[contextly_sidebar id=”dmVYia7UczUnMkL2stETNsRLdEeFzuaZ”]Los cuatro candidatos presidenciales registrados por el Instituto Nacional Electoral (INE), han iniciado sus campañas rumbo a la elecciones presidenciales desde los primeros minutos del pasado 30 de marzo. José Antonio Meade, de Todos por México; Ricardo Anaya, de la coalición Por México Al Frente, Margarita Zavala, candidata independiente, y Andrés Manuel López Obrador, de la alianza Juntos Haremos Historia.
Tanto Anaya como Zavala arrancaron sus campañas con ataques y promesas como combatir la corrupción, y reducir la inseguridad en el país. Mientras que Meade planteó siete compromisos relacionados con la seguridad, la educación, las condiciones de vida de las mujeres y la salud. Finalmente, López Obrador prometió que desterrará la corrupción e impunidad del país. ¿Pero qué fue lo que dijeron?
Aquí te presentamos los discursos completos:
Saludo al pueblo de México.
Gracias a todos los que están aquí y a los que nos siguen por redes sociales en todo el país.
Gracias por darme aliento a cada paso de este largo camino, que hemos recorrido juntos y que nos llevará a la Presidencia de la República.
A México lo sacamos adelante los valientes. Los perseverantes. Los que nos abrimos paso todos los días superando obstáculos y adversidades.
Hoy iniciamos el camino hacia la victoria. Y lo empezamos aquí, al pie del Monumento a la Independencia
Este lugar simbólico, me recuerda a Manuel Clouthier, al “Maquío”, a quien acompañé en su huelga de hambre para defender el voto de los ciudadanos.
Aquí celebramos la transición democrática del 2000, la culminación de una larga lucha por las libertades, hasta llegar a la alternancia.
Aquí en “el Ángel” los mexicanos venimos a celebrar triunfos y alegrías. Aquí venimos a levantar nuestra voz en momentos de dificultad. Aquí expresamos nuestra esperanza y nuestro dolor.
Empiezo mi campaña bajo esta Victoria Alada, que por cierto: es mujer, y representa la independencia y la libertad.
Hoy, iniciamos la etapa final de nuestra lucha para demostrar que se puede hacer política con dignidad, con ética y con verdad.
Contra todo pronóstico, hoy estamos aquí. Llegamos a la boleta y llegamos para ganar.
Soy candidata, no por imposición o por dedazo, sino por voluntad directa de ciudadanos como ustedes, que con alegría y amor me han dado su confianza.
Por eso lo digo y lo reitero: yo soy candidata del pueblo. Y no voy a dejar que la demagogia se apropie de la palabra pueblo. Con la fuerza del pueblo, con la dignidad de nuestro pueblo, vamos a ganar. Que se oiga fuerte y claro: vamos a ganar la Presidencia de México.
Tenemos que lograr una vez más lo que parece imposible: derrotar a la maquinaria de los partidos políticos en condiciones de inequidad total.
Pero sé que podemos lograrlo, porque soy una mujer que sabe luchar contra la adversidad.
Desde los 16 años he luchado por la democracia y por la libertad. He protestado en las plazas por el derecho de nuestro pueblo a decidir su destino. He litigado en tribunales, defendiendo la causa de los débiles ante la justicia. He representado al pueblo, para legislar siempre a su favor. He sido muchos años maestra y sé que los jóvenes creen en la justicia y en la honestidad.
Los jóvenes creen en hacer lo correcto, y sé que no están dispuestos a rendirse, porque los he tenido luchando a mi lado, con alegría y esperanza.
Yo, conozco a México como ninguno de mis adversarios lo conoce. México ha estado siempre en el centro de mis decisiones y de mi vida, me enseñaron y aprendí a amarlo y servirlo.
He impulsado a quienes nos llenan de orgullo ante el mundo: artistas, científicos, deportistas, migrantes, estudiantes, mujeres y hombres de excelencia.
Confío en los voluntarios, confío en las organizaciones sociales que con sus manos solidarias han levantado a México una y otra vez.
Confío en las mujeres que dan esperanza al país con su dignidad y con su esfuerzo y por eso siempre tendrán en mi a su principal aliada y defensora.
Confío en la capacidad y la grandeza del pueblo de México: en su honestidad, en su dignidad.
Y por eso sé muy bien que México no necesita a ningún iluminado que crea que lo sabe todo o que lo puede todo. México necesita una presidencia con rumbo, con valores, con liderazgo ético. Una presidencia digna que refleje en su conducta los verdaderos valores de nuestra gente. Una presidencia que comprenda al pueblo de México, que lo entienda, que lo escuche y que esté a su servicio.
Los valores son lo más importante en un líder que aspira a dirigir este gran país.
Y yo quiero construir un México con valores: La libertad. La solidaridad. El respeto. El servicio. El trabajo. La honestidad.
Frente a nosotros tenemos a tres candidatos que representan la política de las trampas y el dinero.
La política de la corrupción que navega con bandera de honestidad. La política de la demagogia que polariza, que divide, que genera agresiones pero no soluciones. Si esa política gana, nuestro país pierde, y yo quiero que México gane. Si la demagogia gana, nuestro país pierde, y yo quiero que México gane. Si el miedo se impone, nuestro país pierde y yo quiero que México gane.
