En Estados Unidos, durante el proceso electoral que llevó a Donald Trump a la presidencia, más de 10 millones de electores potenciales tuvieron acceso a noticias falsas difundidas en redes sociales.
Hoy sabemos que sí hubo “intervención rusa” en esa elección, precisamente sembrando noticias falsas. Y que los propios equipos de campaña de los partidos Demócrata y Republicano las usaron como estrategia electoral para quitarle votos a sus adversarios.
No solo eso. También hay falsos periodistas que crean sitios dedicados a propalar noticias falsas básicamente para ganar dinero y que, aun cuando no sea esa su intención central, influyen en electores dispuestos a creer casi cualquier cosa.
A esto se suman las estrategias de bots en Twitter, que impulsan hashtags a favor de uno u otro candidato. O la difusión de memes con imágenes descontextualizadas.
Más de un medio de comunicación ha caído en la difusión de noticias falsas por la premura que imprimen los tiempos digitales o se ha hecho eco de encuestas falsamente firmadas por una empresa conocida.
El propio Donald Trump popularizó el término (aunque lo use solo para referirse a la información que no le gusta): fake news.
En México todavía no es un fenómeno masivo. Y la injerencia rusa es —por el momento— solo una posibilidad, no un hecho.
Pero aun así, la mayoría ya hemos leído que la esposa de Andrés Manuel López Obrador “es venezolana”, lo que es falso. O conocemos una versión editada de algún video de Ricardo Anaya hablando en inglés, en el que supuestamente respalda el muro de Trump.
El propio López Obrador ha criticado a medios de comunicación por no denunciar a su adversario del PRI, pero ha usado como ejemplo un video editado, en el que “se le hace decir” a José Antonio Meade lo contrario de lo que en realidad dijo.
Y las campañas electorales apenas van a empezar. Las noticias falsas, imprecisas o malintencionadas y las campañas de desinformación serán vida cotidiana en esta elección, la más grande en la historia de México, en la que se disputan más de 3,400 cargos de elección popular y podrán votar casi 88 millones de personas. No solo está en juego la Presidencia de la República, sino también todo el Congreso y nueve gobiernos estatales.
Con más de 10,000 candidatos recorriendo el país y buscando nuestro voto, no solo escucharemos noticias falsas. También promesas, denuncias y críticas de todo tipo. Peor: habrá promesas irrealizables, denuncias sin fundamento y críticas basadas en datos equivocados con el objetivo de engañar al elector.
#Verificado2018 busca enfrentar esos dos fenómenos: por un lado, las noticias falsas; por el otro, las promesas irrealizables o las críticas sin fundamento. Y quiere enfrentarlas con periodismo.
Intencionalmente, el proyecto retoma el nombre que un grupo de jóvenes usó en el sismo para informar y servir de puente entre quienes necesitaban ayuda y quienes podían proporcionarla.
Verificado19S fue la respuesta de la gente a la ausencia o a la ineficiencia del gobierno y a la difusión de datos falsos, que solo servían para confundir, generar temor o desviar la ayuda que se necesitaba.
Alberto Serdán, uno de los creadores de Verificado19S, lo contó en unas líneas:
“Luego del sismo, la mañana del 20 de septiembre de 2017 un grupo de ciudadanos se reunió y creó #Verificado19S, una red de personas y organizaciones, así como plataforma electrónica para proveer, en lo que estaba a su alcance, de todo lo necesario para que rescatistas no se preocuparan por la falta de materiales y se enfocaran exclusivamente en salvar vidas”.
“Crearon un mapa y, posteriormente, abrieron una página de internet para recibir reportes en tiempo real de daños y derrumbes, la cual fue vista por millones de personas y fue usada por autoridades nacionales e internacionales para tomar decisiones”.
“Este esfuerzo de articulación ciudadana ha sido inédito e histórico y está a la vista que es realizado con mucho amor y respeto por la vida”.
Gisela Pérez de Acha, también participante de esta iniciativa, escribió que, “en tiempos de catástrofe, demasiada información es tan paralizante como no saber nada”.
Frente a esto, los jóvenes respondieron. “Somos la generación de la información. Nos dicen los «millennials apáticos». Qué equivocados están. No nos interesan las instituciones oxidadas y los partidos políticos enmohecidos. No obstante, nuestras redes de solidaridad —físicas y virtuales— sí existen: y funcionan. El 19 de septiembre es también una metáfora: se movieron nuestras estructuras personales, políticas y sociales”, escribió Gisela.
