Los economistas son habitualmente criticados por no acertar a la hora de predecir una crisis.
Y ahora varios académicos estadounidenses les ofrecen una solución: fijarse en el número de embarazadas.
Es más que conocido que el ratio de nacimientos cae durante una desaceleración económica, pero los profesores Daniel Hungerman, Kasey Buckles, ambos del Departamento de Económicas de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, y Steven Lugauer, de la Universidad de Kentucky, aseguran que ese ratio cae meses antes de que otros signos de recesión sean visibles.
Los autores del informe "¿Es la fertilidad un prominente indicador económico?", publicada por el Buró Nacional de Investigación Económica, un organismo privado de investigación económica con sede en Estados Unidos, estudiaron más de 100 millones de nacimientos en ese país entre 1989 y 2016.
También incorporaron datos de abortos, tanto naturales como inducidos. Y quedaron asombrados.
"Nos sorprendimos cuando vimos (la correlación) y nos dimos cuenta de que nadie se había percatado antes", señala Hungerman.
El estudio muestra que el ratio de concepciones creció de manera más lenta y después cayó rápidamente meses antes de que la crisis comenzara.
"La naturaleza de cada crisis difiere, así que la conversación que se mantiene puede ser diferente, pero creo que la gente habla sobre su futuro cuando tratan de tener un bebé y, en consecuencia, parece que hacen un gran trabajo pensándolo", añade Hungerman.
En diciembre de 2007, ejemplifican los académicos, una encuesta realizada a líderes empresariales mostraba que estos se mostraban optimistas sobre el futuro, pese a que poco después se descubrió que la recesión ya había comenzado.
En ese mismo punto, el crecimiento del número de embarazos ya había comenzado a caer desde hacía meses; la caída se produjo varios trimestres antes del colapso de Lehman Brothers.
También existe una relación con la magnitud de la crisis económica.
Los ratios de fertilidad cayeron de manera más acelerada (sobre cuatro puntos porcentuales) antes de la profunda recesión de 2007, en comparación con las crisis de principios de los años 90 y de los 2000.
Cada vez más, la recolección de todo tipo de datos —desde búsquedas en internet a compras o hábitos alimenticios— está permitiendo a los economistas explorar nuevas fuentes de información sobre la economía para obtener un retrato más exacto de lo que ocurre.
"La enorme cantidad de información es importante. Pero más importante aún es la frecuencia. La mayoría de los estudios utilizan datos anuales pero para los nuestros nos fijamos en datos durante el año", explica Hungerman.
"Muchos de los indicadores que anticipan una crisis están medidos en trimestres o meses. Si sólo te fijas en datos anuales, pierdes esa perspectiva".
Pese a que no es fácil registrar embarazos en tiempo real, los autores de la investigación sugieren revisar datos como la venta de productos relacionados con embarazos o de fertilidad, una práctica que se puede realizar.
En un caso muy controvertido ocurrido hace unos años, la empresa estadounidense Target envió descuentos para productos de bebé a una adolescente tras descubrir que estaba embarazada en base a las compras que había realizado. La firma se enteró antes que el padre de la joven.
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