Por eso hoy quiero hacer un llamado a todos los mexicanos:
No nos conformemos con campañas que son “un carnaval de banalidades vacías de contenido”. No nos conformemos con el mal menor, habiendo un bien posible. No nos conformemos con el candidato menos malo o con el menos corrupto, o con el menos autoritario. No nos conformemos con votar por miedo, por coraje o por desilusión. Decidamos lo que sí queremos para México desde nuestros sueños, nuestros anhelos y nuestro futuro.
Imaginemos lo que podemos lograr juntos si tomamos nuestro destino en nuestras propias manos. Podemos tener seguridad ciudadana para vivir en paz, en un país donde se aplique y se respete la ley. Podemos acercar la justicia a la gente y ponerle punto final a la impunidad. Podemos derribar el muro de la corrupción para desplegar nuestro potencial como país. Podemos construir juntos una economía humanista basada en el esfuerzo, la innovación, el talento y el mérito, que crezca en beneficio de todos y nos de tranquilidad. Podemos abatir la pobreza, evitar el dolor evitable, cerrar las brechas de desigualdad, ser una sociedad más incluyente, más solidaria, más justa y más humana. Podemos recuperar el prestigio y el liderazgo de México en el mundo.
Desde aquí los convoco a que trabajemos para devolverle la esperanza y el orgullo a México.
Hagamos juntos una campaña limpia, llena de ideas, de propuestas, de fe y esperanza. Hagamos una campaña que no utilice un solo peso de dinero público y que tenga su fuerza en los ciudadanos. Miren todo lo que hemos logrado juntos. Miren lo lejos que hemos llegado. Siéntanse orgullosos de estar aquí, escribiendo una nueva página en la historia.
Demostremos que podemos superar los problemas de nuestro país escuchando, dialogando, sirviendo sumando con respeto. Recuperemos y defendamos los valores del pueblo de México. Uno puede dar la vida sólo por aquello que ama y yo, como ustedes, amo profundamente a México.
Soy su candidata. Y con su apoyo y el voto de los mexicanos libres, seré Presidenta de México. Con valor y valores: vamos a ganar.
Me da muchísimo gusto saludarlos a todas ustedes y a todos ustedes, queridas amigas y amigos, hoy inicia el camino a la victoria.
Muchas gracias, muchas gracias, si gustan tomar sus asiento quienes tengan oportunidad, para que los de atrás también alcancen a ver.
Quiero saludar de manera muy especial a los dirigentes de los partidos que han formado nuestra coalición.
Saludo con muchísimo gusto a mi amigo Damián Zepeda, presidente nacional del Partido Acción Nacional, muchas gracias estimado Damián.
Quiero también saludar con mucho afecto al presidente nacional del PRD, a mi amigo Manuel Granados, muchas gracias Manuel.
Y quiero también saludar a un hombre joven de corazón, dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado.
Quiero saludar también de manera muy especial a quien hoy también inicia su campaña y a quien no tengo duda va a ser la próxima jefa de Gobierno, Alejandra Barrales.
Quiero saludar también de manera muy afectuosa a todas las candidatas y candidato que nos acompañan en esta noche, pero sobre todo quiero saludar, de manera muy especial a todas las jóvenes, a todos los jóvenes quienes se encuentran en este arranque de campaña, en este inicio hasta la victoria.
Con esa energía vamos a triunfar el 1 de julio y quiero empezar con compartir algo que todas y todos los jóvenes presentes ya saben, pero lo quiero compartir con nuestros invitados especiales y lo quiero compartir también con los representantes de los medios de comunicación.
Quiero compartir qué es este evento y al mismo tiempo qué no es este evento.
Este evento no es un mitin político tradicional, este evento no es una tradicional concentración partidista.
Este evento es un Hackaton, este evento es un Hackaton que viene de maratón, un maratón de 12 horas, 12 horas ininterrumpidas, 12 horas sin descanso, 12 horas de trabajo en equipo para encontrar soluciones creativas, soluciones innovadoras a los problemas de México utilizando la tecnología.
Doce horas en las que habrá talleres, habrá debates, habrá conferencias, pero habrá, sobre todo, mucho trabajo en equipo, trabajo en equipo para construir juntos propuestas específicas para resolver los grandes problemas que tiene nuestro país.
Aquí están reunidos más de mil 200 jóvenes, estudiantes, aquí están reunidos más de mil 200 jóvenes estudiantes, ingenieros, abogados, contadores, expertos en tecnología y están aquí reunidos para trabajar toda la noche y proponer soluciones creativas en los tres ejes fundamentales que hemos planteado en nuestra propuesta.
Primero, cómo combatir la corrupción para tener un gobierno honesto.
Segundo, cómo acabar con la enorme desigualdad para que haya igualdad de oportunidades.
Y, tercero, cómo acabar con violencia, cómo acabar con la inseguridad para que las familias mexicanas puedan vivir seguras y en paz.
Decidimos iniciar así, con un hackaton, con un maratón de 12 horas de trabajo, de propuestas y de soluciones, porque nosotros, nosotros sí creemos en el poder creativo de los jóvenes de México.
Decidimos también iniciar esta campaña de esta manera, para que quede claro que nuestra campaña no será la campaña de los discursos huecos, esta será una campaña de propuestas donde vamos a plantear las soluciones a los problemas que hoy aquejan a nuestro país.
Decía don Gabriel Jiménez Remus, un hombre que en muchos sentidos fue un maestro de mi generación, contaban que en alguna ocasión, hace ya muchos años, don Gabriel murió ya hace poco.
