En tan solo 24 horas, el valor de Facebook cayó US$37.000 millones por un escándalo que comenzó con un aparentemente inocente test de personalidad en la red social y derivó en acusaciones de robo de datos, interferencia política y chantajes con prostitutas.
[contextly_sidebar id=”ybKmKcQOyGhKPpt0urTmeQpsyDeEH4wx”]Este lunes, las acciones de Facebook cayeron cerca de un 7% tras la publicación de una serie de investigaciones periodísticas que afirman que la consultora Cambridge Analytica adquirió de forma indebida información de 50 millones de usuarios de la red social en Estados Unidos.
De acuerdo con los reportes publicados este fin de semana por los diarios The New York Times y The Observer, esos datos privados fueron luego utilizados para manipular psicológicamente a los votantes en las elecciones de EE.UU. de 2016, donde Donald Trump resultó electo presidente.
Si bien tanto Facebook como Cambridge Analytica niegan las acusaciones, el caso sigue creciendo más allá del mundo digital y de la frontera estadounidense, con potenciales implicaciones en Argentina, Brasil, Colombia y México, donde la firma ha operado.
En BBC Mundo te explicamos cómo se ha ido desentrañando este escándalo internacional.
Cambridge Analytica es una empresa con sede en Londres que usa el análisis de datos para desarrollar campañas para marcas y políticos que buscan “cambiar el comportamiento de la audiencia”, según indica su sitio web.
La compañía, que tiene una rama comercial y otra política, fue fundada en 2013 por el analista financiero Alexander Nix como una derivación de otra firma similar llamada SCL Group.
Si bien Cambridge Analytica no posee vínculos con la universidad inglesa, el nombre busca beneficiarse de su prestigio académico, dijo al diario británico The Guardian Christopher Wylie, un científico de datos y exempleado de la firma.
Según su web, la firma lleva “más de 25 años” trabajado en “más de 100 campañas” políticas a lo largo de los cinco continentes, incluyendo países de América Latina como Argentina, Brasil, Colombia y México.
En concreto, describen como “decisivo” su trabajo en la campaña presidencial de Trump y de otros candidatos republicanos al Congreso de Estados Unidos.
Otro de sus casos de éxito que se atribuyen es el de la campaña “Leave.EU”, uno de los dos grupos proselitistas más grandes de Reino Unido a favor del Brexit.
La obtención de perfiles de 50 millones de usuarios de Facebook no fue obra de Cambridge Analytica, sino que se atribuye al profesor de la Universidad de Cambridge Aleksandr Kogan.
A modo de proyecto personal, Kogan desarrolló en 2013 un test de personalidad en formato de aplicación de Facebook.
Unos 265.000 usuarios completaron el test que requería permiso para acceder a información personal y de la red de amigos, sin el consentimiento de estos últimos.
Fue así como Kogan se hizo de actualizaciones de estado, “me gusta” y hasta mensajes privados de más del 15% de la población de EE.UU., los cuales luego vendió a la empresa de Nix.
Según las políticas de Facebook, los datos recopilados en su plataforma solo pueden ser usados para propósitos de la misma aplicación y no pueden ser transferidos o vendidos.
En entrevista con la BBC, Wylie explicó que cruzaron los datos del test de Kogan con la información de Facebook para inferir perfiles psicológicos de cada usuario.
Así, Cambridge Analytica logró saber cuál debía ser el contenido, tema y tono de un mensaje para cambiar la forma de pensar de los votantes de forma casi individualizada.
Pero la compañía no solo envió publicidad personalizada, sino que desarrolló noticias falsas que luego replicó a través de redes sociales, blogs y medios, aseguró Wylie.
En su opinión, no es casualidad que las noticias falsas y particularmente aquellas divulgadas vía Facebook se convirtieran en un tema de debate durante las últimas elecciones presidenciales de EE.UU. por su posible incidencia en la victoria de Trump.
En concordancia con la ideología de Stephen Bannon, el controversial exasesor de Trump cercano a la ultraderecha estadounidense que contrató a Cambridge Analytica, la consultora se enfocó en “cambiar la cultura” en vez de la política, dijo Wylie.
