Sabían que Corea del Norte estaba ayudando de alguna manera a las fuerzas del gobierno sirio… pero no hasta este punto.
Un informe confidencial de la ONU revela ahora que Pyongyang ha estado suministrando materiales a Siria que pueden utilizarse para la fabricación de armas químicas, eludiendo las sanciones internacionales que pesan sobre ambos países.
Las alegaciones se producen en medio de las acusaciones de la comunidad internacional contra el gobierno sirio, al que señalan de estar utilizando armas químicas contra civiles, un extremo que el Bashar al Asad niega.
El contenido de este documento, de más de 200 páginas, fue difundido por medios estadounidenses y de momento se desconoce si se hará público oficialmente. Gran parte de la información que contiene fue provista por parte de estados miembros de la ONU, sin identificar.
El informe advierte del peligro potencial que supone este tipo de comercio entre Siria y Corea del Norte, que permitiría a Damasco mantener su armamento químico al mismo tiempo que Pyongyang obtiene dinero para su programa nuclear y de misiles, publica el diario The New York Times, uno de los primeros en difundir la noticia.
El informe fue realizado por un panel de expertos de la ONU que evalúa que Corea del Norte cumple con las resoluciones del grupo e incluye copias de contratos entre empresas de ambos países así como facturas que especifican los materiales enviados, como losas, válvulas y termómetros, todos resistentes a ácidos.
La ayuda técnica norcoreana, que comenzó hace más de una década, también incluyó tres visitas de expertos en misiles del país asiático en 2016.
Los componentes formaron parte de al menos 40 cargamentos de Corea del Norte a Siria entre 2012 y 2017 de partes de misiles prohibidas y materiales que pueden utilizarse para usos militares y civiles, según los detalles de la investigación publicados por The New York Times.
Cinco cargamentos fueron enviados a Siria a través de una compañía china durante finales de 2016 y principios de 2017, informa por su parte el periódico The Wall Street Journal.
El Centro de Investigación y Estudios Científicos (SSRC, por sus siglas en inglés), el grupo apoyado por Al Asad responsable de desarrollar armamento químico y de otro tipo de armas de destrucción masiva, supuestamente pagó a la principal comerciante de armas de Pyongyang a través de varias empresas fantasma, añade el diario.
El panel de expertos de la ONU ya había acusado previamente a Corea del Norte de ayudar a Siria en su programa de armas químicas.
En un informe del pasado mes de agosto, el grupo aseguró que Pyongyang había suministrado de manera secreta máscaras antigás y otro tipo de equipamiento de protección al gobierno de Al Asad.
Ahora este documento va más allá: sugiere que la ayuda a Siria fue mucho más "amplia".
"Sabíamos que esta actividad se estaba produciendo desde hace mucho tiempo, pero el informe muestra que era más grande de lo que pensábamos", señaló al diario un diplomático occidental que fue informado de las conclusiones del documento y que quiso mantener el anonimato.
Pese a que expertos que vieron el informe dijeron que las evidencias no prueban de manera definitiva que hubiera una colaboración continúa entre Corea del Norte y Siria en armamento químico, sí consideraron que provee las pruebas más detalladas hasta el momento de los esfuerzos de ambos países para eludir las sanciones que tratan de minar sus avances militares, destaca por su parte The New York Times.
El gobierno sirio, por su parte, aseguró al panel de la ONU que los únicos norcoreanos presentes en Siria se limitan al sector deportivo, en concreto, entrenadores y atletas.
PRINCIPALES CONCLUSIONES DEL INFORME
Siria firmó la Convención de Armas Químicas y acordó eliminar su armamento químico en 2013 después de que un ataque con gas sarín matara a cientos de personas en Guta.
Desde entonces, el gobierno de Bashar al Asad ha sido acusado en múltiples ocasiones de utilizar armas químicas durante la guerra civil, que ya dura siete años.
El pasado abril, se produjo un ataque en la localidad Khan Sheikhoun, tomada por los rebeldes, con gas sarín, según concluyó la organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPCW, por sus siglas en inglés).
En ese incidente, murieron al menos 80 personas y se enfermaron cientos, y, según investigadores de la ONU, fue perpetrado por las fuerzas aéreas sirias.
Estados Unidos llevó a cabo un ataque en respuesta contra una base aérea siria pero el presidente Bashar Al asad siempre mantuvo que el suceso fue falso.
El último ataque con armas químicas que salió a la luz se produjo el pasado domingo, en Guta Oriental, un enclave controlado por los rebeldes cerca de la capital, Damasco.
Expertos occidentales habían advertido anteriormente que Corea del Norte lleva mucho tiempo proveyendo materiales militares y transfiriendo conocimiento sobre armamento alrededor del mundo para obtener ingresos, en medio de las fuertes sanciones que se le han impuesto.
El informe de la ONU destaca los esfuerzos de Pyongyang para llevar a cabo negocios ilícitos con docenas de países y grupos en Medio Oriente, el norte de África y Latinoamérica.
En su intento de ahogar económicamente al régimen norcoreano, y frenar así su programa nuclear, Washington anunció la semana pasada un nuevo y severo paquete de sanciones.
De momento, no obstante, estas medidas no han conseguido detener los avances de Kim Jong-un: 2017 fue un año de éxitos en materia armamentística para el aislado país asiático, con exitosas pruebas nucleares y de misiles.
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