Cuando él era muy joven hizo un viaje en tren con su mejor amigo, subieron al tren y cuando vieron venir al policía que venía revisando que todo mundo tuviera su boleto, el amigo de don Gabriel se dio cuenta que había perdido su boleto.
Se puso muy nervioso, era la primera vez que viajaban solos, y su amigo decidió meterse en el baño, encerrarse y ahí esperar a que se fuera el policía.
Pero era tal el pánico de este cuate que se quedó las dos horas que duró el viaje el tren ahí encerrado en el baño.
Dice don Gabriel que en los trenes de aquella época adentro del baño apestaba a rayos, porque no había manera de jalarle, era un depósito que solamente iba acumulando lo que se va acumulando en los baños.
Y que cuando llegaron a su destino finalmente salió su amigo del baño, sudado por el calor, y que Don Gabriel le pregunta: ¿Oye, cómo aguantaste ahí encerrado?
Dice Don Gabriel que le dijo, ¿qué no olía muy mal?, ¿qué no apestaba dentro el baño?
Dice que su amigo le contestó algo que a él nunca se le olvidó. Le dijo: “Mira, la verdad sí olía muy mal, pero nada más al principio”.
Y es que es cierto, a todo nos podemos acostumbrar, pero los que estamos aquí reunidos, nuestra generación, no nos vamos acostumbrar. Nosotros no nos vamos a resignar a tener un gobierno corrupto.
Nosotros no nos vamos a resignar a que haya 11 millones de personas viviendo en pobreza extrema y sufriendo para darle de comer a sus hijos.
Nosotros, nosotros no nos vamos a resignar a la impunidad. Nosotros no nos vamos a resignar al crecimiento mediocre y a la falta de oportunidades. Nosotros no nos vamos a resignar a la violencia y a la inseguridad.
De esta generación depende el cambio que necesita México. México va a cambiar. El 1 de julio vamos a triunfar.
Nuestra propuesta, la plataforma de nuestra coalición, nuestro programa de gobierno se ha venido construyendo de la mano de las mexicanas y de los mexicanos más brillantes de nuestro país.
Hemos construido nuestra propuesta con intelectuales, con académicos, con organizaciones de la sociedad civil, lo hemos hecho con la gente más talentosa y más brillante de nuestro país.
Y este encuentro, este Hackaton, como otros que habremos de realizar durante la campaña, son fundamentales; porque en este encuentro, de manera interdisciplinaria, sumando talentos, vamos a agregar a nuestra propuesta, la visión de los jóvenes y vamos a lograr soluciones creativas con el dominio tecnológico que caracteriza a esta generación.
Los jóvenes serán fundamentales en el cambio que inicia el primero de julio.
Ahora se puso de moda en los últimos días discutir sobre un aeropuerto, ya ven que hay un candidato que plantea todo tipo de disparates; entonces llevamos una semana discutiendo de un aeropuerto.
Seguramente muchos de ustedes que las pistas de los aeropuertos se construyen siempre, de tal manera que los aviones, en el despegue reciban el viento en contra.
Un avión no puede despegar con el viento a favor, un avión necesita el viento en contra; porque ese viento en contra que resiste, a la vez apoya para que el avión se pueda levantar.
En las últimas semanas ha habido viento en contra, ha habido todo tipo de mentiras, de calumnias, de inventos, de difamación y de infamias; pues desde aquí le decimos al gobierno y a los autores de esta guerra sucia, que nosotros, entre más viento en contra recibamos, con más fuerza vamos a despegar.
Este gobierno, este gobierno corrupto, que tiene sus días contados, no entiende que al final siempre triunfa la verdad. Como dice el poeta, Díaz Mirón: esa verdad austera y sola, que brilla como el silencio de una estrella, por encima de del ruido de una ola.
Amigas y amigos, en esta campaña vamos a luchar todos los días, con todas nuestras fuerzas. En esta campaña, con esta generación, vamos a soñar con el México que merecemos.
El México que soñamos es aquel en el que tenemos un gobierno honesto, vertical, transparente, que le rinde cuentas a los ciudadanos.
El México que soñamos es el México en el que hay igualdad de oportunidad, en el que cada joven sabe que con sus propias manos, con su propio esfuerzo puede salir adelante.
El México que soñamos es el México en el que reina la ley, el México que soñamos es un México en el que hay prosperidad, oportunidades para crecer, para realizarnos.
El México que soñamos es aquel en el que todas las familias en México viven seguras y viven en paz.
El México que soñamos es aquel en el que todas las personas pueden conquistar su propia felicidad y amigas y amigos vamos juntos, vamos con fuerza, vamos con determinación, no tengan ninguna duda, el 1 de julio de este año vamos a ganar la Presidencia de la República.
Vivan los jóvenes. Viva México. Viva México.
Hasta la victoria.
¡Buenos días y felices pascuas!
Muchas gracias a todas y a todos por acompañarnos. Allá atrás, felices pascuas.
Muchas gracias a todas y a todos por su confianza.
Gracias por su dedicación y su entusiasmo. Ustedes son el corazón, la voz y la visión de millones de mexicanas y mexicanos que quieren vivir en un México más justo, más seguro y más próspero.
Todo es posible para quien sabe por qué lucha. México nos necesita a todos, no dejemos que nos arrebaten el futuro de nuestros hijos con falsas promesas.
Aquí estamos los mejores, los más convencidos, los más decididos, los que seremos compañeros en este proyecto triunfador.
