Los tiroteos masivos en Estados Unidos son un acontecimiento familiar. Pero ¿por qué surgen teorías de conspiración que los niegan y se propagan tan rápidamente?
En promedio, hay un tiroteo masivo en EE.UU. una vez al día.
Después de cada gran tiroteo, sigue un guión familiar. Se ofrecen oraciones, aparece el hashtag #PrayFor (Reza por y el nombre de la última ciudad en que ocurra) y se vuelve tendencia en Twitter.
Los políticos discuten sobre cuándo podría ser el mejor momento para hablar sobre control de armas.
Pero luego, la mayor parte de los estadounidenses se olvidan del problema, hasta el siguiente ataque.
A ese guión, se ha agregado un fenómeno inquietante y relativamente nuevo.
Cada vez más, las víctimas son forzadas a negar acusaciones de que el tiroteo nunca ocurrió, alimentadas por teóricos de la conspiración en las redes sociales.
Una minoría pequeña, pero decidida, insiste en que los eventos fueron montados e inventan cuentos monstruosamente complejos que involucran "actores de crisis", el "estado profundo" y acusaciones de que los ataques son falsos, o pretextos para aplicar reformas de control de armas.
El 1 de octubre de 2017, Stephen Paddock mató a 58 personas e hirió a cerca de 500 cuando disparó desde la habitación de un hotel de Las Vegas hacia los asistentes de un festival de música country.
Este ataque ocurrido durante el evento llamado Route 91 fue el tiroteo masivo más mortífero en la historia moderna de EE.UU.
Pero en un día, los sobrevivientes ya estaban recibiendo ofensas en redes sociales.
Alex Jones, creador del programa de radio de derecha Infowars, afirmó que la matanza de Las Vegas era inventada o que se estaba tapando la verdad detrás de este hecho.
Su evaluación infundada afirmaba que el autodenominado Estado Islámico, la CIA (Agencia Central de Investigaciones), el FBI (Buró Federal de Investigaciones) y el gobierno de Arabia Saudita coordinaban los acontecimientos.
"El tiroteo de Las Vegas es tan falso como un billete de tres dólares o como el certificado de nacimiento de Obama", dijo Jones a un oyente.
Donald Trump fue una de las voces más prominentes que difundió la teoría del nacimiento extranjero de Obama, hasta que se retractó públicamente durante la campaña electoral.
Jones, de Infowars, también fue uno de los principales impulsores de la teoría conspirativa de que el tiroteo masivo en la escuela primaria Sandy Hook, Connecticut, en 2012, fue armado.
En los rincones más oscuros de Reddit, Twitter, Facebook y YouTube, se congregan detectives aficionados, analizan testimonios y comparten interminables "pruebas", como videos con nombres como "Tiroteo de Las Vegas, una agenda creada por los Illuminati".
El diario británico The Guardian informa sobre varios casos de hostigamiento, como el que sufrió Braden Matejka, un sobreviviente del ataque de Las Vegas que se vio obligado a dejar las redes sociales por los abusos.
Había personas que aseguraban que el tiroteo nunca sucedió y que Matjeka era un actor contratado como parte de un complot del gobierno.
Las teorías conspirativas sobre los ataques masivos han tenido consecuencias en la vida real, como las amenazas de muerte que recibieron algunos padres de los niños asesinados en la escuela primaria Sandy Hook.
David Neiwert, autor de "Alt-America: El auge de la derecha radical en la época de Trump", cree que las teorías conspirativas son un componente clave del proceso de radicalización en internet, y que incluso pueden causar más asesinatos y fusilamientos masivos.
"La persona que encarna mejor este proceso en la ‘derecha alternativa’ es Dylann Roof, el joven que entró a una iglesia negra en junio de 2015 y asesinó a nueve personas", dice Neiwert.
"Se había radicalizado casi por completo en internet. Había estado leyendo páginas web racistas y haciendo las cosas más o menos típicas que hacen las personas que se sienten atraídas por estos movimientos", agrega Neiwert.
"Una de los rasgos de personalidad comunes en la gente que se involucra en actos de violencia extrema es que creen en teorías de la conspiración", explica.
Roof documentó su propia radicalización en una especie de "manifiesto", que en realidad era una visión incoherente y racista de la superioridad blanca.
En 2012, el adolescente afroamericano de 17 años Trayvon Martin fue asesinado a tiros por George Zimmerman, un voluntario de vigilancia de un vecindario de Sanford, en Florida.
En 2013, un jurado dictaminó que Zimmerman había actuado en defensa propia. Su absolución desató protestas masivas en todo EE.UU., ya que Martin estaba desarmado.
"Era obvio que Zimmerman tenía razón", escribió Roof en su "manifiesto".
Roof pasó a sumergirse en teorías de conspiración racistas y en las estadísticas falsas que encontró en los sitios web de supremacía blanca.
El autor Neiwert ve dos mundos que existen independientemente en el EE.UU. actual: uno habitado por los medios dominantes y la mayoría de la población, y otro, que él llama "Alt-America" (EE.UU. alternativo), que existe debajo de la superficie.
"(El libro) ‘Alt-America’ describe esta burbuja que la derecha radical ha construido durante décadas alrededor de sí misma", dice.
"En esta cosmovisión, todo está al revés. Barack Obama es un musulmán encubierto. Hay un plan nefasto para esclavizar a toda la humanidad y ponernos en campos de concentración administrados por el gobierno federal", agrega.
"La ‘derecha alternativa’ es en gran medida un subconjunto de la derecha radical en general. Pero son un fenómeno más nuevo y crece principalmente en internet", detalla.
"Tenían una teoría que en realidad se originó con los nacionalistas blancos en la década de 1990 llamada ‘marxismo cultural’, o una gran trama nefasta para destruir la civilización occidental blanca", cuenta.
Neiwert, periodista y, desde 2013, corresponsal del Southern Poverty Law Center, organización que rastrea la actividad de los grupos racistas en el país, está preocupado.
Durante gran parte de su vida adulta ha estado documentando e investigando las actividades de la extrema derecha.
"Estos movimientos son profundamente antidemocráticos", advierte. "Son hostiles a la democracia en todos los sentidos y son bastante explícitos al respecto".
"De muchas maneras, lo que estamos experimentando es una avalancha de autoritarismo. No solo en EE.UU., sino en todo el mundo. En Europa también", añade.
"Lo que sucede cuando te involucras en este mundo de teorías de la conspiración es que la deshumanización se vuelve realmente simple. De repente, ya no se habla de seres humanos, sino de conspiradores infames o tristes peones de tramas nefastas", indica.
El investigador sostiene que un ejemplo clásico de esto son las personas que creen que el tiroteo en la escuela Sandy Hook fue mentira y que esos niños nunca existieron.
"Eso es lo que sucede cuando las personas caen en ese agujero negro de las teorías de conspiración y muchas veces nunca salen", lamenta.
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