Tres anuncios por un crimen”, dirigida y escrita por el irlandés Martin McDonagh, tiene siete nominaciones a los Oscar y viene de ganar los galardones principales en los Globos de Oro, los SAG (Sindicato de Actores) y los Bafta británicos.
En septiembre de 2017, cuando se estrenó en el festival de cine de Toronto, Canadá, las reseñas de la prensa fueron generalmente positivas y la audiencia le otorgó el premio del público, un indicador muy confiable para los Oscar.
Sin embargo, la acogida fue más fría cuando se estrenó en las salas generales un par de meses después y comenzaron a surgir voces que protestaron por lo que consideran un tratamiento excesivamente benévolo hacia el personaje del policía racista Dixon interpretado por Sam Rockwell.
El propio McDonagh intervino en el debate.
“Las críticas giran en torno a la idea de que el personaje de Sam Rockwell, el policía Dixon, que es un racista y un idiota intolerante, parece ser redimido al final”, indicó.
“No creo que eso sea así en absoluto. Empieza como un patán racista y se mantiene casi igual pero, al final, se da cuenta de que tiene que cambiar. Hay espacio para ello, pero no es que se convierta en una suerte de héroe”, añadió.
Más allá del policía problemático, algunos sectores critican el tratamiento general que la película hace de la cuestión racial y la poca relevancia que tienen los personajes afroestadounidenses.
El director y guionista reconoció que la obra no le puede gustar a todos. “Se supone que es una película intencionadamente difícil y desordenada. Porque vivimos en un mundo difícil y desordenado“.
Sorprende que una película tan elogiada en las reseñas e imán de grandes premios pueda suscitar tanta indignación.
Algunos críticos de cine opinan que la prensa en Toronto era mayoritariamente blanca y que la exposición posterior de la película a un público más plural reveló matices que se habían pasado por alto.
La romántica historia de amor homosexual que presenta Call Me By Your Name (“Llámame por tu nombre”) no escapa a la polémica.
El filme narra el romance de verano entre Elio (Timothée Chalamet) y Oliver (Armie Hammer), que tienen, respectivamente, 17 y 24 años.
Los sectores más conservadores han dado la voz de alarma por ese detalle de la película dirigida por Luca Guadagnino: la diferencia de edad y que el protagonista sea menor de 18 años.
Desde la cadena de televisión conservadora Fox News, se llegó a decir que la obra promueve la pedofilia, si bien la edad de consentimiento en Italia son los 14 años.
Y el actor James Woods expresó su rechazo a la película en Twitter, asegurando que refleja el clima sexual de Hollywood.
El periodista Jeffrey Bloomer publicó un artículo en la revista Slate sobre esta discusión.
“En mi opinión, es razonable que la relación poco convencional que presenta la película pueda ser perturbadora para algunos, pero no es razonable decir que el filme respalda la pedofilia o cualquier relación de abuso de poder”, escribió.
“Si seguimos un camino de censura y sin reconocer los matices del arte, pocas cosas sobrevivirán a ese viaje”.
Las dudas o recelos no se limitan a las películas ya mencionadas.
El claro favorito a ganar el Oscar a mejor actor, Gary Oldman, quien se convierte en Winston Chuchill en Darkest Hour (“Las horas más oscuras”), tiene un supuesto pasado de abuso en sus relaciones sentimentales.
De la película “Dunkerque” se dijo que el equipo de producción empleó a presos para ayudar en la fabricación de algunos elementos de escenificación, como las grandes cuerdas de los barcos.
Y a “Yo, Tonya” se le reprocha cierta simpleza en su acercamiento al tema del abuso doméstico.
¿Son críticas justificadas, un exceso de celo o ataques intencionados para socavar el prestigio de las películas favoritas? El 4 de marzo veremos cómo responde la Academia.
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