¡Aquí estamos con Mauricio Sahuí y su esposa Yamile! El próximo gobernador de Yucatán.
¡Sahuí!
¡Sahuí!
¡Aquí estamos los meros meros!
Aquí arranca la carrera que nos llevará a la Presidencia de México. ¡Vamos juntos por el triunfo! ¡Todos por México!
Tengan la certeza, ¡yo mero seré el próximo presidente de México!
Hay momentos en los que las naciones se juegan su futuro, hoy llegó ese tiempo para nosotros.
Inicio mi campaña desde la tierra de la gran cultura maya. Yucatán es sinónimo de orgullo mexicano. Quien ha nacido en Yucatán, lo ama con todo su corazón y, quien no, también.
Empiezo en Yucatán porque aquí hay ejemplos de todo lo que el país puede ser: una sociedad que avanza, próspera, segura, creativa, en la que cada persona puede desarrollar su talento y construir su propio destino.
En mi campaña que inicia, buenas propuestas escucharán, la arranco con ustedes porque amo Yucatán.
Comenzamos en Yucatán pero estamos conectados con todo México. A través de la tecnología hacemos el primer arranque genuinamente nacional de la historia del país.
Saludo a los más de 60 mil mexicanos que se han congregado en todos y cada uno de los estados para, desde este minuto, unir a cada ciudadano, a cada familia, a cada comunidad, en un proyecto compartido: el México que queremos, el México que merecemos.
La transformación del país comienza aquí y ahora. No nos vamos a detener. ¿Vamos adelante, sí o no?
¿Vamos adelante, sí o no?
Esta elección se reduce a sólo dos opciones: avanzar unidos o retroceder.
Mi propuesta es ir hacia adelante, mi propuesta es sumar, mi propuesta es construir ese México que merecemos.
Por eso pido el voto de quienes quieren construir y no destruir; unir y no dividir; avanzar y no retroceder.
Voy a proteger lo que valoramos y a resolver los grandes pendientes que tenemos como país.
Escribamos juntos, unidos y convencidos, el mejor capítulo de la historia de México. Podemos hacerlo, sabemos hacerlo.
¿Cuento con ustedes para trabajar cada momento de los próximos 90 días para ganar?
¿Cuento con ustedes?
¡Claro que vamos a ganar! ¡Vamos a ganar!
Vamos a ganar con la fuerza de nuestras ideas, la viabilidad de nuestras propuestas y la integridad de nuestra conducta.
Lo haremos unidos como el gran equipo que somos, con la fuerza de los ciudadanos. Lo haremos con sus votos, tomando partido todos por México.
Voy a ser el presidente de esta gran nación porque, con su apoyo, ¡vamos a ganar!
Soy un hombre que ama profundamente a México. Me he preparado y tengo la experiencia de servir y dar resultados por más de 20 años, sin escándalos, vivo de mi salario, soy un hombre de familia.
Mi mayor fortuna, mi mayor fortuna es haberme casado con Juana.
Voy a poner en mi voz y en mi gobierno, las prioridades de nuestra sociedad, plural y diversa, pero unida en el rumbo de seguridad, certidumbre y prosperidad que queremos para México.
Conozco a México y conozco al mundo, y sé cómo conectarlos para que a tu familia le vaya mejor. Defenderé con mi vida los intereses de la nación.
Amigas y amigos, mi convicción es hacer de México una potencia en donde cada familia pueda prosperar, vivir bien y tener seguridad.
Para cumplirlo, hoy asumo siete compromisos con la nación:
Primero: en mi gobierno la prioridad serán las mujeres. Es la hora de la mujer mexicana. Esto significa, antes que nada, seguridad. Vivir sin miedo, sin acoso y sin feminicidios.
Le haremos justicia a las trabajadoras del hogar: en mi gobierno tendrán seguridad social. Haremos deducibles las cuotas y facilitaremos los pagos de forma electrónica. Este es un pendiente histórico con cerca de 3 millones de mujeres.
Las mujeres tendrán créditos a la palabra. Haremos compatible la vida familiar y laboral con guarderías de tiempo completo con educación preescolar para sus hijos, incluyendo horarios nocturnos.
Para trabajo igual, las mujeres tendrán el mismo salario que los hombres, sin regateos ni excepciones.
Hoy en México hay más mujeres se dedican al cuidado de los adultos mayores que de menores de edad, por ello crearemos las casas de día para el adulto mayor, haciendo justicia a nuestros mayores, pero también reconociendo el esfuerzo de las mujeres.
Voy a ser el presidente de las mujeres, y sé que cuento con ustedes.
Segundo: educación de excelencia para tus hijos. Habrá cuatro veces más escuelas de tiempo completo, con comedor y en donde nuestros hijos además hagan deporte y se desarrollen. Nuestro legado será pasar de 25 mil a 100 mil escuelas de tiempo completo.
A las y los maestros que han hecho de la buena enseñanza, su vocación, reconoceré su esfuerzo con un aumento real y significativo en su salario base.
Yo les pregunto, ¿estamos listos para hacer de la educación de excelencia, la gran fuerza de México?
¿Estamos listos?
¿Estamos listos?
Le daré un impulso sin precedente al arte y a la cultura, hoy son nuestra mejor carta de presentación. Serán parte de nuestra vida cotidiana y social.