Verificado19S fue clave en los días posteriores al temblor. “Tuvimos que llenar un vacío dejado por un gobierno cuya respuesta era muy lenta”, según explicó Sandra Patargo, otra de las fundadoras.
Una elección no es tiempo de catástrofe. O no debería serlo.
Pero, sin importar cuál sea su origen, la información falsa tiene un sentido parecido al que se enfrentó en el temblor: confunde, paraliza, asusta. Busca, en ese sentido, socavar la libertad del ciudadano para decidir por quién votar. La información confirmada, precisa, rigurosa es clave para esa decisión en libertad.
Por ello casi 60 medios, organizaciones de la sociedad civil y universidades creamos #Verificado2018.
Esta iniciativa retoma otras que se han echado a andar en diferentes países: Electionland en Estados Unidos o CrossCheck en Francia. Y tiene como objetivo combatir las noticias falsas y denunciar el uso tramposo de información.
La iniciativa nace a propuesta de Animal Político, Newsweek en Español, Pop Up Newsroom y AJ+ Español y cuenta con la alianza de más de 60 medios de comunicación de todo el país. Lo mismo están medios estatales que nativos digitales o lo que se le llama medios “tradicionales”. Nunca se habían sumado tantos y tan diversos a una iniciativa editorial.
Las redacciones de todos estos medios buscarán “cazar” noticias falsas e informarles a sus lectores, radioescuchas y televidentes que tal o cual nota se basa en una mentira. #Verificado2018 tendrá, además, su propia redacción, que revisará permanentemente redes sociales y tendencias en Google para saber qué información se está compartiendo y analizar si es contenido cierto o falso.
Por este trabajo en conjunto, #Verificado2018 es un proyecto colaborativo, que habrá de arrancar este 12 de marzo con su propia página de internet, Verificado.mx, y sus cuentas de Twitter y Facebook. Y terminará hasta que acabe el proceso electoral.
Es decir, cuando una nota sea difundida con el sello “#Verificado2018” es porque fue revisada y analizada y el resultado cuenta con el respaldo de todos los aliados.
El trabajo de verificación se hará todos los días. Pero en los tres debates presidenciales haremos un trabajo en “tiempo real”, es decir, durante el debate se informará a los lectores cuando un candidato use información falsa o manipulada.
La iniciativa también cuenta con el apoyo de Facebook, Google News Lab y Twitter, además de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, y fundaciones como Open Society y Oxfam México.
Son ellos quienes financian al equipo de periodistas que trabajarán en la redacción de #Verificado2018.
Facebook, a través de Luis de Uriarte, gerente de Alianzas Estratégicas de Facebook para México, resume las razones de su respaldo a esta iniciativa:
“Combatir la desinformación requiere de todos nosotros: compañías de tecnología, medios, instituciones educativas y nuestra propia comunidad. Por eso estamos contentos de sumarnos a Verificado, una iniciativa respaldada por medios y organizaciones de prestigio en el país que busca mejorar la calidad de la información”.
Facebook, además, notificará sobre las historias más compartidas entre las cuentas mexicanas para detectar posibles noticias falsas.
Por su parte, Google proveerá apoyo en el uso de trends para comprender qué están buscando los mexicanos vinculado a la elección; además de que los materiales de #Verificado2018 contarán en el buscador con el sello de “Hecho verificado”, lo que permitirá a los lectores tener la certeza de que la información que van a consultar es veraz.
La alianza con Twitter permitirá usar distintas herramientas de la plataforma como listas o “ads for goods”, para que los tuits con la información verificada e incluso los desmentidos de noticias falsas —generados por esta iniciativa— tengan siempre preferencia en el feed.
En resumen, el objetivo de los medios, periodistas, organizaciones y universidades es simple: buscamos servir al lector y darle herramientas para saber qué es cierto y qué es falso, sin importar el origen. Podemos contribuir a que las estrategias de campaña basadas en mentiras o páginas de internet que buscan hacer negocio con noticias falsas tengan menos impacto del que han tenido en otros países.
Esa es la propuesta y queda en los lectores el juicio.