“Imagina que estás navegando online y empiezas a ver un blog por aquí y un sitio de noticias por allá, que se ven creíbles aunque nunca escuchaste hablar de él, y empiezas a ver por todos lados una cantidad de noticias que no ves en los grandes medios”, ejemplificó.
“Entonces —continuó— empiezas a cuestionarte por qué los grandes medios no están cubriendo estas noticias increíbles que estás viendo en todos lados”.
Es ahí cuando logras “establecer la desconfianza en las instituciones”, como los medios, y por ende, consigues que la gente cambie sus decisiones.
Para Wylie, “si empiezas a deformar la percepción de los votantes sin su consentimiento o conocimiento, esa es una violación básica de su autonomía para tomar decisiones libres, porque están votando en función de cosas que creen que son reales pero no necesariamente lo son”.
Este lunes, el canal británico Channel 4 News emitió un informe basado en imágenes de cámara oculta en las que Nix parece sugerir que Cambridge Analytica ofrece tácticas sórdidas para desacreditar políticos, las cuales incluyen exespías y prostitutas.
En las imágenes, el periodista (que se hizo pasar por un rico empresario que buscaba influir en las elecciones de Sri Lanka) pregunta si es posible hacer una “profunda investigación” de un candidato.
“Oh, hacemos mucho más que eso”, responde el director ejecutivo de Cambridge Analytica. Su estrategia, agrega, consiste en “ofrecer un trato que sea demasiado bueno para ser verdad y asegurarse de que quede grabado en video”.
También sugiere que podía “enviar a algunas chicas a la casa del candidato”, detallando que las “chicas ucranianas” son “muy hermosas”: “Creo que eso funciona muy bien”.
Nix agrega: “Solo doy ejemplos de lo que se puede hacer y de lo que se ha hecho”.
Alex Tayler, jefe de datos de Cambridge Analytica, explica ante el periodista encubierto: “Si estás recolectando información de personas y estás haciendo un perfil de ellos, eso te da más conocimiento que puedes usar para saber cómo segmentar la población para darles mensajes sobre temas que les importan, y usar un lenguaje e imágenes con los que es probable que se involucren”.
Y continúa: “Usamos eso en Estados Unidos y usamos eso en África. Eso es lo que hacemos como compañía”.
Entonces, según se ve en la cámara oculta de Channel 4, el director general de la compañía, Mark Turnbull, acota: “Lo hemos hecho en México, lo hemos hecho en Malasia y ahora nos estamos moviendo en Brasil, China, Australia”.
En entrevista con el programa Newsnight de la BBC, Nix aseguró que el informe era una “tergiversación de los hechos”, algo que se repitió luego en un comunicado de la firma que agrega: “Cambridge Analytica no aprueba ni realiza engaños, sobornos o señuelos sexuales”, dijo.
Este martes, se supo que tanto EE.UU. como Reino Unido están investigando a Facebook por el mencionado acceso a información privada de 50 millones de usuarios.
Además, una comisión del Parlamento británico citó al fundador y director ejecutivo de la red social, Mark Zuckerberg, para que comparezca por este mismo asunto.
Es hora de escuchar a un alto directivo de Facebook con la suficiente autoridad para ofrecer una explicación detallada sobre este catastrófico fallo de procedimiento”, señala la citación.
Según la red social, “ya no es posible” que una aplicación acceda a la información personal de los amigos de los usuarios que las usan. No obstante, cuando Kogan desarrolló el test, esa opción dependía de la configuración de privacidad de cada uno.
Por eso, la empresa de Zuckerberg asegura que jamás se vulneró su seguridad: “Los usuarios cedieron su información; no hubo infiltración en los sistemas y no hubo robo de contraseñas ni de información sensible”, dijo un portavoz.
Cambridge Analytica, por su parte, aseguró que cuando en 2015 supo cómo Kogan había recopilado los datos, los borró. Lo mismo hizo con los perfiles de Facebook.
También informó que ninguno de esos datos fue usado en los servicios que proporcionó a la campaña de Trump.
Wylie, en cambio, aseguró que no solo se usaron aquellos datos de Facebook para la campaña, sino que eran “la base sobre la que se construyó la compañía”.