Tercero: educación, trabajo o negocio propio para todos los jóvenes. Habrá cobertura universal de preparatoria, garantizaremos un lugar a todo el que quiera acceder a la educación superior, daré el mayor número de becas para estudiar en el extranjero, todos los jóvenes emprendedores contarán con créditos accesibles.
A los estudiantes les digo: les voy a dar todo el apoyo para que puedan estudiar y trabajar con el modelo dual, así podrán desarrollar su talento y construir la vida que quieren.
Cuarto: hospitales públicos al cien para tu familia. Eso significa que vamos a equipar el 100 por ciento de los casi 3 mil hospitales y clínicas del país. Le vamos a meter 30 mil millones de pesos para ese esfuerzo.
Vamos a asegurar el 100 por ciento de abasto de medicinas, tendremos un sistema de salud que ponga énfasis en la prevención y vamos a asegurar que todos puedan elegir el hospital de su conveniencia.
Quinto: ningún bebé nacerá en pobreza extrema. Piso parejo para todos desde su nacimiento. Vamos a alinear la política social federal y local para priorizar la atención de la primera infancia, garantizaremos que al nacer se hagan realidad sus derechos a la salud, a una buena nutrición, a la educación y a una casa digna.
La limitación no está en la persona, está en el entorno. Por eso fortaleceremos el programa Prospera para que en donde haya una persona con discapacidad, reciba un mayor apoyo para que esa familia se sienta acompañada, protegida y arropada.
Sexto: el combate a la inseguridad tendrá un enfoque integral. Habrá alumbrado, servicios de calidad y al menos un parque o espacio recreativo para tu colonia. Combatiré tanto al crimen, como a sus causas, que comienzan con la desigualdad, pero se profundizan con la impunidad.
Vamos a evitar que las armas y el dinero lleguen a los delincuentes. Acabaremos con la violencia aplicando la ley, no negociándola. Tenemos que anteponer la paz al conflicto y consolidar una cultura de respeto a la ley.
Estamos del lado de las víctimas, no de los criminales. No habrá perdón para quienes le han hecho daño a la sociedad, seguirán en la cárcel.
Como presidente, me comprometo a que las familias de quienes salvaguardan al país, nos protegen y nos rescatan en desastres naturales, sientan la admiración, la gratitud y la lealtad que les tenemos. Incrementaré el sueldo y las prestaciones de nuestras Fuerzas Armadas.
Soldados, pilotos, y marinos: será un honor y un orgullo ser su Comandante Supremo.
A las familias de México les digo: mi responsabilidad es darles seguridad, justicia y respaldo; de eso, yo me encargo.
Séptimo: cada mexicano en lo individual tendrá un apoyo que le permita alcanzar sus metas. Así, México avanzará contigo.
Para que cada mexicano ejerza plenamente sus derechos, diseñamos un nuevo Programa: Avanzar Contigo.
Nadie mejor que tú conoce lo que necesitas. En mi gobierno te daré ese apoyo.
Desde esta campaña iniciaremos una encuesta con la que pondremos en marcha el programa Avanzar Contigo, en el que cada mexicano elija el apoyo que mejor le sirva: avanzar con una beca, avanzar con un crédito, avanzar con un apoyo para transporte. Tú pones las ganas y nosotros el apoyo.
Avanzar Contigo será un programa que garantice la inclusión. Todos los derechos para todas y todos. Inclusión sin excepción para la población más vulnerable, para los trabajadores del campo y para nuestras comunidades indígenas. No dejaremos a nadie atrás.
Para que todo eso funcione, me comprometo a sacar a la corrupción de la política, a sacar a la corrupción y a los corruptos de nuestras vidas.
Los mexicanos estamos hartos de la corrupción. Seré implacable para combatirla, lo haré con leyes e instituciones que permitan recuperar inmediatamente lo robado y regresarlo a la sociedad.
Ser honesto, a prueba de todo, es el primer paso para lograrlo. Yo lo soy. Nunca he vivido por arriba de mis ingresos, nunca.
Pero el ejemplo no basta, hay que agregarle leyes e instituciones. Quien no crea en las leyes ni en las instituciones no podrá acabar nunca con la corrupción.
Frente a la nación me comprometo: encabezaré un gobierno de gente decente, como lo somos la enorme mayoría de los mexicanos, un gobierno en el que el único privilegio sea ser mexicano. No habrá fuero para nadie, seré el primer presidente sin fuero.
Amigas y amigos, creo en México, creo en nuestra capacidad de ser una potencia.
¿Cómo queremos a México?
¿Cómo queremos a México?
No se oye, ¿cómo lo queremos?
Creo en un país que cuide su ambiente entero, creo en la diversidad, en la pluralidad, en escuchar, creo que somos capaces de trabajar juntos, creo en las familias, creo en los sueños, creo en ir hacia adelante, hacia un futuro en paz, en prosperidad y en unión.
Creo en que cada mexicano es capaz de alcanzar sus sueños con un gobierno responsable, que lo proteja, lo acompañe y lo apoye.
Les pido que voten por mí, no por lo que pueden perder con otras opciones: su empleo, sus ahorros, sus propiedades, su tranquilidad, y un mejor porvenir para sus hijos. Les pido que voten por mí para que juntos renovemos al país, con capacidad y con certidumbre, dándole apoyo, protección y fortaleza a nuestras familias.
No perdamos el tiempo en descalificar ni en agredir. México, nuestra casa, no debe estar dividida.
Hoy convoco a la unidad de los mexicanos para que juntos hagamos realidad nuestras aspiraciones. Nadie puede quedarse fuera. Lo que logremos, lo haremos juntos.
