Importantes zonas pesqueras asiáticas que van desde China hasta Japón están siendo amenazadas por un gigantesco derrame de petróleo que pasa casi desapercibido.
Pese a que organizaciones como Greenpeace hablan de un vertido de una magnitud que no se había visto antes, el hecho no despierta la atención que acapararon en su momento desastres como los del Exxon Valdez y la plataforma Deepwater Horizon.
No es sólo la lejanía del lugar de los hechos lo que lo mantiene fuera del centro de la agenda informativa, sino también el tipo de combustible.
Tanto la colisión del petrolero Exxon Valdez, ocurrida en Alaska en 1989, como en la explosión de la plataforma Deepwater Horizon ,en el Golfo de México en 2010, dejaron grandes manchas negras flotando en el agua.
En este caso el vertido es menos visible.
El derrame se produjo por el choque del barco iraní Sanchi, cargado con 136.000 toneladas de un tipo ultraligero de combustible, conocido como condensado, con otro buque.
Ese volumen transportado supone un cargamento tres veces mayor al del Exxon Valdez.
Lo que vuelve más peligroso al condensado es que es incoloro e inodoro, lo que dificulta su detección, contención y limpieza.
A diferencia del crudo, este producto se mantiene en estado gaseoso a alta presión dentro de los contenedores y sólo se licua cuando es extraído.
Es mucho más explosivo que el crudo, se dispersa más rápido y su toxicidad subsiste tiempo después de que haya sido absorbido por el mar.
Expertos sostienen que el vertido ya invadió zonas pesqueras del archipiélago que se forma tras la desembocadura del río Yangtze en el Mar de la China Oriental. Se teme que llegue a las áreas pesqueras de Japón.
La zona afectada produjo el año pasado solamente para China cinco millones de toneladas de frutos de mar y otra decena de especies.
En el área habitan peces espada, caballas, corvinas amarillas y cangrejos, además de ser una zona de paso de diversos mamíferos marinos.
La exposición al condensado es altamente nociva para los seres humanos y puede llegar a ser fatal. Los efectos de comer pescado contaminado aún no fueron medidos, pero ante la duda recomiendan evitarlo.
De bandera panameña, el Sanchi transportaba su carga desde Irán a Corea del Sur. En la noche del pasado 6 de enero, y a unos 260 kilómetros al este de Shangái, chocó con el Crystal, un carguero chino registrado en Hong Kong, que llevaba granos desde Estados Unidos.
Tras sufrir una explosión se hundió nueve días después.
La tripulación la formaban 32 marinos, 30 iraníes y dos de Bangladesh. No se encontraron sobrevivientes.
El Sanchi llevaba, además del condensado, una carga inferior de crudo más pesado.
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