Dos momias de 5.000 años rompieron los esquemas de los científicos.
Tras descubrirlas hace 100 años en el Alto Egipto, pensaron que las manchas que tenían en el brazo carecían de importancia.
Ahora han podido ver que en realidad fueron tatuajes. Pero no de unos cualquiera.
Son dibujos figurativos que solo se creían posibles en momias mucho más recientes.
El equipo investigador ha logrado descubrir los diseños gracias a escáneres infrarrojos y su trabajo se ha publicado en la revista especializada en arqueología Journal of Archaeological Science.
Daniel Antoine, uno de los autores principales del trabajo de investigación y el curador de Antropología Física del Museo Británico, asegura que el descubrimiento ha "transformado" la idea que tenían los científicos sobre cómo vivía la gente de aquella época.
"Estamos aprendiendo aspectos que no conocíamos sobre las vidas de estas personas (cuyas momias) se han conservado bastante bien. Parece increíble pero demuestra que los tatuajes en África aparecieron mil años antes de lo que pensábamos", le dijo a la BBC.
Las imágenes obtenidas por escáner de una de las momias, concretamente de la del varón, revelaron que los tatuajes representan a dos animales superpuestos.
Uno de ellos parece ser un toro salvaje con una rabo largo y astas bastante elaboradas y el otro parece un carnero con los cuernos y espalda arqueada.
Hasta ahora los arqueólogos pensaban que solo las mujeres lucían tatuajes en aquella época, pero este hallazgo demuestra que ambos sexos se decoraban el cuerpo de esta manera.
La momia femenina tiene cuatro pequeños motivos en forma de S en su hombro derecho.
También tiene un dibujo que se cree que representa bastones como los que se utilizarían durante los bailes rituales.
Son diseños subcutáneos hechos probablemente de hollín.
Los arqueólogos creen que los tatuajes indicarían un determinado estatus dentro de la comunidad, valentía y o incluso que estos dos individuos poseían cierto conocimiento mágico cuando estaban vivos.
El hallazgo de estas dos momias tuvo lugar en Gebelein, al sur del Alto Egipto, a unos 40 kilómetros de lo que hoy se conoce como Lúxor, una población situada en la ribera oriental del río Nilo.
Las cuevas en las que estaban no eran muy profundas ni tenían unas condiciones especiales para su conservación, pero gracias al calor, la salinidad y la aridez del desierto han llegado en muy buenas condiciones hasta nuestros días.
Los resultados de radiocarbono indican que vivieron entre 3351 y 3017 a. de C., poco antes de que la región fuera unificada por el primer faraón alrededor del 3100 a. de C.
El ejemplo más antiguo de tatuaje se encuentra en una momia alpina conocida como Ötzi, que se cree que vivió entre 3370 y 3100 antes de Cristo pero sus tatuajes son líneas verticales u horizontales, en lugar de figurativas, que es realmente lo sorprendente de este hallazgo.
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