México empieza en nuestro hogar: en el ejemplo de nuestros padres, de nuestro esfuerzo y en la esperanza de nuestros hijos.
México es nuestro hogar, un hogar por el que vale la pena luchar, creer y trabajar. Un hogar que debemos unir, fortalecer y cuidar.
Nuestro futuro nos pertenece. Vamos por él.
¿Están listos?
¿Están listos?
¡Vamos con todo, unidos, todos por México!
¡Vamos a ganar!
¡Que viva México!
¡Que viva México!
¡Que viva México!
Muchas gracias.
Amigas y amigos:
Iniciamos la campaña, aquí donde comienza nuestra patria, en Ciudad Juárez, iniciamos aquí la campaña como homenaje a este legendario Paso del Norte, donde se refugió y resistió Juárez y su gabinete, en los tiempos de la lucha contra los conservadores y la Invasión Francesa.
Medio siglo después, en mayo de 1911, aquí también tuvo lugar la batalla decisiva en la cual los revolucionarios, encabezados por Francisco I. Madero, con el apoyo militar de Pascual Orozco y Francisco Villa, derrotaron al ejército federal para propiciar la caída del régimen dictatorial porfirista.
De modo que Ciudad Juárez, antes Paso del Norte, ha sido testigo de hechos históricos trascendentes y punto de partida de importantes transformaciones. Por eso decidimos iniciar nuestra campaña en este sitio por demás emblemático: Ciudad Juárez representa el pasado glorioso, el presente de los grandes y graves problemas nacionales y la posibilidad de lograr juntos, aquí y en todo México, un mejor porvenir para nuestro pueblo y nuestra nación.
La situación actual en Ciudad Juárez es muy parecida a lo que sucede en el resto del país. Antes había más diferencias entre el norte y el sur de nuestra patria. Hasta hace poco, el crecimiento económico en la frontera era superior a la media nacional y por lo mismo había mayores oportunidades de empleo. A partir de la recesión económica producida en 2008 en los Estados Unidos, Ciudad Juárez pasó a ser uno de los centros urbanos con mayor desocupación en el país.
Aparejada con la crisis económica, ha venido como rémora la crisis de bienestar social, que se sumó a la inseguridad y la violencia que ya venían de tiempo atrás.
Aquí empezó el horror de los feminicidios que, desgraciadamente, siguen ocurriendo en todo el país y con mayor incidencia en las colonias populares de las grandes ciudades de la república. Hoy, las multiplicadas amenazas a la integridad y a la vida acechan en forma particularmente devastadora a las mujeres y a los jóvenes.
No fue casual que el papa Francisco decidiera venir a Ciudad Juárez hace más de dos años para alzar la voz y sostener que uno de los principales flagelos a los que se ven expuestos los jóvenes es la negación de su derecho al estudio y al trabajo sostenible y redituable, y la imposibilidad de realizarse y proyectarse. Esto genera condiciones de pobreza y marginación, y esta pobreza y esta marginación son el mejor caldo de cultivo para que caigan en el círculo del narcotráfico y la violencia.
Ha sido tan pronunciada la decadencia del país en los últimos tiempos que sólo la fortaleza cultural de nuestro pueblo permite explicar por qué tanto aguante y resistencia. Hemos padecido no sólo crisis económica y colapso del bienestar social sino de corrupción política, inseguridad y violencia.
Según nuestro diagnóstico, el problema se originó a partir de la aplicación del llamado modelo neoliberal que no ha dado resultados ni siquiera en términos cuantitativos. Baste señalar que en treinta años, descontando el aumento de la población, el crecimiento real de la economía ha sido de cero. Pero quizá lo más perjudicial es que dicha política económica ha desatado la corrupción más colosal y dañina que se haya registrado en la historia de nuestro país.
Desde el gobierno de Carlos Salinas se optó, de manera absurda, por abandonar el campo y acabar con la industria nacional, y el Estado dejó de promover el desarrollo. Los defensores del actual modelo económico hablan de modernidad, pero no dicen que esa modernidad es sinónimo de economía de élites, y que es excluyente para las mayorías y provechosa sólo para una minoría. Suelen poner como ejemplo de sus supuestos logros los beneficios del Tratado de Libre Comercio que, sin ser del todo inexistentes, han tenido un costo altísimo y limitados resultados.
Pueden argumentar lo que quieran, pero no se puede hablar del éxito del modelo exportador cuando la economía ha permanecido estancada durante tres décadas. El fomento de una economía para las élites no significa ni desarrollo ni creación de empleos.
En otras palabras, si fuera cierto que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sólo beneficia a México, nuestra economía no permanecería estancada ni habría migración. Un dato importante: En 1970, cuando las exportaciones de México sólo representaban 8 por ciento del PIB, el crecimiento de la economía era del 6.5 por ciento, mientras que ahora, cuando las exportaciones significan 36 por ciento del PIB, la economía sólo crece en 2.3 por ciento.
No somos, por tanto, un país que esté progresando gracias a la apertura externa, pues, aunque exportamos mucho en valor, también importamos la mayor parte de lo que consumimos; nuestras exportaciones no generan desarrollo tecnológico propio y en estas décadas hemos experimentado un severo retroceso en materia de soberanía nacional.
Hacemos referencia a lo que supuestamente ha funcionado mejor, pero a pesar de ello la situación económica de la gente en Ciudad Juárez y en todo México es peor que la existente hace treinta años. Por ejemplo, un trabajador de la industria automotriz en Ciudad Juárez gana 2.47 dólares por hora, mientras que en Estados Unidos un obrero con la misma especialidad recibe 29 dólares por hora; es decir, diez veces más.
Pero lo más injusto e indignante ha sido la pérdida del poder adquisitivo del salario mínimo. El más reciente reporte del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM afirma que hace 30 años un salario mínimo alcanzaba para comprar cincuenta y un kilos de tortilla, y que ahora sólo alcanza para adquirir seis kilos de tortilla; de acuerdo con los estudios de este centro académico, la pérdida de poder adquisitivo del salario en éste periodo llega a 80 por ciento (a octubre de 2017). De ese tamaño ha sido el empobrecimiento del pueblo durante el periodo neoliberal.
Y en forma paralela a este infame manejo económico, la corrupción campea con toda impunidad en la administración pública. Nunca antes había padecido el país tanta corrupción como ahora.
Podrán acusarme de exagerado o extremista e incluso podrán argumentar que siempre ha sucedido lo mismo, pero la descomunal deshonestidad del periodo neoliberal (de 1983 a la fecha) supera por mucho lo antes visto y no tiene precedente.
En la época postrevolucionaria, de los años 30 a los 80 del siglo pasado, los gobernantes no se atrevían a privatizar las tierras ejidales, los bosques, las playas, los ferrocarriles, las minas, la industria eléctrica, ni mucho menos a enajenar el petróleo; sin embargo, en estos aciagos tiempos del neoliberalismo, los gobernantes se han dedicado, como en el Porfiriato, a concesionar el territorio y a transferir empresas y bienes públicos, e incluso funciones del Estado, a particulares nacionales y extranjeros.
En estos tiempos, el sistema en su conjunto, ha operado para la corrupción. No se trata, como antes, de actos delictivos individuales o de una red de complicidades para hacer negocios al amparo de los cargos públicos; ahora, la corrupción se ha convertido en la principal función del poder político y el encubrimiento, la impunidad y la complicidad son el principal aglutinante de los grupos que se han sucedido en el ejercicio del gobierno, sean del PRI o del PAN.
Por eso, nuestra propuesta tiene como principal propósito desterrar la corrupción y la impunidad. Así como Júarez separó al Estado de la iglesia, ahora vamos a separar al poder económico del poder político. El gobierno va a representar a pobres y a ricos, a mayorías y minorías, a creyentes o no creyentes, a pobladores del campo y de la ciudad, a mexicanos de todas las clases sociales, preferencias sexuales y culturas.
El nuevo gobierno democrático dará el ejemplo en el combate a la corrupción; los servidores públicos serán mujeres y hombre de inobjetable honestidad. Ninguna persona con antecedentes de enriquecimiento ilícito será invitada a participar en la función pública. Llegar al gobierno no significará la obtención de un privilegio o la oportunidad de hacer negocios al amparo del poder.
El gobierno dejará de ser una fábrica de nuevos ricos y cambiará por completo la imagen que el mundo tiene de nuestro país. Además, hay suficientes razones y datos contundentes para sostener que erradicar la corrupción en el gobierno nos permitirá ahorrar cuando menos el 10 por ciento del presupuesto público, es decir, más de quinientos mil millones de pesos al año.
La fórmula que proponemos consiste en acabar con la corrupción, con la impunidad y con los privilegios y, sin aumentar impuestos ni endeudar al país, financiar el desarrollo de México con los vastos recursos económicos que actualmente desaparecen en el hoyo negro de los desfalcos, los desvíos, las malversaciones, los sobornos y los “moches”.
Desde el primero de diciembre de este año dispondremos de mayor inversión pública, la cual será utilizada como capital semilla para fomentar la inversión privada y para destinar presupuestos significativos a la educación, la cultura, la producción, la creación de empleos, la dignificación y reactivación del agro, el financiamiento de programas de desarrollo regional de largo alcance, la cobertura de necesidades básicas de la población, incluyendo la recreación y el deporte, y las tareas de reconstrucción en las poblaciones afectadas por los sismos del año pasado.
Vamos a impulsar ese desarrollo regional de sur a norte, con la puesta en práctica de proyectos para retener a la población en sus pueblos, ampliando oportunidades de trabajo y bienestar.
Así, por ejemplo, vamos a sembrar un millón de árboles frutales y maderables en el sureste, en donde se crearán cuatrocientos mil empleos; se fomentará el turismo en el Caribe y en las zonas arqueológicas de las culturas olmeca y maya, porque vamos a construir un tren de alta velocidad de Cancún-Tulum-Calakmul-Palenque; se construirán dos grandes refinerías en la costa del Golfo de México para dejar de importar gasolina y bajar los precios de los combustibles. Se crearán un corredor económico y comercial en el Istmo de Tehuantepec y se ampliarán los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos.
En esa franja, que es la más angosta del país, se construirá una línea férrea para trenes de carga y contenedores para comunicar a los países del Pacífico con la costa Este de Estados Unidos.
Vamos a construir dos pistas en la base aérea militar de Santa Lucía para resolver el problema de la saturación del actual aeropuerto de la Ciudad de México. Dicho de otra forma, se suspenderá la construcción del nuevo aeropuerto en el Lago de Texcoco y, con ello, ahorraremos más de 200 mil millones de pesos.
Este proceso se llevará a cabo con estricto apego a la ley, buscando siempre el acuerdo con las compañías a las cuales se les han adjudicado contratos; garantizando el pago de bonos y protegiendo las inversiones de las Afores; es decir, se actuará con legalidad, y se dará certidumbre, sin corrupción.
Asimismo, nos estamos comprometiendo a que habrá cobertura de internet en todo el país y será gratuito en caminos, espacios públicos, escuelas y hospitales. Hoy solo el 25 por ciento del territorio nacional está comunicado con telefonía móvil.
En todo el país se fijarán precios de garantía para los productos del campo, a fin de detener la migración y lograr la autosuficiencia alimentaria; la tendencia será fortalecer el mercado interno y producir en México lo que consumimos; también se impulsará la industria de la construcción para que haya empleos, se ejecutarán las obras públicas necesarias como caminos, hospitales, escuelas, vivienda, la introducción de servicios, el programa de transición a energías limpias y el cuidado de los recursos naturales y el medio ambiente.
El nuevo gobierno buscará la modernidad desde abajo y para todos. Habrá un crecimiento económico horizontal, es decir, en todo el país, no sólo en pequeños islotes, como ha venido sucediendo en los últimos treinta años.
Fomentaremos el desarrollo a lo largo de los tres mil ciento ochenta y cinco kilómetros de frontera con Estados Unidos y allí se creará una zona libre o franca para promover la inversión, el desarrollo productivo y tecnológico, así como la creación de empleos. Esta será la última cortina para retener trabajadores en nuestro territorio.
De manera puntual señalo lo siguiente:
No vamos a descartar la posibilidad de convencer a Donald Trump de su equivocada política exterior y, en particular, de su despectiva actitud contra los mexicanos. Estamos dispuestos a poner sobre la mesa, en su momento, nuestro programa de desarrollo para impulsar el crecimiento, generar empleos y garantizar el bienestar y, así, enfrentar de manera conjunta las causas que originan la migración, la inseguridad y la violencia. Reiteramos: no es con muros ni con el uso de la fuerza como se resuelven los problemas sociales y los asuntos de seguridad, sino con desarrollo y bienestar.
También expreso, con toda claridad, que no estamos en contra del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, sería conveniente que la firma de los nuevos acuerdos se realizara luego de las elecciones presidenciales del primero de julio, para buscar equidad y consensos, no afectar sectores productivos de México e incluir asuntos importantes como la definición de salarios y el tema migratorio.
El nuevo gobierno democrático mantendrá siempre una actitud respetuosa hacia el gobierno de Estados Unidos, pero haremos valer nuestra autoridad soberana. Defenderemos el derecho de nuestros connacionales a ganarse la vida en cualquier lugar del mundo con su trabajo honrado. Adelanto que en poco tiempo los consulados de México en Estados Unidos se ocuparán por completo de la atención a nuestros paisanos; para efecto práctico, se convertirán en auténticas defensorías al servicio de los migrantes.
Insisto: buscaremos establecer con Estados Unidos una relación bilateral fincada en la cooperación para el desarrollo y el respeto mutuo. Protegeremos a los migrantes pero, al mismo tiempo, aplicaremos una política económica generadora de empleos que garantice a los mexicanos trabajo, salarios justos y bienestar en sus lugares de origen, donde están sus familiares, sus costumbres y su cultura.
El sueño que me inspira y quiero hacer realidad es que México se convierta en una potencia y que sus habitantes sólo salgan de sus pueblos por gusto y no por necesidad. Entonces, ninguna amenaza, ningún muro, ninguna actitud prepotente de ningún gobierno extranjero podrá impedir que podamos trabajar y ser felices en nuestra querida patria.
Amigas y amigos:
Estoy confiado que la crisis nacional está por terminar y que nada podrá opacar de manera perdurable el nombre de México ni impedir que triunfe la causa de la justicia. Nuestra nación, que tanto ha sufrido, saldrá adelante, como ha pasado en otros tiempos de adversidad. La cultura y la cohesión social de nuestro pueblo nos ha permitido sobrevivir y sobreponernos a todas las calamidades. México ha desafiado, a lo largo de su historia, hambrunas e inundaciones, guerras, invasiones y viles zarpazos a su territorio.
Pero siempre se ha levantado y ha superado los daños de epidemias y temblores, miserias públicas, malos gobernantes y saqueos monumentales. La profecía de los antiguos poetas es real y verdadera: mientras exista el mundo, nunca terminará, no acabará la fama y la gloria de nuestro México Temoanchan, Yokotan, Potonchan, Tollán, Caxcan, Colliman, Aztlán, de nuestro México Tenochtitlán.
Amigas y amigos:
En tiempos de tristezas y decepción hay un ánimo que despierta y entusiasma el corazón.
Puede ser una utopía, un ideal inalcanzable, pero ya somos muchos, millones de mexicanas y mexicanos quienes queremos la paz con justicia y dignidad, el desarrollo sustentable, el imperio de la legalidad, el bienestar, la vida buena.
Hace mucho tiempo que no existía un entusiasmo como el actual ante la inminencia de un cambio de régimen, ante la cercanía de una transformación mayor; en muchas décadas no habíamos tenido al alcance de la mano, como ahora, la construcción o la reconstrucción de la patria. Esa es la buena nueva. Estamos a punto de exclamar de manera colectiva, como no se había escuchado en los últimos cien años, con toda nuestra alegría, un triunfante
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!